Los otros 'héroes' que levantaron la Academia de Infantería de Toledo

No se pudo encontrar Enrique Sánchez Lubián con una historia mejor, un caramelo para un periodista y escritor que ama su trabajo; un proyecto para tirar del hilo y emocionarse en cada descubrimiento, en cada relato de vida. Es la esencia del periodismo, la de investigar sin descanso para sacar a luz hechos ocultos, recuperar a los olvidados y, después, darles su lugar en un libro, sin edulcorar, para dejar constancia de lo que fuimos y de lo que somos capaces. Son las historias de Antonio Lucas, Jesús Amorós, Manuel Morán Robles, Higinio Artalejo, Lorenzo Manzaneque, Bonifacio Muñoz, Daniel de Paz y las de tantos otros que se encuentran en «Los presos que construyeron la Academia de Toledo», el título del libro editado por 'Toletum Revolutum', que será presentado el próximo miércoles, en el centro cívico de Santa Bárbara, a las 19.00 horas. Sánchez Lubián aborda el devenir de la Colonia Penitenciaria Militarizada que, tras la guerra civil, se organizó para construir los primeros edificios de la nueva Academia de Infantería de Toledo al otro lado del río Tajo en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento , entre lo que se encontraba el barrio de San Blas, cuyos vecinos fueron expropiados y desalojados. Por allí pasaron miles de presos políticos represaliados por el franquismo, como el que fuera secretario de CC.OO, Marcelino Camacho, Venancio Sacristán, padre del conocido actor Pepe Sacristán, y muchos más. La investigación se ha centrado en ellos, en saber quiénes eran, de dónde procedían, qué bagaje político les acompañaba, cuándo salieron en libertad y qué fue luego de ellos, explica a ABC su autor, que ha dado forma a un relato poco conocido, el de aquellos que, con su esfuerzo, levantaron el edificio de la Academia y también otros edificios toledanos como la reforma de Zocodover y la actual Delegación del Gobierno, ahora en obras, la reconstrucción del Alcázar o la construcción de los bloques de la Avenida de la Reconquista. Enrique Sánchez Lubián recuerda cómo surgió la idea del libro: «Había visto fotografías de la construcción de la Academia de Infantería y me había llamado la atención una serie de fotografías de presos trabajando. Me llamó la atención porque no había nada escrito y era algo poco conocido, aunque en algunos libros se hacía referencia a que fue construida por batallones de presos políticos». La pista se la dio el coronel Isabel, en 2011, cuando publicó en un artículo en 'Archivo Secreto' sobre la construcción de la Academia en el que ofrecía el testimonio de uno de esos presos, «pero eso fue todo lo que pudo averiguar». Y hace dos años y medio decidió lanzarse a la aventura y comenzó a investigar. De esta forma, ha conseguido poner nombre a unos 3.000 penados de los que pasaron por Toledo en esos años –un buen número de ellos, naturales de nuestra la provincia y la región- y en la primera presentación del libro contará con el testimonio de algunos familiares de ellos. Estará Georgina Amorós , de 91 años, que va a venir desde Murcia, para recordar a su padre, Jesús, un sastre murciano, que estuvo preso en Toledo trabajando en la construcción de la Academia. Ella vivió en Toledo, cerca de las Cortes y en Santa Bárbara, con su madre, que subsistió lavando la ropa de los militares para estar cerca de su marido. Y aquí hizo su Primera Comunión mientras su padre trabajaba en la construcción de la Academia. Es difícil elegir, pero de todas las historias, Enrique Sánchez Lubián se queda con la de Antonio Lucas, que se enamoró de Apolonia, una joven de Bargas, viuda de otro preso, de la que se enamoró en uno de los viajes para cargar arena, mientras ella lavaba en el río. Lograron casarse en la Academia, pese a las dificultades y una de sus hijas, Amanda, va a estar también este miércoles en Toledo en la presentación. Además, con esta publicación no solo se visibiliza el trabajo realizado por estos presos, también se reivindica que, al amparo de la vigente ley de Memoria Democrática, se reconozca su presencia en la construcción de la Academia y otros edificios toledanos. «Cumplir con ese precepto legal es una obligación de la democracia con quienes, casi noventa años después de terminar la Guerra Civil, aún esperan del Estado reparación, dignidad y justicia », dice su autor. Enrique Sánchez Lubián (Alcázar de San Juan, 1956) ha ejercido el periodismo durante más de cuarenta años, la mayoría en la ciudad de Toledo, donde fue 33 años y hasta su jubilación jefe de prensa del Ayuntamiento. Ha combinado la labor periodística con la divulgativa siendo autor de libros como Besteiro, años de juventud, Domingo Alonso, apóstol de socialismo toledano, Emelina, la belleza que alumbró a la República, El reloj de la cárcel, Poesías y leyendas de Francisco Machado, Crónica negra de Toledo. Truhanes, pícaros, asesinos y otras gentes de mal vivir, Luisa Alberca, reina de los seriales en la España de los 50 o Toledo en la II República. Colaborador en distintos medios de Castilla-La Mancha, entre ellos ABC, y mie

May 11, 2025 - 08:38
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Los otros 'héroes' que levantaron la Academia de Infantería de Toledo
