ANÁLISIS | Los aprendizajes que dejan las audiencias del estreno de 'La familia de la tele' en La 1 | Por BORJA TERÁN
La pompa del estreno de 'La familia de la tele' no ha logrado adelantar a 'Y ahora Sonsoles' y 'El diario de Jorge'

A pesar de las semanas de promoción, El Gran Desfile de La familia de la tele por Prado del Rey no ha logrado liderar desde la tarde de La 1 de Televisión Española. Y ahora Sonsoles ganó la tarde con un 10,9 por ciento de share, El diario de Jorge sumó un 10,5 por ciento de share y, finalmente, La familia de la tele alcanzó un 10,1 por ciento con su cabalgata y con ayuda de las grandes triunfadoras de las tardes televisivas, las telenovelas, con La Promesa a la cabeza. Sin las ficciones la cosa de las audiencias fue peor para el primer día de los de Sálvame en TVE. Después del Telediario, la carta de presentación del programa cayó a un 8.7 por ciento de share. Un prolegómeno muy caótico, en donde no se entendía demasiado. Perfecto para expulsar al espectador. El segundo tramo mejoró, pero también se quedó en un 9.1 por ciento de cuota.
¿Qué aprendizaje se puede sacar para empezar de este estreno? Las expectativas suelen ser malas compañeras de viaje en la vida y, también, en la televisión. Históricamente, los fichajes entre canales que no han empezado con humildad van unido a decepciones colectivas. Le pasó a los grandes. Le pasó Emilio Aragón cuando se marchó de Telecinco a Antena 3, le pasó a Raffaella Carrà cuando saltó de la RAI a Canale 5, le pasó a María Teresa Campos cuando cambio también Telecinco por Antena 3. No sucedió lo mismo el día que María Teresa se mudó de TVE a. Telecinco. Ahí María Teresa estaba muy nerviosa, pues sabía que era difícil cambiar la rutina de las audiencias que, entonces, siempre remaban a favor de la costumbre de Televisión Española. Su vértigo hizo que empezara en Telecinco con una humildad transparente y un programa centrado en un contenido altamente estructurado para que nadie se perdiera y supiera la temática que iba a acontecer en cada hora. Lo consiguió. Cambió la inercia. Los espectadores se fueron con ella
Ahora el equipo de Sálvame tiene que recuperar al público que ha perdido el hábito de sus cancaneos desde La 1. Pero hay algo que ha variado en el ecosistema televisivo. Desde TVE no puedes vivir del cebo que no tiene desenlace, como ejercían ellos en su etapa en Mediaset. El motor de la televisión siempre será el suspense. Aunque el suspense que te va llevando hacia historias que te acompañan despertándote la curiosidad.
El Gran Desfile no fue más que buscar la sorpresa del todo puede pasar. Incluso el final parecía que se iba a desvelar cómo era el plató. Pero, por supuesto, se dejó para el día siguiente. Como si a la audiencia generalista le importara cómo es la escenografía. El programa debe acudir al contenido por encima del continente. Debe aprender de los magacines de la radio que amasan mucha miga y mucho tiempo para asentarse. Más aún en una cadena pública a la que llega cuando su público más potencial empieza a estar en la calle. Porque el público de Sálvame no es tan mayor como nos hicieron pensar. De hecho, en su estreno en La 1 donde más fuerte estuvo La familia es en la audiencia entre 25 a 44 años con un 16,9 por ciento de share. Ahí ganan.
La tele actual es paciencia. La tele actual es actuar más que vender. La tele actual es la concreción de las miradas que te cuentan más que las peleas hacia ninguna parte. Que para eso ya están las grescas de la red anteriormente conocida como X. La tele de hoy es no dejar para mañana lo que puedes contar hoy.