Extraña pareja: un clásico del teatro, abordado con trazo grueso

Con poca vitalidad en las situaciones y gags que no llegan a generar la risa del público, la puesta disuelve la exquisitez y la belleza estética que caracteriza a Neil Simon

May 15, 2025 - 02:24
 0
Extraña pareja: un clásico del teatro, abordado con trazo grueso

Extraña pareja. Autor: Neil Simon. Actúan: Diego Pérez, Bicho Gómez, Gonzalo Urtizberea, Gaby Almirón, Jorge Noya, Betty Villar y Mercedes Cordero. Vestuario: Betiana Temkin. Escenografía: Lula Rojo. Iluminación: Marcelo Seghi. Dirección: Carlos Olivieri. Sala: Multiteatro (Corrientes 1283). Funciones: miércoles a viernes a las 20, sábados a las 19.30 y 21.30; domingos a las 19.30. Duración: 90 minutos. Nuestra opinión: regular

Esta comedia emblemática del norteamericano Neil Simon estrenada en su país en 1965, que tuvo una adaptación cinematográfica en 1968 y en los 70 se convirtió en una serie televisiva, comenzó a representarse en Buenos Aires en la década del 80. Desde entonces vuelve, una y otra vez, a ponerse en escena y, en general, con buena aceptación del público.

En 1983 se estrenó con dirección de Carlos Moreno (este director la repuso en varias oportunidades, con diferentes elencos) y estuvo protagonizada por una pareja que pisaba fuerte en aquellos tiempos, Ricardo Darín y Carlos Calvo. Este último volvió a protagonizarla junto a Pablo Rago en 2007 y, entre otras versiones, la recrearon Claudio García Satur y Arnaldo André (1999), Gustavo Bermúdez y Miguel Ángel Rodríguez (2015).

En 1985 Simon creó una versión femenina de la pieza y aquí se conoció a través de las recreaciones de Ana María Picchio y Soledad Silveyra (1989) y Patricia Palmer y Catherine Fullop (2001).

Extraña pareja es una obra cuya simple historia muestra la relación de dos amigos divorciados que intentan vivir juntos. Oscar lleva separado de su mujer hace un tiempo y está acostumbrado a manejarse solo en un departamento en el que sobresalen la suciedad y el desorden. Félix, a quien su mujer le acaba de pedir el divorcio, ha entrado en un campo de notable desesperación. No quiere dejar a su esposa y mucho menos a sus dos hijos. Pero acompañado por un grupo de amigos entrañables comprende la realidad que le toca vivir y acepta finalmente quedarse a vivir en la casa de Oscar.

A medida que pasa el tiempo la relación comienza a deteriorarse, sobre todo porque Félix es sumamente obsesivo con el orden y la limpieza, algo que a su amigo lo desorienta y hasta le molesta notablemente. No puede desarrollar su propia vida en soledad como realmente le gustaría.

Si bien a esta comedia se le nota bastante el paso del tiempo (por su estilo, sus diálogos) es cierto que la trama que propone bien podría suceder hoy en cualquier barrio de Buenos Aires, aunque la acción de esta propuesta se mantiene en Nueva York.Extraña pareja

El director Carlos Olivieri opta por construir cada una de las situaciones dentro de un marco realista que hace que ciertas cualidades de la escritura de Simon desaparezcan de la escena. Algunos matices, sutilezas, a la hora de crear los personajes, se han dejado de lado. El creador ha optado por delinear a esos seres con cierto trazo grueso que si bien va muy bien con cada uno de los actores con los que trabaja (dadas las cualidades, posibilidades y hasta el código de interpretación de ellos), hace que se pierda algo la exquisitez, la belleza estética que caracteriza al autor de piezas como Perdidos en Yonker, El último de los amantes ardientes, Plaza suite, La chica del adiós, entre tantas otras.

El elenco responde con corrección a las marcaciones del director, aunque a un ritmo algo moroso, que hace que ciertas situaciones pierdan vitalidad y el público no llegue a disfrutarlas como el autor lo propone. Hay muchos gags que no llegan a provocar risa.

Es cierto que no resulta sencillo trasladar el humor norteamericano a nuestra comunidad, pero a Simon hay que encontrarle ese sentido que posee a la hora de transmitir historias en apariencia divertidas (como en este caso) pero siempre cargadas de humanidad. La construcción de sus personajes obliga a reparar profundamente en eso. Y una vez logrado, con solo hacer que ellos comiencen a caminar el escenario el juego se va completando y enriqueciendo.