El imán del desastre: la insensatez de Trump y la venganza magnética de China
El pasado 3 de abril, China anunció la suspensión de las exportaciones de siete metales de tierras raras pesadas a todo el mundo, esenciales para diversas industrias, intensificando las tensiones comerciales en curso generadas originalmente por la radicalmente absurda estrategia arancelaria de Donald Trump. Estas tierras raras incluyen elementos como el neodimio, el disprosio o …

El pasado 3 de abril, China anunció la suspensión de las exportaciones de siete metales de tierras raras pesadas a todo el mundo, esenciales para diversas industrias, intensificando las tensiones comerciales en curso generadas originalmente por la radicalmente absurda estrategia arancelaria de Donald Trump.
Estas tierras raras incluyen elementos como el neodimio, el disprosio o el itrio, fundamentales para la producción de imanes de alta potencia y de otros elementos fundamentales en tecnologías como vehículos eléctricos, teléfonos móviles, aeronaves y sistemas de defensa. China controla alrededor del 90% del suministro y procesamiento global de estos elementos, y ha mantenido durante mucho tiempo un monopolio estratégico.
Algunos expertos advierten que los Estados Unidos son vulnerables debido a su dependencia de las instalaciones de procesamiento chinas, incluso si lograsen acceder a tierras raras en otros países. Los legisladores norteamericanos, reconociendo la amenaza, ven este movimiento reciente como una razón adicional para acelerar la producción nacional y tratar de diversificar las cadenas de suministro mediante lo que denominan «relocalización amigable», en realidad, chantajear a compañías para que establezcan plantas en el país.
El presidente Trump, al regresar al cargo en enero, ha promovido acuerdos con regiones ricas en minerales como Ucrania y Groenlandia para tratar desesperadamente de reducir la dependencia de China. Aunque la construcción de infraestructura de procesamiento nacional podría llevar tiempo, los expertos creen que, con incentivos y apoyo gubernamental adecuados, los Estados Unidos podrían establecer instalaciones operativas para 2026. Sin embargo, los esfuerzos por cambiar el abastecimiento pueden provocar más medidas de represalia por parte de China contra sectores estadounidenses específicos, como el aeroespacial.
La decisión de China de restringir las exportaciones de tierras raras es una respuesta directa a los aranceles impuestos por el presidente Trump, quien ha intensificado la guerra comercial con medidas proteccionistas. Estas políticas han llevado a una escalada de tensiones, a la que China ha respondido con aranceles propios y restricciones a la exportación de minerales críticos. La dependencia de los Estados Unidos de las tierras raras chinas ha sido una vulnerabilidad reconocida durante mucho tiempo, y esta medida de China expone aún más esa debilidad.
Las consecuencias de esta suspensión son significativas. Las tierras raras son esenciales para la fabricación de una amplia gama de productos tecnológicos y de defensa. La interrupción del suministro puede afectar la producción de vehículos eléctricos, smartphones, sistemas de defensa y otros productos. Además, la medida podría provocar aumentos de precios y escasez en el mercado global, afectando a empresas y consumidores por igual.
China, al utilizar su dominio en el mercado de tierras raras como herramienta de negociación, busca presionar a los Estados Unidos para que reconsidere sus políticas comerciales, y atraer a otros países para que tomen partido por un socio fuerte y decididamente más fiable con capacidad de suministrarles este tipo de materiales. Sin embargo, esta estrategia también podría tener repercusiones para China, ya que las restricciones podrían incentivar a algunos de esos países a desarrollar sus propias capacidades de producción y procesamiento de tierras raras, reduciendo así la dependencia global de China a largo plazo: en el fondo, las tierras raras no son tan raras, lo que es raro es el desarrollo de infraestructuras para procesarlas en minas de otros materiales.
La suspensión de las exportaciones de tierras raras por parte de China es una medida estratégica en la guerra comercial con los Estados Unidos, diseñada para ejercer presión económica y política. Sin embargo, también destaca la necesidad urgente de diversificar las fuentes de minerales críticos y desarrollar capacidades de producción independientes para garantizar la seguridad económica y tecnológica a largo plazo. Pero sobre todo, la necesidad de no hacer el idiota promoviendo guerras comerciales absurdas que nadie puede ganar.