De Florencia Bonelli a Rosa Montero, una jornada colmada de fans y buscadores de firmas

Con los pasillos de la Rural atestados de visitantes, se incrementa la tendencia que empezó el 1 de mayo: más público y más ventas; este sábado fue el turno de los “tanques” de los grandes grupos y de la política

May 4, 2025 - 00:59
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De Florencia Bonelli a Rosa Montero, una jornada colmada de fans y buscadores de firmas

El segundo fin de semana de la Feria del Libro de Buenos Aires suele funcionar como un termómetro que marca el clima de cada edición. Este año coincidió con el finde extralarge y, desde el jueves 1 de mayo, los pabellones de la Rural se vieron colmados de visitantes. Desde entonces, cada día hubo más gente. Este sábado sucedió lo que los organizadores y expositores definen como un “estallido”. En efecto, con miles de personas caminando por los pasillos o a la espera de escuchar a los autores y pedirles un autógrafo, la Feria “estalló” de público.Un sábado multitudinario en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En un día cálido y soleado que impulsó a los asistentes a copar las gradas de la tribuna central para tomar mate o descansar del bullicio de los pasillos, sentados al aire libre en el césped al lado del túnel de ingreso, no faltaron, por supuesto, los fans que hicieron largas filas para esperar, primero, la charla y, luego, la firma de sus autores favoritos.

Los tanques de la jornada fueron best sellers como Florencia Bonelli, Rosa Montero y Claudia Piñeiro. También, el politólogo Agustín Laje que presentó su ensayo Globalismo en la sala José Hernández junto con Alberto Benegas Lynch (padre) y el Ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona en la primera fila. Rosa Montero presentó

Fue, también, una jornada de mucha música. El escenario móvil de la Secretaría de Cultura de la Nación, ubicado en el exterior, ofreció espectáculos musicales en continuado y carpas con juegos y actividades para chicos. En una, se podía participar de una “lectura al paso”. Adentro, en especial en el Pabellón Ocre, donde están los stand de las provincias y las instituciones, también hubo música en vivo: folklore, en este caso. Y hasta en la sala Hernández, la de mayor capacidad, el joven y prolífico autor Santiago Speranza hizo bailar a los adolescentes con temas populares como “El bombón asesino”. La fila para la firma de ejemplares de Florencia Bonelli daba vueltas por la pista central de la Rural

En esa misma sala, donde entran mil personas sentadas, el tanque Bonelli presentó la tercera parte de su exitosa saga La Casa Neville, Yo soy el viento. La fila para ingresar a la charla, que empezaba a las 14.30, se formó en paralelo a otra fila para la misma autora: Bonelli firmó ejemplares a sus fans en el stand de Planeta desde las 15.30. No hubo números para establecer un tope, como en otros casos, sino que la autora decidió recibir y sacarse fotos con todos sus lectores. Fueron miles, cada uno con un libro en la mano, felices de compartir unos minutos y una selfie con ella. Esperaron tranquilos, al aire libre, en una fila que daba vueltas a la pista central antes de ingresar al Pabellón Verde, donde se ubica el stand de Planeta. Se rumoreaba por los pasillos que Bonelli estaba dispuesta a quedarse aun cuando se cerraran las puertas de la Feria, a las 22. Lo mismo sucedió en años anteriores.

En la sala Hernández, después de Bonelli, fue el turno de Agustín Laje, que tuvo también su larga fila pre-charla y, luego, otra para la firma de los libros en el firmódromo uno, ubicado en el hall central.Agustín Laje presentó “Globalismo. Ingeniería social y control total en el siglo XXI”, junto con Alberto Benegas Lynch padre.

Como sucede en la Feria, a la misma hora tienen lugar varias actividades. Este sábado, mientras Laje hablaba en la sala Hernández, afuera ya se había formado la fila de los lectores de Claudia Piñeiro, que presentó en esa sala a las 19 su nuevo libro, La muerte ajena, con Hinde Pomeraniec, Débora Mundani y Cynthia Edul. Presentación del libro

Pero, antes, en el plácido Pabellón Blanco, Pomeraniec dialogó con Rosa Montero. A sala llena, con algunas personas de pie (la Victoria Ocampo tiene capacidad para 180 sentados), la autora española presentó Animales difíciles, el cierre de la serie protagonizada por la peculiar Bruna Husky.

"Estas novelas son un híbrido porque son, en parte, ciencia ficción y, en parte, thrillers. También son novelas existenciales porque hablan sobre el paso del tiempo", dijo la escritora, que reconoció entre risas que, aunque Bruna es un clon, ella la siente como su álter ego.Rosa Montero reconoció que la clon Bruna es su

“Mi pobre Bruna es un clon humano manipulado por ingeniería genética. Son tecnohumanos que saben cuándo van a morir. La mayoría de los mortales viven como si fueran inmortales, salvo algunos neuróticos como yo y Woody Allen que pensamos todo el tiempo en la muerte”, reveló con su típico sentido del humor.

“Bruna es mi personaje más cercano -agregó-. Hasta le puse mi altura, 1,60, y la hice escribir. Por primera vez en las cuatro partes de la novela aparece un diario en primera persona escrito por Bruna. Y dice cosas sobre la escritura que también diría yo”.Homenaje a María Elena Walsh

La jornada contó también con un homenaje a María Elena Walsh, organizado por la fundación que cuida su legado y el de Sara Facio. Titulado “María Elena y el verdadero secreto de la fábrica walshiana”, fue un diálogo entre Graciela García Romero, presidenta de la Fundación María Elena Walsh – Sara Facio, y las académicas Silvina Marsimian y Alicia Origgi, con la conducción de Victoria Carreras. Hubo también música y “susurradores” de poemas.

Ya de noche, empezó la presentación de El Monje. La verdadera historia de Santiago Caputo, de los periodistas Maia Jastreblansky y Manuel Jove, con Carlos Pagni y Diego Sehinkman.

Al cierre de esta edición, Bonelli seguía firmando ejemplares.