Los cuervos pueden guardar rencor durante 17 años… y te lo demuestran con la mirada
Un cuervo te observa, y no es por casualidad. Si le haces daño, puede guardar rencor por hasta 17 años, reconociendo tu cara como si te tuviera una lista negra. En un experimento, un científico usó una máscara para atrapar cuervos, y años después, lo atacaban al verla. Más sorprendente aún: enseñan a otros cuervos […]

Un cuervo te observa, y no es por casualidad. Si le haces daño, puede guardar rencor por hasta 17 años, reconociendo tu cara como si te tuviera una lista negra. En un experimento, un científico usó una máscara para atrapar cuervos, y años después, lo atacaban al verla. Más sorprendente aún: enseñan a otros cuervos quién es el enemigo. Con habilidades como usar herramientas, contar y realizar rituales, los cuervos son genios alados que desafían lo que creemos sobre la inteligencia animal.
Los cuervos y su rencor que no expira
Los cuervos tienen una memoria asombrosa. En un estudio de la Universidad de Washington, el científico John Marzluff usó una máscara para atrapar y marcar cuervos. Años después, al regresar con la misma máscara, los cuervos lo atacaban sin piedad, incluso aquellos que no estuvieron en el experimento. Reconocen caras humanas durante al menos 17 años, asociándolas con experiencias negativas. Lo más increíble es que comparten ese conocimiento: cuervos jóvenes, que nunca fueron atrapados, aprendían a temer la máscara de sus mayores.
Máscaras buenas vs. máscaras malas
No todos los humanos son enemigos. En el experimento, Marzluff también usó una “máscara buena” para alimentar a los cuervos, y estos no mostraron hostilidad. Diferencian entre amigo y enemigo con una gran precisión. Esto prueba que su memoria es selectiva, no solo vengativa. Si eres amable, un cuervo podría recordarte con afecto, incluso trayéndote pequeños regalos como ramitas o piedritas, un comportamiento documentado en varias partes del mundo. Trátalos con respeto, y podrían verte como un aliado.
Inteligencia más allá del rencor
Los cuervos no solo guardan rencores; son maestros del ingenio. Pueden usar palos como herramientas para alcanzar comida en lugares difíciles, algo que pocos animales dominan. En experimentos, han resuelto rompecabezas que requieren planificación y lógica, como apilar objetos o tirar de cuerdas. Estudios de la Universidad de Cambridge muestran que algunos cuervos cuentan objetos y reconocen números. Incluso tienen rituales funerarios, reuniéndose alrededor de un cuervo muerto, posiblemente para aprender o mostrar respeto. Son pensadores complejos, más cercanos a primates que a aves comunes.
Por qué nos importa su inteligencia
La genialidad de los cuervos nos hace replantear cómo tratamos a los animales. Su capacidad para recordar y socializar sugiere emociones y comunidades, no solo instintos. Esto levanta preguntas éticas: si un cuervo puede odiarte por 17 años, ¿qué más siente? Además, son clave en los ecosistemas, dispersando semillas y controlando plagas. Proteger su hábitat es cuidar a uno de los animales más brillantes del planeta. Su forma de resolver problemas también inspira avances en inteligencia artificial, ya que los científicos estudian sus estrategias para crear algoritmos.
¿Quieres conocerlos mejor?
Observa con paciencia: busca un parque o área natural donde vivan cuervos y usa binoculares para ver sus comportamientos sin molestarlos. Lleva un cuaderno para anotar lo que hacen, como cómo usan objetos o interactúan entre ellos. Si quieres ganarte su confianza, ofrece comida como nueces o frutas, pero hazlo con cuidado y sin invadir su espacio. Sé constante y respetuoso; los cuervos valoran la amabilidad. Para profundizar, lee Gifts of the Crow de John Marzluff o busca documentales sobre corvidos. Nunca los provoques; su memoria no perdona.
Los cuervos son mucho más que aves; son genios alados con memorias imborrables y mentes brillantes. Su capacidad para guardar rencor por 17 años, enseñar a otros y resolver problemas los coloca en una categoría única. Desde reconocer tu cara hasta crear herramientas, nos recuerdan que la inteligencia no es solo humana. La próxima vez que veas un cuervo, míralo con respeto: podría estar evaluándote. Y como en una película de Hitchcock, ten cuidado: estos pájaros no olvidan, y sus ojos siempre están observando.