Carlos Bonfil: Grand Tour

Fantasía itinerante de dos amores contrariados. Grand Tour (2024), exuberante noveno largometraje del portugués Miguel Gomes ( Aquel querido mes de agosto, 2008; Tabú, 2012), es un relato trabajado por cuatro guionistas (Mariana Ricardo, Telmo Churro, Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes), situado en el sureste asiático a finales de la Primera Guerra Mundial, sobre la desazón existencial del funcionario medio británico Edward (Gonçalo Waddington), quien luego de esperar durante siete años la llegada desde Londres de su novia Molly (Crista Alfaiate) para contraer matrimonio, decide de pronto dejarla plantada en el muelle de un puerto birmano y emprender la huida hacia Singapur. El carácter taciturno del discreto Edward tiene como contrapunto la testaruda y agilísima disposición anímica de Molly, quien no vacila en perseguir a su amado displicente a través de varios países asiáticos, con el intento de doblegar su voluntad escapista o por el mero capricho lúdico de salirse con la suya. El esquema es conocido y no es peregrino imaginar aquí un homenaje más de los muchos que Miguel Gomes, director y cinéfilo y guionista, suele dedicar a la historia mundial del cine. Un homenaje, por ejemplo, a la comedia romámtica de los años 30 hollywoodense –estilo los desencuentros amorosos entre Katharine Hepburn y Cary Grant–, sólo que aquí con amantes que no aparecen juntos en la pantalla, y de quienes cada una de las dos partes en que se divide la película cuenta, por separado, la historia y peripecias de sus afanes mutuos.

May 4, 2025 - 14:38
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Carlos Bonfil: Grand Tour
Fantasía itinerante de dos amores contrariados. Grand Tour (2024), exuberante noveno largometraje del portugués Miguel Gomes ( Aquel querido mes de agosto, 2008; Tabú, 2012), es un relato trabajado por cuatro guionistas (Mariana Ricardo, Telmo Churro, Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes), situado en el sureste asiático a finales de la Primera Guerra Mundial, sobre la desazón existencial del funcionario medio británico Edward (Gonçalo Waddington), quien luego de esperar durante siete años la llegada desde Londres de su novia Molly (Crista Alfaiate) para contraer matrimonio, decide de pronto dejarla plantada en el muelle de un puerto birmano y emprender la huida hacia Singapur. El carácter taciturno del discreto Edward tiene como contrapunto la testaruda y agilísima disposición anímica de Molly, quien no vacila en perseguir a su amado displicente a través de varios países asiáticos, con el intento de doblegar su voluntad escapista o por el mero capricho lúdico de salirse con la suya. El esquema es conocido y no es peregrino imaginar aquí un homenaje más de los muchos que Miguel Gomes, director y cinéfilo y guionista, suele dedicar a la historia mundial del cine. Un homenaje, por ejemplo, a la comedia romámtica de los años 30 hollywoodense –estilo los desencuentros amorosos entre Katharine Hepburn y Cary Grant–, sólo que aquí con amantes que no aparecen juntos en la pantalla, y de quienes cada una de las dos partes en que se divide la película cuenta, por separado, la historia y peripecias de sus afanes mutuos.