La economía espera nuevos anuncios: ¿Serán efectivos?

El gobierno de Javier Milei ha logrado avances significativos en el ordenamiento fiscal y monetario, con un éxito claro en el proceso de desinflación al menos hasta el último trimestre de 2024. Sin embargo, la incertidumbre sobre la capacidad de consolidar dichos logros no ha permitido generar un cambio igualmente exitoso de las expectativas. La pregunta del millón sigue siendo por qué esta vez será diferente, si la estabilización será duradera y si volveremos a crecer en forma sostenida. La subsistencia misma de ese interrogante es una señal explícita y bastante contundente de lo difícil que aún resulta convencernos de que la oportunidad que se nos abre será aprovechada.En efecto, la inversión de riesgo no se ha reactivado como se esperaba y prevalece una actitud de desconfianza que afecta el consumo de bienes durables y la construcción. Por su parte, las exportaciones y los sectores que compiten con importaciones se ven afectados por la apreciación real del peso (que persiste), mientras que el consumo masivo enfrenta las consecuencias del menor ingreso disponible de amplios sectores de la población. Como resultado, la recuperación, en un contexto de fuerte dispersión sectorial, aún no alcanza los niveles necesarios para desencadenar un auge sostenido del empleo privado.Capital Humano Cambian los planes sociales para siempre: el Gobierno anunció que estas personas serán dadas de baja Una de las propuestas que el Gobierno ha venido insinuando es la utilización de los dólares ahorrados fuera del sistema financiero para reactivar la demanda interna. Sin embargo, la intuición sugiere que esta estrategia difícilmente tendrá los efectos esperados sin una mejora significativa de las expectativas. Los anuncios recientes, como el acuerdo con el FMI, el levantamiento parcial del cepo y el nuevo régimen cambiario, no parecen haber sido suficientes como para generarla y despejar las dudas que aún subsisten. En particular una de esas dudas es si el BCRA podrá acumular reservas: un indicador crucial para descomprimir definitivamente el riesgo país y permitir una verdadera estabilidad a largo plazo.En este contexto, el enfoque del Gobierno hacia los anuncios de política económica merece una reflexión. Uno de los elementos comunes en los programas de cambio de régimen exitosos es que las medidas no se toman de manera aislada o secuencial, sino que se presentan como un paquete integrado de reformas. Los denominados "paquetes económicos" combinan políticas fiscales, monetarias, cambiarias y estructurales de manera coordinada, buscando generar un impacto inmediato y contundente sobre las expectativas de los agentes económicos. Puede que el concepto esté algo desprestigiado en Argentina, pero esto responde más a los errores de diseño e implementación de algunos de ellos que a una falla conceptual o en la lógica subyacente. Los paquetes económicos tienen el potencial de ser una herramienta poderosa para abordar múltiples desafíos simultáneamente, siempre y cuando sean diseñados y ejecutados de forma coherente.Banco Central de la República ArgentinaEn tal sentido, la literatura económica sugiere que un cambio de régimen exitoso no sólo depende de la naturaleza de las medidas adoptadas, sino también de la manera en que esas medidas son percibidas por el mercado. Si las expectativas no reaccionan, o tardan en hacerlo, y las autoridades económicas responden con nuevos anuncios, los mismos pueden no ser efectivos. Especialmente si los actores económicos perciben que no "todo marcha de acuerdo a lo planeado" y que se requieren nuevos anuncios debido a que las medidas anteriores no generan los efectos esperados y las dinámicas económicas no se ajustan con la rapidez deseada por las autoridades.Empíricamente, en países que han transitado reformas exitosas, como Chile en la década de 1980 o Alemania tras la reunificación, se ha observado que la clave para generar un cambio real en las expectativas fue la presentación de paquetes de medidas bien diseñados y con un fuerte componente de sustentabilidad y compromiso político. El éxito depende tanto de la forma en la que se anuncian las medidas como de la capacidad de transmitir la seguridad de que las mismas serán sostenibles en el tiempo. De no mediar esa confianza, las medidas pueden percibirse como transitorias y, como resultado, pueden no tener los efectos buscados.En este marco, la dinámica política y la estrategia de construcción política del Gobierno se torna aún más relevante. Lo cual lleva a que el centro de atención de los mercados se vaya desplazando desde las dinámicas económicas hacia las políticas; y, en particular, a cómo encara el oficialismo el proceso electoral y cuáles son sus chances de moldear un futuro parlamento capaz de aprobar las reformas estructurales pendientes. Además, los reveses legislativos recientes no hacen más que recalcar las dificultades de la Libertad Avanza y sus aliados para avanzar con proyectos que son impulsados o son del agrado del Ejecutivo o p

May 14, 2025 - 08:46
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La economía espera nuevos anuncios: ¿Serán efectivos?

