El tesoro oculto bajo el bulevar del Gran Capitán de Córdoba y que muy pocos han visto

El pasado de Córdoba late en su subsuelo. Solo una pequeña parte de los vestigios de antaño pueden hoy contemplarse y algunos hasta han sido puestos en valor. Sin embargo, otros muchos continúan enterrados; un patrimonio arqueológico de gran entidad que, en contados casos, solo unos pocos han podido contemplar. Entre los vestigos que soportan el paso del tiempo y el peso del cemento se encuentran los hallados en 1984 en la avenida del Gran Capitán, con Julio Anguita como alcalde de la capital. Salieron a la luz durante los trabajos proyectados para la construcción de un parking subterráneo que, finalmente, no llegó a llevarse a cabo. El costoso plan de obras que se fue al traste llegaba a los 234 millones de las antiguas pesetas y una capacidad para albergar hasta 450 plazas de aparcamiento. Las complicaciones surgieron desde el primer momento en que se iniciaron los trabajos. Una pala excavadora descubrió unos restos arqueológicos pertenecientes a las épocas romanas y árabes. En concreto, se trataban de un muro árabe y monedas de la era de Constantino, así como restos de cerámicas y esculturas romanas. En un primer momento se hizo caso omiso y se apostó por la continuación del proyecto; aquella decisión provocó destrozos en los descubrimientos. Por ello, docentes y estudiantes universitarios decidieron luchar por su paralización, con protestas hasta conseguir su objetivo: cancelar las obras. Tanto Anguita como la empresa catalana de construcción 'Saba' compartían intereses comunes, por lo que intentaron sin éxito alcanzar acuerdos de continuación de las obras. Finalmente y muy a su pesar, Julio Anguita aceptó las órdenes de la Junta de Andalucía debido a las presiones de la población y la oposición, que le acusó de ser conocedor de lo que encontrarían una vez iniciada la construcción del parking. A raíz de esa defensa por el patrimonio histórico, los yacimientos fueron enterrados y cubiertos por tierra bajo los trabajos bautizados como 'Operación Valkiria'. La zona se acabó por peatonalizar y se convirtió en el bulevar del Gran Capitán. Voces expertas han aventurado que el extenso patrimonio arqueológico de este céntrico enclave se prolonga, además, a las zonas de Colon y Tejares; testigos de un remoto pasado que nunca verán la luz.

Abr 24, 2025 - 10:42
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El tesoro oculto bajo el bulevar del Gran Capitán de Córdoba y que muy pocos han visto
El pasado de Córdoba late en su subsuelo. Solo una pequeña parte de los vestigios de antaño pueden hoy contemplarse y algunos hasta han sido puestos en valor. Sin embargo, otros muchos continúan enterrados; un patrimonio arqueológico de gran entidad que, en contados casos, solo unos pocos han podido contemplar. Entre los vestigos que soportan el paso del tiempo y el peso del cemento se encuentran los hallados en 1984 en la avenida del Gran Capitán, con Julio Anguita como alcalde de la capital. Salieron a la luz durante los trabajos proyectados para la construcción de un parking subterráneo que, finalmente, no llegó a llevarse a cabo. El costoso plan de obras que se fue al traste llegaba a los 234 millones de las antiguas pesetas y una capacidad para albergar hasta 450 plazas de aparcamiento. Las complicaciones surgieron desde el primer momento en que se iniciaron los trabajos. Una pala excavadora descubrió unos restos arqueológicos pertenecientes a las épocas romanas y árabes. En concreto, se trataban de un muro árabe y monedas de la era de Constantino, así como restos de cerámicas y esculturas romanas. En un primer momento se hizo caso omiso y se apostó por la continuación del proyecto; aquella decisión provocó destrozos en los descubrimientos. Por ello, docentes y estudiantes universitarios decidieron luchar por su paralización, con protestas hasta conseguir su objetivo: cancelar las obras. Tanto Anguita como la empresa catalana de construcción 'Saba' compartían intereses comunes, por lo que intentaron sin éxito alcanzar acuerdos de continuación de las obras. Finalmente y muy a su pesar, Julio Anguita aceptó las órdenes de la Junta de Andalucía debido a las presiones de la población y la oposición, que le acusó de ser conocedor de lo que encontrarían una vez iniciada la construcción del parking. A raíz de esa defensa por el patrimonio histórico, los yacimientos fueron enterrados y cubiertos por tierra bajo los trabajos bautizados como 'Operación Valkiria'. La zona se acabó por peatonalizar y se convirtió en el bulevar del Gran Capitán. Voces expertas han aventurado que el extenso patrimonio arqueológico de este céntrico enclave se prolonga, además, a las zonas de Colon y Tejares; testigos de un remoto pasado que nunca verán la luz.