Invicsa Airtech, resultado de una pasión y amistad con «muchas horas de vuelo»
Corría el año 2012, cuando todavía eran estudiantes y además se convertían en amigos. Entonces cursaban Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de León, y ya un mundo que por España comenzaba a despegar llamaba su atención. Eran los drones, esos pequeños aparatos voladores con los que llegar desde tierra a sitios inimaginables incluso en situaciones que por otra vía lo hacen imposible. Y lo que nació como una afición se ha convertido con el paso del tiempo en una empresa. Es Invicsa Airtech, una start-up que incluso ha sido reconocida como un premio . Los EmprendeXXI, impulsados por CaixaBank a través de DayOne -su división especializada en empresas tecnológicas e inversores- y el Ministerio de Industria -a través de Enisa- han reconocido a esta iniciativa. Detrás de Invicsa Airtech están Carlos Rodríguez, Víctor Martínez, Carlos Almanza y Carlos García . Esos cuatro amigos que desde 2021 además de afición por los drones comparten empresa como cofundadores de la firma, 'su' firma. Entonces lanzaron la compañía después de llevar volando «muchos años». Fue durante la pandemia del Covid-19 cuando en 2020, «trabajando cada uno de los cuatro socios fundadores en distintas empresas internacionales, nos dimos cuenta de que el sistema de comunicación por 5G para drones que estábamos desarrollando no existía en el mercado». Vieron que tenían posibilidades de montar un negocio, así que presentaron su idea a la aceleradora de empresas Wolaria «para darle al proyecto carácter empresarial y poder ofrecer nuestro producto y servicios a todo el mundo».Su instinto no falló e Invicsa Airtech es hoy en día una empresa dedicada a automatizar operaciones de drones, integrando inteligencia artificial y conectividad 5G. Con su reconocida tecnología permite la inspección autónoma de aeropuertos y otras infraestructuras críticas, así como la recuperación de cargas espaciales mediante paracaídas autoguiados, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA). Un hobby compartido en época universitaria que no se convertía en empresa nada más terminar sus estudios, sino que al acabar la ingeniería cada uno emprendió nuevos vuelos profesionales por distintos sectores. Pero no perdieron ni el contacto ni la «pasión» por los drones. «Es una forma muy bonita de combinar tecnología y diversión, para nosotros, y para mucha gente, se ha convertido en una salida profesional», destaca Carlos Almanza, uno de los socios fundadores de esta empresa en la que ya trabajan nueve personas. Con sede en León, donde está su centro de control remoto de drones en el Parque Tecnológico, tienen capacidad de operar en toda España. Incluso ya tienen entre sus objetivos «dar el salto internacional en los próximos meses», avanzan. También en su plan de vuelo está marcado el incrementar la plantilla este mismo año «para poder hacer frente a todos los retos que se nos vienen encima». El Premio Emprende XXI lleva aparejada una dotación en metálico de 6.000 euros. Y, además, valoran los galardonados, el hecho «muy relevante» del reconocimiento, pues se trata de una distinción apreciada «en el ecosistema start-up a nivel nacional». Y no se olvidan de la «visibilidad que nos aporta», que «es muy importante en esta etapa de expansión». Además, «nos dan la oportunidad de entrar en la comunidad de AlumniXXI y la formación del Programa Moonshot Thinking, con sesiones en Madrid y en Berlín», subrayan encantados.
Corría el año 2012, cuando todavía eran estudiantes y además se convertían en amigos. Entonces cursaban Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de León, y ya un mundo que por España comenzaba a despegar llamaba su atención. Eran los drones, esos pequeños aparatos voladores con los que llegar desde tierra a sitios inimaginables incluso en situaciones que por otra vía lo hacen imposible. Y lo que nació como una afición se ha convertido con el paso del tiempo en una empresa. Es Invicsa Airtech, una start-up que incluso ha sido reconocida como un premio . Los EmprendeXXI, impulsados por CaixaBank a través de DayOne -su división especializada en empresas tecnológicas e inversores- y el Ministerio de Industria -a través de Enisa- han reconocido a esta iniciativa. Detrás de Invicsa Airtech están Carlos Rodríguez, Víctor Martínez, Carlos Almanza y Carlos García . Esos cuatro amigos que desde 2021 además de afición por los drones comparten empresa como cofundadores de la firma, 'su' firma. Entonces lanzaron la compañía después de llevar volando «muchos años». Fue durante la pandemia del Covid-19 cuando en 2020, «trabajando cada uno de los cuatro socios fundadores en distintas empresas internacionales, nos dimos cuenta de que el sistema de comunicación por 5G para drones que estábamos desarrollando no existía en el mercado». Vieron que tenían posibilidades de montar un negocio, así que presentaron su idea a la aceleradora de empresas Wolaria «para darle al proyecto carácter empresarial y poder ofrecer nuestro producto y servicios a todo el mundo».Su instinto no falló e Invicsa Airtech es hoy en día una empresa dedicada a automatizar operaciones de drones, integrando inteligencia artificial y conectividad 5G. Con su reconocida tecnología permite la inspección autónoma de aeropuertos y otras infraestructuras críticas, así como la recuperación de cargas espaciales mediante paracaídas autoguiados, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA). Un hobby compartido en época universitaria que no se convertía en empresa nada más terminar sus estudios, sino que al acabar la ingeniería cada uno emprendió nuevos vuelos profesionales por distintos sectores. Pero no perdieron ni el contacto ni la «pasión» por los drones. «Es una forma muy bonita de combinar tecnología y diversión, para nosotros, y para mucha gente, se ha convertido en una salida profesional», destaca Carlos Almanza, uno de los socios fundadores de esta empresa en la que ya trabajan nueve personas. Con sede en León, donde está su centro de control remoto de drones en el Parque Tecnológico, tienen capacidad de operar en toda España. Incluso ya tienen entre sus objetivos «dar el salto internacional en los próximos meses», avanzan. También en su plan de vuelo está marcado el incrementar la plantilla este mismo año «para poder hacer frente a todos los retos que se nos vienen encima». El Premio Emprende XXI lleva aparejada una dotación en metálico de 6.000 euros. Y, además, valoran los galardonados, el hecho «muy relevante» del reconocimiento, pues se trata de una distinción apreciada «en el ecosistema start-up a nivel nacional». Y no se olvidan de la «visibilidad que nos aporta», que «es muy importante en esta etapa de expansión». Además, «nos dan la oportunidad de entrar en la comunidad de AlumniXXI y la formación del Programa Moonshot Thinking, con sesiones en Madrid y en Berlín», subrayan encantados.
Publicaciones Relacionadas