La nueva apuesta de Argentina: el corazón vitivinícola se abre a la fiebre del cobre

Mendoza podría abrir una nueva mina a cielo abierto en un nuevo entusiasmo nacional por el metal rojo bajo la presidencia de Javier Milei

May 6, 2025 - 17:35
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La nueva apuesta de Argentina: el corazón vitivinícola se abre a la fiebre del cobre

Los viñedos bañados por el sol de Mendoza producen el 80% del vino argentino, atrayendo turistas sedientos y abasteciendo las bodegas del mundo con Malbec. Pero la región se prepara para explotar un recurso rojo aún más valioso que yace bajo tierra.

Aunque la provincia contiene una parte de la cordillera de los Andes rica en cobre, la misma que convirtió a la vecina Chile en el mayor productor mundial del metal, Mendoza, propensa a la sequía, ha bloqueado durante mucho tiempo la minería metálica por preocupaciones ambientales de bodegueros y comunidades locales.

Las condiciones económicas están llevando a repensar esta postura. Argentina atraviesa una fiebre nacional por el cobre, mientras el presidente libertario Javier Milei busca más divisas por exportaciones para estabilizar su volátil economía y atraer nuevamente inversiones a través de reformas de libre mercado.

La industria vitivinícola de Mendoza sufre la caída global en las ventas de alcohol, y los inversores están abandonando los antiguos yacimientos petroleros de la provincia en favor del auge del esquisto en otras partes del país.

Mientras tanto, se dispara la demanda de cobre, un componente clave en el cableado eléctrico y las turbinas eólicas.

"Los dos motores de esta provincia están en declive y necesitamos sumar otros nuevos y más potentes", declaró el gobernador mendocino Alfredo Cornejo, quien lanzó una campaña para ganar apoyo político a la minería, atraer inversores y expandir la infraestructura.

"Queremos avanzar lo más rápido posible, porque la transición energética nos da una ventana de oportunidad clara", agregó.

Las condiciones económicas están llevando a repensar la tradicional postura antiminería de la región. Foto: Viator.

Durante dos décadas, los inversores consideraron demasiado arriesgada la minería de cobre en Argentina, dada su grave volatilidad económica y política. Pero eso está cambiando a medida que Milei estabiliza la economía y ofrece incentivos a la inversión, mientras las provincias ricas en minerales abandonan su oposición a la minería.

Aunque actualmente el país produce casi nada de cobre, seis proyectos avanzados en carpeta podrían posicionar cómodamente a Argentina entre los 10 principales productores para 2031, según su cámara minera.

Mendoza apunta a adelantarse al resto. PSJ Cobre Mendocino, una empresa copropiedad de la suiza Zonda Metals y el argentino Grupo Alberdi, podría comenzar a producir en las estribaciones de los Andes hacia 2028.

Si el proyecto supera los permisos y obtiene los votos necesarios en la legislatura mendocina, se volará un cerro de 70 metros para crear una mina a cielo abierto.

Se trata de un proyecto relativamente pequeño, que apunta a producir 40.000 toneladas de cobre por año. PSJ necesita 560 millones de dólares y solo dos años de construcción, lo que lo convierte en una opción de menor riesgo frente a otras minas más grandes que esperan aprobación en otras provincias, como un gigante de 3.000 millones de dólares en San Juan, copropiedad de la angloaustraliana BHP y la canadiense Lundin.

"PSJ podría ser perfectamente el primero en entrar en producción", afirmó Carlos Saravia Frías, abogado minero argentino no vinculado a PSJ. "Que eso ocurra en Mendoza, de todos los lugares, sería un mensaje extraordinario para los inversores: que Argentina respalda la minería."

Mendoza, que era un desierto antes de ser irrigado por el ser humano, frenó casi toda la exploración metálica durante una ola de activismo antiminería en los años 2000, impulsada por la preocupación por el uso del agua y la contaminación. En 2007, la provincia aprobó una de las leyes mineras más estrictas del país, prohibiendo ciertos químicos y exigiendo que los proyectos obtengan aprobación legislativa.

El parlamento provincial rechazó por unanimidad un proyecto anterior en el sitio de PSJ en 2011, luego de protestas en la cercana localidad de Uspallata. Un intento de derogar la ley minera en 2019 fue abandonado tras manifestaciones multitudinarias en la ciudad de Mendoza.

Pero desde entonces, se ha formado un consenso promotor de la minería en Argentina, cada vez más urgida de inversión extranjera, justo cuando la transición energética ofrece argumentos ecológicos a los mineros del cobre.

El año pasado, Cornejo -que pertenece al partido centrista UCR y no oculta sus ambiciones políticas nacionales- logró aprobar una ley para crear una zona especial minera con apoyo de la oposición peronista, de corte progresista. Al mismo tiempo, aprobaron 34 pedidos de exploración.

Cornejo se comprometió a construir o mejorar 470 km de rutas en tres años para acceder a zonas remotas y ha promocionado la provincia en conferencias internacionales del sector. "Mendoza estaba en la lista negra de la industria y ahora están prestando atención", dijo.

"Sería un mensaje extraordinario para los inversores: que Argentina respalda la minería". Foto: Archivo.

Una encuesta de marzo realizada por DC Consultores reveló que el 36,2% de los mendocinos considera que la minería debe impulsar el crecimiento futuro de la provincia, frente al 22,5% que prefiere el vino, 21,1% la tecnología y 20,2% el turismo.

Los bodegueros, que durante años se opusieron a la minería por temor a la competencia por agua y mano de obra, han cambiado de postura luego de que Cornejo prometiera controles estrictos y creara una fuerza policial minera con 50 agentes.

"Si las minas están bien controladas... no tenemos problema", dijo Walter Bressia, vitivinicultor mendocino y presidente de la cámara del vino de Argentina.

Sin embargo, la disputa por el uso del agua no ha terminado. Dos grupos activistas en Uspallata protestan regularmente contra el plan de PSJ de extraer 141 litros de agua por segundo de un arroyo dentro de su propiedad.

PSJ aseguró que usará menos agua que en el proyecto anterior y que ha incorporado salvaguardas para evitar fugas de agua contaminada.

El proyecto "está diseñado para no afectar la fuente de agua, ni en calidad ni en cantidad", afirmó el presidente de PSJ, Fabián Gregorio. La empresa está "en negociaciones avanzadas" para contratos de venta de su cobre "con compañías europeas que tienen estándares ambientales muy altos", añadió.

Pero Ana Brennan, profesora de política y activista en Uspallata, dijo que no confía en esas promesas, señalando los daños ambientales provocados por la minería en toda Sudamérica.

Si se aprueba el proyecto de PSJ, "volveremos a ver protestas masivas en toda Mendoza para dejarle claro a las empresas mineras que no tienen licencia social", afirmó.

Miguel Pelaytay, que dirige la radio del pueblo, dijo que la mayoría de los vecinos de Uspallata aún no toman partido respecto a la mina, aunque hay minorías muy vocales a favor y en contra. "La gente quiere más información y tiene esperanzas de conseguir trabajo", lo que, según dijo, les permitiría dejar el empleo estacional en el turismo.

El aparente avance hacia una licencia social para la minería en Argentina representa una "gran oportunidad de desarrollo", dijo Celso Jaque, exgobernador peronista de Mendoza.

"Pero hay que recordar que una licencia no es permanente. Si actuás mal, la podés perder."