La película que no te dejará indiferente: Crítica de ‘Die My Love

El regreso de Lynne Ramsay al cine con Die My Love es un puñetazo emocional que no pide permiso para sacudir al espectador. Es una película que no quiere que te sientas cómodo, que se niega a ofrecerte una narrativa fácil o personajes con los que empatizar de inmediato. En lugar de eso, Ramsay nos invita a presenciar el colapso psicológico de Grace (Jennifer Lawrence), una madre recién estrenada que se hunde en una espiral de desesperación y violencia mientras su mundo se desmorona a su alrededor.

Desde sus primeros minutos, Die My Love establece su tono con una fuerza visceral que es difícil de ignorar. La cámara de Seamus McGarvey, con su aspecto cuadrado y encuadres claustrofóbicos, encierra a los personajes en un mundo de aislamiento físico y emocional. La casa en ruinas que heredan Grace y su pareja, Jackson (Robert Pattinson), es un reflejo físico de su relación: un lugar que una vez pudo haber tenido potencial, pero que ahora solo sirve para amplificar sus frustraciones y resentimientos.

Jennifer Lawrence en su papel más desafiante

Si hay un elemento que destaca en Die My Love, es la actuación feroz y sin concesiones de Jennifer Lawrence. Grace es un personaje complicado, a menudo desagradable, que desafía al público a seguirla en su descenso a la locura. Lawrence no busca la simpatía fácil, y su interpretación es un torbellino de energía destructiva que te deja sin aliento. Desde sus violentos enfrentamientos con Jackson hasta las escenas en las que deambula por los campos como un animal herido, Lawrence se entrega por completo a su papel.

En una de las escenas más impactantes, Grace se enfrenta a Jackson en el coche, exigiendo que vuelvan a conectar físicamente como antes, solo para que su desesperación termine en un accidente automovilístico que refleja el estado fragmentado de su mente. Estos momentos, intensos y desgarradores, capturan perfectamente el estilo de Ramsay, que nunca ha tenido miedo de llevar a sus personajes al límite.

Una visión cruda y despiadada de la maternidad

A diferencia de otras películas que tratan sobre la maternidad y la depresión posparto, Die My Love no busca ofrecer una narrativa de redención o esperanza. Aquí, la maternidad es un campo de batalla emocional, un lugar donde las expectativas chocan brutalmente con la realidad. Ramsay no se detiene en mostrar a Grace como una figura trágica y compleja, atrapada en una jaula que ella misma ha construido, luchando contra los demonios que la persiguen sin descanso.

El guion de Enda Walsh, Alice Birch y la propia Ramsay no ofrece soluciones fáciles ni respuestas claras. En lugar de eso, presenta a Grace como una mujer atrapada entre la furia y la desesperación, incapaz de reconciliarse con su nueva identidad como madre. Es un enfoque que puede resultar agotador para algunos espectadores, pero que también es brutalmente honesto en su representación de una psique fracturada.

Un paisaje sonoro inquietante

El diseño de sonido de Paul Davies es otro aspecto crucial de la experiencia. Desde el zumbido persistente de una mosca al principio hasta los estruendosos acordes de Lou Reed y David Bowie que inundan ciertas escenas, el sonido en Die My Love es tan opresivo y caótico como la mente de Grace. En una escena particularmente perturbadora, Grace se desliza hacia la locura al ritmo de ‘Mickey’ de Toni Basil, repitiendo «All righty» mientras se mueve frenéticamente por la casa, un momento que encapsula perfectamente la energía febril y descontrolada de la película.

¿Un clásico instantáneo o una prueba de resistencia?

Al igual que en sus trabajos anteriores, Ramsay se niega a ofrecer un final fácil o una resolución satisfactoria. El clímax de Die My Love, que involucra una explosión literal y emocional, es tanto catártico como inquietante, dejando al espectador con más preguntas que respuestas. Esto puede ser frustrante para algunos, pero para aquellos que están dispuestos a sumergirse en su visión despiadada y sin concesiones del dolor humano, es una experiencia cinematográfica profundamente gratificante.

Die My Love no es una película para todos. Es un viaje oscuro y agotador a las profundidades de la psique humana, un recordatorio de que el cine puede ser tan cruel como hermoso. Para aquellos que se atrevan a enfrentarlo, el último trabajo de Lynne Ramsay ofrece una experiencia cinematográfica que se graba en la memoria como una cicatriz que nunca se borra del todo.

¿Qué opinas tú de esta arriesgada propuesta?

Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com