Cómo se gestó el quorum de ficha limpia: sin el kirchnerismo, con la oposición casi a pleno y una ausencia inesperada
La UCR, Pro, los bloques provinciales y casi todos los libertarios aportaron número para iniciar la discusión de la norma que dejaría a Cristina Kirchner afuera de las listas nacionales
A las 11.48, el recinto del Senado se abrió para debatir, entre otros, el proyecto de ficha limpia. Fue con 37 legisladores, número construido con el aporte absoluto de Pro, la UCR, los bloques provinciales del peronismo no kirchnerista y casi todo el bloque libertario. La oficialista Ivanna Arrascaeta, de San Luis, llegó tarde, minutos después de que Victoria Villarruel anunciara el comienzo de la discusión.
Enfrente, los 34 senadores de Unión por la Patria se negaron a apoyar la sesión con un argumento político: creen que detrás de la iniciativa se esconde un intento de proscripción contra Cristina Kirchner. Pisaron el recinto recién después de que se cantara el himno.
Los ojos estuvieron puestos en los seis representantes de La Libertad Avanza. El oficialismo adoptó una postura ambigua sobre la iniciativa que busca impedir que personas con condenas por corrupción confirmadas en segunda instancia puedan ser candidatas a cargos electivos nacionales. En Diputados, antes de apoyarlo cuando no le quedó otra opción, el oficialismo bloqueó dos veces el tratamiento del proyecto, al ausentar deliberadamente a parte de su tropa. En la Cámara alta, manifestó interés en tratarla, pero en los hechos embarró la cancha: el jefe de bloque, Ezequiel Atauche, lo juntó con un proyecto para discutir las dietas de los senadores y le entregó un argumento al kirchnerismo para cuestionar los acuerdos pactados.
Esto responde a una combinación de cálculo político, negociación táctica y estrategia electoral. Por un lado, el oficialismo la retiene como moneda de cambio frente al kirchnerismo, en particular para contener el avance de la comisión investigadora por el caso $LIBRA. Por otro, la ley tiene implicancias directas en la disputa porteña entre Silvia Lospennato, impulsora del proyecto, y Manuel Adorni, candidato libertario. Además, aprobarla podría inhabilitar a Cristina Kirchner en la contienda nacional y complicar la estrategia libertaria de polarizar con ella, a quien necesitan como antagonista para sostener su relato y opacar a Mauricio Macri.
Pero los libertarios gastaron todos sus cartuchos. “No hay margen”. Esa fue la frase que repetían, antes de la sesión, senadores de Pro y el radicalismo. Fueron los primeros en sentarse, junto con otros legisladores provinciales, como Juan Carlos Romero (Salta), Lucila Crexell (Neuquén), Alejandra Vigo (Córdoba) y Carlos Mauricio Espinola (Corrientes). También los dos misioneros aliados de Carlos Rovira.
El oficialismo se hizo esperar. Juan Carlos Pagotto (La Rioja) y Vilma Bedia (Jujuy) dieron el puntapié inicial. Cuando el marcador mostraba 31 sentados y quedaban solo 15 minutos para reunir el quorum, Villarruel apuró la cosa: “Les pido que se sienten para arrancar la sesión”. Cuando los dos santacruceños ingresaron se les sumaron el resto de los libertarios y el debate inició, 11.48, con los 37 necesarios.
Minutos después, hizo su ingreso triunfal el kirchnerismo, con la misión de desplegar las herramientas a su alcance para frenar la reforma, que requiere de una mayoría absoluta -37 votos- para convertirse en ley.
“Los que quieren votar ficha limpia son los mismos que no quieren hablar del caso $LIBRA”, dijo José Mayans, jefe del bloque de Unión por la Patria, antes del inicio de la sesión. Fue una advertencia que luego se materializó en el recinto, cuando solicitó la interpelación a al ministro de Economía, Luis Caputo, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.