Aliança Catalana: la ultraderecha separatista se afianza en su primer año en el Parlament

El partido radical, que ERC está alimentando para dañar a Junts, amenaza las expectativas electorales de los neoconvergentes en las municipales de 2027

May 4, 2025 - 05:44
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Aliança Catalana: la ultraderecha separatista se afianza en su primer año en el Parlament

"Hace cerca de un año logramos 1806 votos en las elecciones municipales en Ripoll, Manlleu y Ribera de Ondara. Ayer, en toda Cataluña, 118.302 nacionalistas depositaron su ilusión en el proyecto de Aliança Catalana". Con estas palabras, la formación radical liderada por Sílvia Orriols celebraba en redes hace ahora un año su irrupción con dos escaños en el Parlament, un bautismo político que causó conmoción en una parte de la Cámara catalana, que hasta ahora había reservado la etiqueta de ultraderecha a partidos de signo españolista como Vox —o incluso al PP o al extinto Ciudadanos—. Siendo así, las formaciones de la izquierda y el catalanismo no tardaron en extender el cordón sanitario en tendido a los de Garriga para que incluyese también a los de Orriols.

 

Una conducta incongruente para analistas como José Javier Olivas, que ha hecho notar recientemente que la xenofobia que estos partidos atribuyen a Aliança es similar a la que el nacionalismo catalán experimenta por el resto de españoles, solo que ahora ampliada a los inmigrantes —especialmente, los de origen musulmán—. En cualquier caso, el discurso de Orriols, amplificado por el altavoz que supone su portavocía en el Parlament, ha encontrado un eco notable en la Cataluña interior, haciéndose cada vez más popular entre el electorado secesionista y multiplicando sus expectativas de voto en las próximas elecciones catalanas —en las que, según el 'CIS' catalán, pasarían de 2 escaños a 10—. Y todo apunta a que, en las municipales de 2027, podrían dar la campanada en capitales de comarca como Vic, Olot, Berga o Solsona —de fuerte raigambre secesionista—.

 

Ante este auge, Junts —formación que comparte 'target' electoral con AC— está echando el resto para capitalizar el rechazo a la inmigración entre los votantes independentistas. Para ello, ha endurecido su discurso contra el colectivo, proponiendo medidas en el plano municipal como la exigencia de llevar 10 años empadronado para optar a una vivienda social, o de mayor calado como la transferencia integral de las competencias en inmigración a la Generalitat catalana —cuyo objetivo pasa por que Cataluña decida sobre posibles expulsiones de inmigrantes en base a su conocimiento del catalán—. De la misma manera, los neoconvergentes permitieron el febrero pasado que fracasase una moción de censura contra Orriols en Ripoll, donde es alcaldesa, para no enojar a su electorado, que ve en AC una fuerza afín. 

Comparada con la CUP

Por otra parte, han ido creciendo las voces dentro del secesionismo que han abogado por no estigmatizar a la formación ultranacionalista. Ha sido el caso de la principal entidad independentista, Assemblea Nacional Catalana, cuyo presidente, Lluís Llach, señaló que Aliança era "bienvenida" en el colectivo, si bien acabó reculando ante el escándalo suscitado. Asimismo, todo un 'expresident' neoconvergente como Artur Mas señaló la conveniencia de "hablar" con Aliança, recordando que, en su momento, él hubo de alcanzar pactos con partidos radicales como la CUP en aras de mantener a flote el 'procés'. —tesis que ha vuelto a defender el pasado martes en una entrevista en TV3—.

A la consolidación del espacio que representa AC también ha estado contribuyendo recientemente Esquerra, que busca alimentar el fenómeno Aliança para debilitar a sus rivales de Junts. Y es que, cuanta más proyección obtenga Orriols, más escaños obtendrá a costa de Puigdemont y más honda será la brecha en la formación neoconvergente, dividida internamente entre partidarios y detractores de entenderse con AC. Esta parece la razón de que los de Junqueras, a mediados del mes pasado, iniciasen el procedimiento en el Parlament para sancionar a Orriols por reproches de carácter "islamofóbo" contra la diputada musulmana Najat Driouech, que podrían valerle a la líder de Aliança una multa de hasta 12.000 euros.

Una acusación que difícilmente prosperará —los letrados del Parlament han alertado de la "inviolabilidad" de los diputados— pero que mantendrá a Aliança Catalana en el centro del debate. Sea como sea, Orriols se basta y se sobra para generar polémica. Este mismo miércoles, la dirigente alardeó en redes de que el Ayuntamiento de Ripoll había colocado una treintena de trampas en la ciudad para evitar que anide en ella la avispa asiática. Y resumió la medida con un guiño a sus políticas antiinmigración: "En Ripoll, combatimos a las especies invasoras".