El gobierno de Javier Milei ha logrado avances significativos en el ordenamiento fiscal y monetario, con un éxito claro en el proceso de desinflación al menos hasta el último trimestre de 2024. Sin embargo, la incertidumbre sobre la capacidad de consolidar dichos logros no ha permitido generar un cambio igualmente exitoso de las expectativas. La pregunta del millón sigue siendo por qué esta vez será diferente, si la estabilización será duradera y si volveremos a crecer en forma sostenida. La subsistencia misma de ese interrogante es una señal explícita y bastante contundente de lo difícil que aún resulta convencernos de que la oportunidad que se nos abre será aprovechada.

En efecto, la inversión de riesgo no se ha reactivado como se esperaba y prevalece una actitud de desconfianza que afecta el consumo de bienes durables y la construcción. Por su parte, las exportaciones y los sectores que compiten con importaciones se ven afectados por la apreciación real del peso (que persiste), mientras que el consumo masivo enfrenta las consecuencias del menor ingreso disponible de amplios sectores de la población. Como resultado, la recuperación, en un contexto de fuerte dispersión sectorial, aún no alcanza los niveles necesarios para desencadenar un auge sostenido del empleo privado.

Una de las propuestas que el Gobierno ha venido insinuando es la utilización de los dólares ahorrados fuera del sistema financiero para reactivar la demanda interna. Sin embargo, la intuición sugiere que esta estrategia difícilmente tendrá los efectos esperados sin una mejora significativa de las expectativas. Los anuncios recientes, como el acuerdo con el FMI, el levantamiento parcial del cepo y el nuevo régimen cambiario, no parecen haber sido suficientes como para generarla y despejar las dudas que aún subsisten. En particular una de esas dudas es si el BCRA podrá acumular reservas: un indicador crucial para descomprimir definitivamente el riesgo país y permitir una verdadera estabilidad a largo plazo.

En este contexto, el enfoque del Gobierno hacia los anuncios de política económica merece una reflexión. Uno de los elementos comunes en los programas de cambio de régimen exitosos es que las medidas no se toman de manera aislada o secuencial, sino que se presentan como un paquete integrado de reformas. Los denominados "paquetes económicos" combinan políticas fiscales, monetarias, cambiarias y estructurales de manera coordinada, buscando generar un impacto inmediato y contundente sobre las expectativas de los agentes económicos. Puede que el concepto esté algo desprestigiado en Argentina, pero esto responde más a los errores de diseño e implementación de algunos de ellos que a una falla conceptual o en la lógica subyacente. Los paquetes económicos tienen el potencial de ser una herramienta poderosa para abordar múltiples desafíos simultáneamente, siempre y cuando sean diseñados y ejecutados de forma coherente.

Banco Central de la República Argentina

En tal sentido, la literatura económica sugiere que un cambio de régimen exitoso no sólo depende de la naturaleza de las medidas adoptadas, sino también de la manera en que esas medidas son percibidas por el mercado. Si las expectativas no reaccionan, o tardan en hacerlo, y las autoridades económicas responden con nuevos anuncios, los mismos pueden no ser efectivos. Especialmente si los actores económicos perciben que no "todo marcha de acuerdo a lo planeado" y que se requieren nuevos anuncios debido a que las medidas anteriores no generan los efectos esperados y las dinámicas económicas no se ajustan con la rapidez deseada por las autoridades.

Empíricamente, en países que han transitado reformas exitosas, como Chile en la década de 1980 o Alemania tras la reunificación, se ha observado que la clave para generar un cambio real en las expectativas fue la presentación de paquetes de medidas bien diseñados y con un fuerte componente de sustentabilidad y compromiso político. El éxito depende tanto de la forma en la que se anuncian las medidas como de la capacidad de transmitir la seguridad de que las mismas serán sostenibles en el tiempo. De no mediar esa confianza, las medidas pueden percibirse como transitorias y, como resultado, pueden no tener los efectos buscados.

En este marco, la dinámica política y la estrategia de construcción política del Gobierno se torna aún más relevante. Lo cual lleva a que el centro de atención de los mercados se vaya desplazando desde las dinámicas económicas hacia las políticas; y, en particular, a cómo encara el oficialismo el proceso electoral y cuáles son sus chances de moldear un futuro parlamento capaz de aprobar las reformas estructurales pendientes. Además, los reveses legislativos recientes no hacen más que recalcar las dificultades de la Libertad Avanza y sus aliados para avanzar con proyectos que son impulsados o son del agrado del Ejecutivo o para bloquear otros que atentan o ponen en riesgo la agenda oficial.

Sobre esta geografía se extiende la percepción de una tensa espera, pero sin que quede claramente delineado qué es lo que concretamente se está esperando. El presidente norteamericano Woodrow Wilson (1913-1921) sostenía que "todas las cosas le llegan al que espera, siempre que sepa lo que está esperando". La intuición indica que un triunfo indiscutido del oficialismo en las elecciones nacionales de octubre (claro y sin interpretaciones rebuscadas o caprichosas) podría destrabar las expectativas. Pero, atención, si dicho triunfo no es sinónimo de leyes aprobadas (el primer test será el Presupuesto 2026), subsistirá el riesgo de que la espera se convierta en otra frustración prolongada.