No se pudo encontrar Enrique Sánchez Lubián con una historia mejor, un caramelo para un periodista y escritor que ama su trabajo; un proyecto para tirar del hilo y emocionarse en cada descubrimiento, en cada relato de vida. Es la esencia del periodismo, la de investigar sin descanso para sacar a luz hechos ocultos, recuperar a los olvidados y, después, darles su lugar en un libro, sin edulcorar, para dejar constancia de lo que fuimos y de lo que somos capaces. Son las historias de Antonio Lucas, Jesús Amorós, Manuel Morán Robles, Higinio Artalejo, Lorenzo Manzaneque, Bonifacio Muñoz, Daniel de Paz y las de tantos otros que se encuentran en «Los presos que construyeron la Academia de Toledo», el título del libro editado por 'Toletum Revolutum', que será presentado el próximo miércoles, en el centro cívico de Santa Bárbara, a las 19.00 horas. Sánchez Lubián aborda el devenir de la Colonia Penitenciaria Militarizada que, tras la guerra civil, se organizó para construir los primeros edificios de la nueva Academia de Infantería de Toledo al otro lado del río Tajo en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento , entre lo que se encontraba el barrio de San Blas, cuyos vecinos fueron expropiados y desalojados. Por allí pasaron miles de presos políticos represaliados por el franquismo, como el que fuera secretario de CC.OO, Marcelino Camacho, Venancio Sacristán, padre del conocido actor Pepe Sacristán, y muchos más. La investigación se ha centrado en ellos, en saber quiénes eran, de dónde procedían, qué bagaje político les acompañaba, cuándo salieron en libertad y qué fue luego de ellos, explica a ABC su autor, que ha dado forma a un relato poco conocido, el de aquellos que, con su esfuerzo, levantaron el edificio de la Academia y también otros edificios toledanos como la reforma de Zocodover y la actual Delegación del Gobierno, ahora en obras, la reconstrucción del Alcázar o la construcción de los bloques de la Avenida de la Reconquista. Enrique Sánchez Lubián recuerda cómo surgió la idea del libro: «Había visto fotografías de la construcción de la Academia de Infantería y me había llamado la atención una serie de fotografías de presos trabajando. Me llamó la atención porque no había nada escrito y era algo poco conocido, aunque en algunos libros se hacía referencia a que fue construida por batallones de presos políticos». La pista se la dio el coronel Isabel, en 2011, cuando publicó en un artículo en 'Archivo Secreto' sobre la construcción de la Academia en el que ofrecía el testimonio de uno de esos presos, «pero eso fue todo lo que pudo averiguar». Y hace dos años y medio decidió lanzarse a la aventura y comenzó a investigar. De esta forma, ha conseguido poner nombre a unos 3.000 penados de los que pasaron por Toledo en esos años –un buen número de ellos, naturales de nuestra la provincia y la región- y en la primera presentación del libro contará con el testimonio de algunos familiares de ellos. Estará Georgina Amorós , de 91 años, que va a venir desde Murcia, para recordar a su padre, Jesús, un sastre murciano, que estuvo preso en Toledo trabajando en la construcción de la Academia. Ella vivió en Toledo, cerca de las Cortes y en Santa Bárbara, con su madre, que subsistió lavando la ropa de los militares para estar cerca de su marido. Y aquí hizo su Primera Comunión mientras su padre trabajaba en la construcción de la Academia. Es difícil elegir, pero de todas las historias, Enrique Sánchez Lubián se queda con la de Antonio Lucas, que se enamoró de Apolonia, una joven de Bargas, viuda de otro preso, de la que se enamoró en uno de los viajes para cargar arena, mientras ella lavaba en el río. Lograron casarse en la Academia, pese a las dificultades y una de sus hijas, Amanda, va a estar también este miércoles en Toledo en la presentación. Además, con esta publicación no solo se visibiliza el trabajo realizado por estos presos, también se reivindica que, al amparo de la vigente ley de Memoria Democrática, se reconozca su presencia en la construcción de la Academia y otros edificios toledanos. «Cumplir con ese precepto legal es una obligación de la democracia con quienes, casi noventa años después de terminar la Guerra Civil, aún esperan del Estado reparación, dignidad y justicia », dice su autor. Enrique Sánchez Lubián (Alcázar de San Juan, 1956) ha ejercido el periodismo durante más de cuarenta años, la mayoría en la ciudad de Toledo, donde fue 33 años y hasta su jubilación jefe de prensa del Ayuntamiento. Ha combinado la labor periodística con la divulgativa siendo autor de libros como Besteiro, años de juventud, Domingo Alonso, apóstol de socialismo toledano, Emelina, la belleza que alumbró a la República, El reloj de la cárcel, Poesías y leyendas de Francisco Machado, Crónica negra de Toledo. Truhanes, pícaros, asesinos y otras gentes de mal vivir, Luisa Alberca, reina de los seriales en la España de los 50 o Toledo en la II República. Colaborador en distintos medios de Castilla-La Mancha, entre ellos ABC, y miembro del equipo coordinador la revista cultural Archivo Secreto que edita el Ayuntamiento de Toledo.