Papas asesinados tras un cónclave ‘fallido’: a martillazos, linchados o en extrañas circunstancias

Aunque hasta el siglo XIII no existía el cónclave como tal, fueron elegidos para ostentar el trono del hombre más poderoso de la Iglesia Católica, pero sus pontificados terminaron de manera trágica: es la historia del Papa Juan VIII o Esteban VI, entre otras, ambos asesinados, a las que se suman otras muertes que siguen … Continuar leyendo "Papas asesinados tras un cónclave ‘fallido’: a martillazos, linchados o en extrañas circunstancias"

May 7, 2025 - 14:37
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Papas asesinados tras un cónclave ‘fallido’: a martillazos, linchados o en extrañas circunstancias

Aunque hasta el siglo XIII no existía el cónclave como tal, fueron elegidos para ostentar el trono del hombre más poderoso de la Iglesia Católica, pero sus pontificados terminaron de manera trágica: es la historia del Papa Juan VIII o Esteban VI, entre otras, ambos asesinados, a las que se suman otras muertes que siguen siendo todo un misterio por resolver, como la de Juan Pablo I. 

Juan VIII: el Papa asesinado a martillazos

Elegido Papa en el año 872, a Juan VIII le costó caro evitar un cisma con la Iglesia de Oriente, un logro por el que le apodaron el rector de Europa. Su Pontificado convivió con las divisiones internas del ya decadente Imperio carolingio, además de las invasiones sarracenas, con los saqueos de los piratas musulmanes que atacaban diferentes regiones de Europa. En ese contexto, Juan VIII intentó mantener el equilibrio, pero no logró convencer a los conspiradores: fue envenenado y, al no morir, lo asesinaron a martillazos.

Esteban VI: linchado por política

El Papa número 113 de la Iglesia en 896 fue el responsable del Concilio cadavérico o Sínodo del terror, motivo por el que fue asesinado. Esteban VI ordenó exhumar el cadáver del Papa Formoso nueve meses después de su muerte para someterlo a juicio. Se revistió su cadáver con la vestimenta papal y se le sentó en un trono para que escuchara las acusaciones. En el concilio se le recriminaba el abandono de la diócesis de Porto siendo obispo, para ocupar la de Roma como Papa. Declarado culpable, le arrancaron los tres dedos con los que impartía las bendiciones y su elección como Papa fue invalidada. Esteban VI fue encarcelado tras el levantamiento del pueblo, que finalmente los estranguló.

Juan X: el Papa de la ‘pornocracia’

Elegido en 914, Juan X fue el cuarto Papa de la pornocracia, un periodo caracterizado por la gran influencia de las cortesanas en el Gobierno. Era aliado de la poderosa familia Teofilacta, hasta el punto de que fueron ellos, con su influencia, quienes lograron su elección. Sin embargo, cuando apoyó a Hugo de Provenza para ocupar el trono vacante de Italia, la hija de la familia (Marozia) ordenó a su marido ir hasta Roma para encarcelarlo. Murió en el Castillo de Sant’Angelo, donde fue asfixiado con una almohada por orden de la nobleza romana.

Juan XII: el Papa ‘fornicario’

Juan XII se convirtió en el Papa más joven de la historia en 937, cuando fue elegido como Sumo Pontífice a los 18 años. Fue impuesto por su padre, del que era hijo ilegítimo, que gobernaba de facto en Roma. Se le apodó el Papa fornicario por su moral relajada. Según los historiadores, le gustaba «tener una colección de mujeres» y «había fornicado» con viudas, la concubina de su padre e incluso su sobrina. Convirtió «el palacio sagrado en una casa de meretrices». Fue víctima de una muerte violenta: le golpearon la cabeza con un martillo. El asesinato se le atribuye a un hombre que lo había sorprendido con su mujer, aunque también hay cronistas que indican que murió de una apoplejía mientras mantenía relaciones sexuales.

Juan Pablo I: el Papa que duró 33 días

La muerte de Juan Pablo I dejó helada a toda la comunidad católica. Fue el último Papa del siglo XX y uno de los pontífices del año de los tres papas más reciente. Juan Pablo I despertó la esperanza de muchos feligreses por ser una ráfaga de aire fresco para una Iglesia que pretendía cambiar. Sin embargo, no le dio tiempo. Lo encontraron muerto en su cama 33 días después de su elección, en 1978, a los 65 años. Oficialmente, murió de un infarto, aunque sus intenciones y su muerte precoz desataron la teoría de la conspiración: la de que fue asesinado, probablemente envenenado. La teoría cobró fuerza por la prohibición de practicar la autopsia a los papas y por su intención de realizar reformas financieras en la Santa Sede. A día de hoy, la leyenda sigue viva.