En fotos: de “campamento de gitanos” a gran cita cultural argentina, medio siglo de historia de la Feria del Libro
Se cumplieron 50 años de la primera Feria Internacional del Libro porteño, como originalmente se llamó el encuentro que se haría famoso por reunir al autor el lector

A la primera Feria Internacional del Libro porteño, inaugurada en febrero de 1975 en el Centro Municipal de Exposiciones y en medio -cuándo no- de una crisis política y económica en el país, asistieron 140.000 personas que visitaron 116 stands. Las editoriales vendieron 170.000 ejemplares. “Tenía más aspecto de campamento de gitanos que de Feria del Libro”, recordaría en 2004 el escritor Abelardo Castillo en su discurso de apertura de la trigésima edición. Por iniciativa de la Sociedad Argentina de Escritores y las cámaras del sector, nacía entonces el evento cultural que se convertiría en el más importante del país.
La segunda edición debió retrasar su apertura hasta el 27 de marzo, días después del golpe de Estado. Durante los años en que el gobierno de facto secuestró a escritores y periodistas e impuso una censura rígida, recorrieron los pasillos de la Feria Jorge Videla, Roberto Viola y hasta Leopoldo Galtieri. En 1982, abrió al público un día antes del desembarco de las tropas argentinas en las islas Malvinas y Georgias del Sur; aquel 2 de abril, hubo pocos asistentes y el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos casi no pudo firmar ejemplares de sus obras.
En 1983, el candidato radical Raúl Alfonsín firmó autógrafos (volvería años después como expresidente y autor), mientras escritores como Osvaldo Soriano, Luisa Valenzuela y Enrique Medina, entre otros, conversaban sobre la censura y la autocensura. Carlos Menem y Fernando de la Rúa concurrieron a la Feria mientras eran presidentes. Dos años después, Eudeba presentó el informe de la Conadep, Nunca Más, con prólogo de Ernesto Sabato, que se volvió un best seller. Y en 1997, la Feria se paralizó cuando se hizo un minuto de silencio por el asesinato del fotorreportero José Luis Cabezas.
En 2000, por el crecimiento del evento, se hizo la mudanza al predio de La Rural. Esa edición, en la que diez años antes de recibir el Nobel de Literatura el peruano Vargas Llosa presentó La fiesta del Chivo, tuvo un millón de visitantes. En 2010, un recital de Caetano Veloso convocó a más de 45.000 personas y en 2018, en su discurso inaugural, Claudia Piñeiro alzó un pañuelo verde, símbolo del reclamo del movimiento feminista. En 2019, el ministro de Cultura de Cambiemos, Pablo Avelluto, no pudo concluir su discurso por los abucheos y protestas del público.
Esos y otros episodios de la historia de la Feria del Libro de Buenos Aires se encuentran en un libro de colección, de tapa dura y cuatrocientas páginas, titulado 50 años de la Feria del Libro de Buenos Aires, presentado por la Fundación El Libro (FEL) este lunes, un acto en la Sala José Hernández. La coordinación, investigación y edición estuvo a cargo de María Zago y Karina Wroblewski. Gran parte del material proviene del archivo del editor e intelectual Isay Klasse, cuya familia donó un valioso archivo de decenas de cajas a la FEL. Se imprimieron mil ejemplares, con un costo aproximado de cuarenta millones de pesos. Aún no se decidió si se comercializará en librerías.
El volumen incluye los discursos inaugurales que diferentes escritores argentinos dieron entre 2001 y 2024 (el de Saer, que no fue encontrado, se reconstruyó con crónicas periodísticas) y fotos en gran tamaño de Jorge Luis Borges, María Elena Walsh, Beatriz Guido, Antonio Di Benedetto, Félix Luna, Tomás Eloy Martínez, Roberto Fontanarrosa, Angélica Gorodischer, Poldy Bird, Antonio Dal Masetto, Marta Lynch, Osvaldo Bayer, Quino y Hebe Uhart, entre muchos otros. También hay retratos y testimonios de ilustres visitantes extranjeros como Vinicius de Moraes, Jorge Amado, Ida Vitale, José Saramago, Rosa Montero, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Doris Lessing, J. M. Coetzee, Ray Bradbury (en 1997 y, por videoconferencia, en 2006), Paul Auster y Enrique Vila-Matas, “el escritor español más argentino de todos”, como se presentó el autor de Bartebly y compañía.
Tiene “pistas extra”, como la conversación entre Borges y Sontag, en 1985, cuando el escritor argentino le dijo a su colega estadounidense que la ceguera lo defendía de “ver la televisión” y que los lectores eran “una especie en vías de extinción” (a diferencia de los escritores, acotó con ironía); fragmentos de un manuscrito recuperado de María Walsh (de una charla sobre feminismo, en 1985) y una “línea de tiempo” con distintos hitos del evento, como la inauguración de espacios como Zona Futuro y el stand de diversidad sexual Orgullo y Prejuicio.
Además, se rinde tributo a Marta Díaz, “audaz e innovadora” directora de la FEL y de la Feria, que dirigía todo “con mano de hierro y guante de terciopelo”, como la describió Magdalena Iraizoz, de Cadra, y a la participación de las bibliotecas populares de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares que, desde 2005, gracias a una propuesta de María del Carmen Bianchi y con apoyo estatal, pueden comprar ejemplares a mitad de precio para actualizar sus catálogos.
En dos ediciones, recuerdan las coordinadoras del libro, se reemplazaron los discursos por espectáculos poético-musicales (en 2007, Norma Aleandro recitó poemas de Borges y textos de Cortázar, y en 2010, Teresa Parodi y Víctor Heredia leyeron textos de la gesta independentista iniciada en 1810). En 2020 y en 2021, la Feria no se hizo por las restricciones sanitarias impuestas en pandemia.
“Sufrimos muchas crisis económicas, políticas y sanitarias, pero se siguió adelante”, dijo el lunes el nuevo presidente de la FEL, Christian Rainone, que con su perfil moderado apuesta a que, en 2026, el presidente Javier Milei visite la Feria para celebrar la quincuagésima edición. En 2024, Milei y su hermana Karina desistieron de concurrir a La Rural por asperezas con la Fundación El Libro, entonces presidida por Alejandro Vaccaro.
El pasado lunes de luna llena, en la Sala José Hernández, Vaccaro, ahora secretario de Cultura de la FEL, indicó que el libro no tenía “paternidad” y que había sido hecho con “la creatividad e inteligencia de muchas personas”. “Nos hubiera gustado que tuviera ochocientas páginas y desarrollar muchas cosas”, afirmó. Expresidentes de la FEL y Rainone, así como seis de los escritores que dieron discursos de apertura -Luis Gusmán, Martín Kohan, Vicente Battista, Liliana Heker, Claudia Piñeiro y Juan Sasturain- subieron al escenario para brindar con el público -escritores, editores, académicos, periodistas y gestores culturales- por el 50° aniversario de la creación de Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.