Este es el pequeño pueblo asturiano con la mayor mina de oro de Europa
30 toneladas del preciado metal se esconden en las lagunas de Salave, en la localidad de Tapia de Casariego Ana Paz Paredes, maestra del asturianismo real, publica su segunda guía para enamorarse de Asturias Bajo tierra. Desde hace más de 2.000 años. Intactas. En un pequeño pueblo asturiano, Tapia de Casariego, se esconde la reserva de oro más grande de Europa, concretamente en las conocidas como lagunas de Salave. La cantidad de oro que aguarda esta localidad se acerca a las 30 toneladas, peso del metal precioso que equivaldría al 10% de las reservas de oro del Banco de España. Lo cierto es que ‘la fiebre del oro’ en la península empezó ya en la época del Imperio romano, como Las Médulas, en este caso en la provincia de León, donde consiguieron extraer más de cinco toneladas de este metal con un método que permitía el derrumbe de la montaña con el uso de la presión del agua. Lo cierto es que los expertos en la materia aseguran que, después del Imperio romano, la mina de Salave fue casi olvidada. La técnica romana La historia del oro asturiano se remonta a hace al menos 2.000 años, cuando los ingenieros romanos revolucionaron la extracción de metales preciosos gracias al desarrollo de métodos de minería hidráulica a gran escala para la extracción superficial de minerales, con el fin de satisfacer la insaciable demanda de oro del imperio. Las técnicas mineras romanas eran ingeniosas y efectivas. Por ejemplo, emplearon acueductos para transportar grandes cantidades de agua al yacimiento minero, donde se liberaba para lavar el suelo sobrecargado y exponer la roca aurífera. Se trataba de un método que, eso sí, remodelaba paisajes enteros a la vez que permitía la extracción. La zona tiene una característica relativamente rara en Asturias, ya que los suelos son de granito, lo que facilitó la creación de yacimientos de oro y otros metales, hecho que ha 'protegido' la mina con el tiempo. El resto de yacimientos asturianos, rodeados por tierras sedimentarias, eran más fáciles de explotar. A pesar del apetitoso botín, en los últimos años ha habido muchos proyectos presentados para explotar este yacimiento, pero ninguno ha prosperado, entre otras razones por los problemas que puede originar el impacto ambiental.

30 toneladas del preciado metal se esconden en las lagunas de Salave, en la localidad de Tapia de Casariego
Ana Paz Paredes, maestra del asturianismo real, publica su segunda guía para enamorarse de Asturias
Bajo tierra. Desde hace más de 2.000 años. Intactas. En un pequeño pueblo asturiano, Tapia de Casariego, se esconde la reserva de oro más grande de Europa, concretamente en las conocidas como lagunas de Salave.
La cantidad de oro que aguarda esta localidad se acerca a las 30 toneladas, peso del metal precioso que equivaldría al 10% de las reservas de oro del Banco de España.
Lo cierto es que ‘la fiebre del oro’ en la península empezó ya en la época del Imperio romano, como Las Médulas, en este caso en la provincia de León, donde consiguieron extraer más de cinco toneladas de este metal con un método que permitía el derrumbe de la montaña con el uso de la presión del agua. Lo cierto es que los expertos en la materia aseguran que, después del Imperio romano, la mina de Salave fue casi olvidada.
La técnica romana
La historia del oro asturiano se remonta a hace al menos 2.000 años, cuando los ingenieros romanos revolucionaron la extracción de metales preciosos gracias al desarrollo de métodos de minería hidráulica a gran escala para la extracción superficial de minerales, con el fin de satisfacer la insaciable demanda de oro del imperio.
Las técnicas mineras romanas eran ingeniosas y efectivas. Por ejemplo, emplearon acueductos para transportar grandes cantidades de agua al yacimiento minero, donde se liberaba para lavar el suelo sobrecargado y exponer la roca aurífera. Se trataba de un método que, eso sí, remodelaba paisajes enteros a la vez que permitía la extracción.
La zona tiene una característica relativamente rara en Asturias, ya que los suelos son de granito, lo que facilitó la creación de yacimientos de oro y otros metales, hecho que ha 'protegido' la mina con el tiempo. El resto de yacimientos asturianos, rodeados por tierras sedimentarias, eran más fáciles de explotar.
A pesar del apetitoso botín, en los últimos años ha habido muchos proyectos presentados para explotar este yacimiento, pero ninguno ha prosperado, entre otras razones por los problemas que puede originar el impacto ambiental.