El Gobierno falseó la contabilidad presupuestaria de 2023 para ocultar un agujero de 3.211 millones
La liquidación presupuestaria oficial que presentó el Gobierno de Pedro Sánchez al acabar 2023 era falsa. En ella se indicó que el resultado presupuestario –la diferencia entre ingresos y gastos del ejercicio– había arrojado un déficit de 290,5 millones, cuando en realidad el agujero alcanzó los 3.501,8 millones de euros.Con el cambalache que el Gobierno … Continuar leyendo "El Gobierno falseó la contabilidad presupuestaria de 2023 para ocultar un agujero de 3.211 millones"

La liquidación presupuestaria oficial que presentó el Gobierno de Pedro Sánchez al acabar 2023 era falsa. En ella se indicó que el resultado presupuestario –la diferencia entre ingresos y gastos del ejercicio– había arrojado un déficit de 290,5 millones, cuando en realidad el agujero alcanzó los 3.501,8 millones de euros.
Con el cambalache que el Gobierno hizo en las cuentas ocultó 3.211 millones de euros de números rojos. Pero la operación no le ha colado, porque han acabado detectándola los auditores del Tribunal de Cuentas. Eso sí, sin que ello tenga ninguna consecuencia práctica para el Ejecutivo del PSOE y Sumar, porque no sólo no se prevé que se le aplique correctivo alguno por ese falseamiento, sino que ni siquiera ha merecido una declaración de censura por parte del Tribunal de Cuentas, algo que ha sido criticado duramente por uno de los consejeros que componen la cúpula de este órgano fiscalizador que preside Enriqueta Chicano –promocionada en su día a este cargo por el PSOE de Sánchez–.
La diferencia es de órdago, monumental, y compromete de lleno la credibilidad del Ejecutivo no sólo en clave nacional sino ante sus socios europeos, porque la liquidación presupuestaria de cada año es uno de los documentos esenciales con los que cada Estado miembro rinde cuentas ante el resto de socios comunitarios. Esa documentación es clave para la labor de supervisión que la UE realiza de los países que pertenecen al club europeo y para evaluar si se ajustan o no a los objetivos marcados por la Unión.
El resultado de ese falseamiento en la liquidación presupuestaria oficial de 2023 es tremenda, porque significa que el Gobierno de Sánchez ocultó el 92% del agujero real.
Incumplimientos contables
Para conseguir ese maquillaje se torcieron las normas de contabilidad presupuestaria. Entre otras cosas, no se incluyeron 3.600,3 millones de euros de gastos realizados en 2023 que debían haber sido anotados a todos los efectos en la liquidación de ese ejercicio. Al mismo tiempo, se realizó un incorrecto cómputo de derechos de cobro y obligaciones de pago que proceden de años anteriores o que deben ser imputadas a ejercicios futuros.
El resultado de conjunto es, como se ha indicado, que en la liquidación presupuestaria oficial se declaró un déficit de 290,5 millones, cuando en realidad fue de 3.501,8 millones de euros. Es decir, el agujero real fue más de diez veces superior al declarado por el Gobierno Sánchez a través de las cuentas confeccionadas por el Ministerio de Hacienda, que dirige su vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
El cambalache ha sido destapado, pero ha sido citado sin censura expresa en el informe del Tribunal de Cuentas sobre la fiscalización de la Cuenta General del Estado de 2023. Por amplia mayoría, pero no por unanimidad, la cúpula del órgano fiscalizador considera que, pese a tamaña desviación entre la realidad y lo declarado, la Cuenta General del Estado de 2023 que formuló el Gobierno «presenta fielmente, en todos sus aspectos significativos, la imagen de la situación económica, financiera y patrimonial, los cambios en el patrimonio neto, los flujos de efectivo, los resultados del ejercicio y la ejecución y liquidación del presupuesto».
Polémica en el Tribunal de Cuentas
El consejero del Tribunal de Cuentas Javier Morillas Gómez, uno de los nombrados en su día a propuesta del PP, ha formulado un voto particular discrepante. Y lo ha hecho precisamente, entre otros motivos y en especial, porque considera que no puede hablarse de «imagen fiel» cuando la liquidación presupuestaria de 2023 que presentó el Gobierno declaró artificialmente un agujero que sólo era el 8% del real.
En ese voto particular, Javier Morillas subraya que no es suficiente que el informe de fiscalización aprobado al respecto por el Tribunal de Cuentas se despache esa falsedad de las cuentas con una mera declaración de «salvedad», como si hubiera sido un error sin más, sino que debería haber impedido dar por buena dicha declaración presupuestaria. «No parece que este estado financiero esté reflejando la imagen fiel de la liquidación presupuestaria», indica en su voto particular Javier Morillas tras destacar que el resultado de liquidación del presupuesto consolidado dio una cifra de déficit que, en realidad, «era más de diez veces» mayor.