Espárragos verdes a la plancha

Cómo hacer espárragos a la plancha: receta fácil, rápida y saludable para aprovechar su temporada en primavera. ¡Listos en 15 minutos! La entrada Espárragos verdes a la plancha es un contenido original de PequeRecetas

May 18, 2025 - 11:52

Hay verduras que, cuando están en su momento, no necesitan más que una sartén bien caliente y un poco de sal. Los espárragos a la plancha son uno de esos casos. En cuanto empieza la primavera, los veo en la frutería y van directos a casa. No porque tenga una receta sofisticada en mente, sino porque sé que con dos vueltas en la sartén ya tengo un plato que funciona.

Los solemos ver acompañando carnes o pescados, pero si están bien hechos, pueden ser perfectamente los protagonistas. También puedes hacer espárragos al horno o en airfryer o preparar una crema de espárragos suave y ligera, que es otra opción buenísima.

Además de lo buenos que están, los espárragos verdes tienen lo suyo a nivel nutricional. Son muy bajos en calorías (unas 20 kcal por cada 100 g), ricos en fibra y tienen un efecto diurético natural, lo que los hace ideales si estamos buscando recetas ligeras y que nos ayuden a deshincharnos un poco.

Aportan ácido fólico, vitamina C, vitamina A y varias del grupo B, lo que viene genial para el sistema inmune, la piel y el metabolismo. Y al cocinarlos a la plancha, sin añadir apenas grasa ni agua, conservan muy bien sus propiedades. Vamos, que además de ricos, son un fichaje saludable para meter más verdura sin complicarse

Receta de espárragos a la plancha

Ingredientes

1 manojo de espárragos verdes frescos (unos 300 g)
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
Sal en escamas o sal gruesa
Pimienta negra recién molida (opcional)
Zumo de limón o vinagre balsámico (opcional, para servir)

Cómo hacer espárragos a la plancha

Lo primero es lavar los espárragos bajo el grifo y secarlos bien con un paño o papel de cocina.
Si son muy finos, casi que ni hace falta pelarlos, pero si son gruesos o la parte baja está algo dura, podemos pelar ligeramente el tallo con un pelador de verduras.
Sujetamos cada espárrago con las dos manos y lo doblamos con suavidad: se partirá justo por donde empieza la parte fibrosa. Esa parte dura la desechamos o la guardamos para un caldo.
Calentamos una plancha o sartén amplia a fuego medio-alto. Cuando esté bien caliente, echamos unas gotas de aceite y lo repartimos con un pincel o papel de cocina para que no se acumule.
Colocamos los espárragos en una sola capa, sin amontonarlos, y los cocinamos unos 4-5 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando hasta que estén tiernos pero con un poco de mordida. Notarás que se marcan ligeramente y cogen un color verde más intenso.
Al final, los pasamos a un plato, añadimos sal en escamas, un poco de pimienta si nos gusta, y unas gotas de limón o balsámico si queremos darles un toque extra.

Cómo acompañar los espárragos a la plancha

Aunque muchas veces los usamos como guarnición sin pensarlo demasiado, los espárragos a la plancha dan para mucho más. Si los sirves con un poco de queso rallado por encima —parmesano, feta o incluso una burrata bien fría—, tienes un entrante sencillo pero resultón. También quedan de lujo con un huevo poché o un huevo frito encima, porque esa yema mezclada con los espárragos es gloria pura.

Consejos para que salgan perfectos

esparragos trigueros a la plancha - Espárragos verdes a la plancha

Antes de ponerte con la plancha, hay un par de cosas que conviene tener claras. No es una receta complicada, pero hay pequeños detalles que marcan la diferencia.

1. Fíjate en el grosor y la frescura de los espárragos

Lo ideal es que los espárragos sean firmes, con las yemas cerradas y el tallo sin arrugas ni zonas secas. Si son muy finos se hacen en un suspiro, pero si son gruesos, vale la pena pelar un poco la parte baja para que no queden duros. Eso sí, no los cortes todos igual: deja la parte tierna y desecha solo lo justo.

2. No te pases con el aceite ni con la cocción

Una cucharada de aceite repartida bien es suficiente. Si echas más, en lugar de asados te saldrán casi fritos. Y con la cocción, mejor quedarse cortos que pasarse: deben quedar tiernos pero con un poco de mordida, no blandurrios.

3. Plancha bien caliente, siempre

Si la sartén no está caliente de verdad, los espárragos se cuecen en lugar de dorarse. Espera a que humee un poco antes de ponerlos, y no los amontones para que se cocinen de forma uniforme.

4. No temas darles sabor

Sal en escamas al final, un poco de limón exprimido o unas gotas de vinagre balsámico les van genial. También puedes añadir queso parmesano, unas semillas o incluso un huevo poché si los quieres convertir en plato principal.

Dudas frecuentes sobre los espárragos a la plancha

¿Se pueden hacer espárragos a la plancha con espárragos congelados?

Sí, aunque no quedan exactamente igual. Lo ideal es descongelarlos antes y secarlos muy bien con papel de cocina. No esperes el mismo punto crujiente que con los frescos, pero para salir del paso funcionan

¿Puedo prepararlos con antelación?

Puedes dejarlos listos y recalentarlos un momento en la sartén justo antes de servir, aunque lo suyo es hacerlos al momento. Si los recalientas en microondas, se reblandecen y pierden gracia.

¿Cómo evito que queden duros o fibrosos?

La clave está en eliminar la parte dura. Sujétalos con las dos manos y dóblalos: se romperán justo por donde empieza la parte tierna. Si son gruesos, además conviene pelar un poco la base con un pelador.

¿Cómo se conservan los espárragos frescos en la nevera?

Lo mejor es envolver la base con un paño húmedo o meterlos en un vaso con un poco de agua, como si fueran flores. Aguantan así 2-3 días sin problema. Si los dejas en la bolsa, se secan rápido.

¿Qué parte del espárrago se come y cuál se desecha?

Se come la parte superior, que es más tierna, desde la yema hasta donde empieza a estar duro el tallo. Esa parte fibrosa inferior puedes usarla para caldos si no está demasiado leñosa, pero en general se desecha.

Al final, los espárragos a la plancha tienen todo lo que buscamos en una receta del día a día: son rápidos, sanos, y lo bastante versátiles como para servirlos solos, como guarnición o dentro de un plato más completo. Si te han gustado así, prueba también a prepararlos espárragos al horno con un poco de queso o mételos en una crema de espárragos verdes suave que sirva de primer plato. Y si tienes un manojo en la nevera, ya sabes: plancha caliente y listo:

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