El vallhund sueco, un perro pequeño pero alerta, enérgico y con alma de vikingo

Presentan variedad de longitudes de cola, desde colas completas hasta cortas (bobtails) naturales.

May 4, 2025 - 07:51
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El vallhund sueco, un perro pequeño pero alerta, enérgico y con alma de vikingo

Con un físico compacto y una energía desbordante, el vallhund sueco o también llamado spitz de los visigodos, es una de las razas caninas más antiguas de Suecia. Su historia se remonta al menos al siglo VIII o IX, cuando los comerciantes de origen nórdico surcaban los mares del norte de Europa. Era un perro habitual en las granjas de la provincia sueca de Västergötland, donde se utilizaba como perro pastor, guardián del territorio y del gallinero y cazador de roedores.

La inevitable semejanza con otras razas, como el welsh corgi, ha sido objeto de debate, ya que no se tienen certezas documentadas de si fueron realmente los vikingos quienes llevaron perros tipo vallhund a las islas británicas o si el intercambio fue en la dirección contraria. En cualquier caso, las similitudes físicas y funcionales entre ambas razas sugieren un posible origen compartido o una evolución paralela.

La recuperación moderna del vallhund se debe en buena parte al trabajo del conde Björn von Rosen y de Karl-Gustaf Zetterstén, quienes en la década de 1940 recorrieron las tierras de Varaslätten en bicicleta para localizar ejemplares. Gracias a su esfuerzo, se pudo iniciar un programa de cría que culminó en el reconocimiento oficial de la raza por parte del Kennel Club sueco en 1943. Actualmente es una raza reconocida por todas las asociaciones caninas internacionales.

Energía ilimitada y personalidad entusiasta

El vallhund sueco destaca por su cuerpo alargado, bajo y bien musculado, seleccionado durante siglos para el pastoreo de ganado sin riesgo de recibir patadas. Su ladrido característico es solo una de las formas con las que mantiene el contacto con su entorno: se trata de un perro muy comunicativo y sensible a los cambios en su ambiente.

Históricamente, ha cumplido múltiples funciones en el ámbito rural y, además de su papel como perro pastor, guiando y agrupando el ganado a corta distancia, era habitual verle custodiando las gallinas, manteniendo a raya a los roedores o dando la alarma a su familia ante la llegada de personas extrañas.

En la actualidad, sigue ejerciendo como perro de granja, pero también se ha adaptado a la vida moderna como compañero activo y versátil. Su inteligencia y energía lo convierten en un candidato ideal para disciplinas como la obediencia, el agility y otras modalidades de entrenamiento deportivo.

No es una raza canina de alta prevalencia fuera de Escandinavia, pero su popularidad se ha mantenido en un crecimiento lento y sostenido entre quienes buscan perros pequeños con gran capacidad multifuncional y una personalidad apabullante.

Es un perro que requiere estimulación física y mental constante. No se trata de un perro sedentario ni reservado, por lo que necesita convivir con personas activas, sociales y comprometidas con sus necesidades. Su temperamento entusiasta y su deseo de agradar pueden llevarlo a desarrollar conductas problemáticas si no se le proporciona la dosis adecuada de ejercicio y desafíos cognitivos.

Aunque es sociable con todas las personas y otros animales si se ha socializado correctamente desde cachorro, su instinto de estar alerta y vigilante sigue muy presente. No es raro que ladre ante cualquier estímulo nuevos o desconocidos, lo que puede suponer un inconveniente en entornos urbanos si no se gestiona adecuadamente.

En cuanto a su salud, el vallhund es una raza considerada sana y sin enfermedades hereditarias significativas. Para quienes deseen ampliar la información, se recomienda contactar con la Federación Cinológica Internacional (FCI) o con el mencionado club canino sueco, Svenska Kennelklubben (SKK).