Alazne, Andoni y Marian impulsan baños para todos: "Un cambiador inclusivo no es un lujo, es dignidad y salud"

Alazne, Andoni y Marian, son jóvenes emprendedores con y sin discapacidad que impulsan GAMAN.

May 8, 2025 - 06:54
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Alazne, Andoni y Marian impulsan baños para todos: "Un cambiador inclusivo no es un lujo, es dignidad y salud"

Alazne Urquijo, Andoni Etxebarria y Marian Andrés Acha se han convertido en referentes de la accesibilidad inclusiva en España. Estos tres jóvenes, que en 2021 fundaron GAMAN, no solo comparten amistad y espíritu emprendedor: también una convicción firme de que nadie debería quedarse en casa por miedo a no encontrar un baño accesible. Mientras Alazne y Andoni aportan su formación en gestión empresarial e innovación desde su paso por la Universidad de Mondragón, Marian, con parálisis cerebral y una trayectoria vinculada al mundo social, pone el foco en la experiencia directa y las necesidades reales de las personas con grandes dependencias. Juntos lideran una empresa que ha llevado a España el concepto de los “changing places”, revolucionando la oferta de aseos accesibles mediante cambiadores inclusivos equipados con grúa, camilla para adultos y espacios amplios. Nos adentramos en su historia y sus desafíos.

Desde el primer momento, Andoni deja claro que la idea nació de un reto universitario que les llevó, casi por casualidad, a descubrir una realidad invisible. “Nos propusieron crear un proyecto alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Elegimos el de reducción de desigualdades, pero al principio no sabíamos por dónde empezar”, recuerda. Pronto entendieron que las personas con discapacidad enfrentaban enormes obstáculos. Para empatizar, alquilaron una silla de ruedas y recorrieron Bilbao durante semanas: “Queríamos vivir las barreras en primera persona. Visitamos asociaciones, hablamos con gente… hasta que conocimos a Marian, y todo cambió”.

Marian fue quien les abrió los ojos sobre lo que significa depender de otra persona incluso para algo tan básico como ir al baño. Les habló de los “changing places” británicos: espacios pensados no solo para personas con movilidad reducida, sino para quienes necesitan asistencia personal. “En Reino Unido llevaban 20 años instalándolos. Había 2.000 funcionando. En España, ninguno. Vimos que ahí había una necesidad enorme y decidimos apostar por traerlo”, cuenta Andoni. Así nació GAMAN, con la ilusión de crear empleo, impacto social y una solución pionera.

Los baños actuales son insuficientes

Pero, ¿qué es exactamente un cambiador inclusivo? Marian lo explica con claridad: “Los baños adaptados que marca la normativa son insuficientes. Solo ofrecen espacio de giro y dos barras. Para mí, que siempre necesito ayuda, eso no basta”. Los cambiadores inclusivos incluyen 12 metros cuadrados, una camilla para personas adultas, una grúa de techo, inodoro y lavabo regulables. “Permiten que la persona asistente no tenga que levantarme a pulso, evitando lesiones. Es seguridad, higiene y, sobre todo, dignidad”, subraya.

Andoni añade: “Es cuidar tanto a la persona usuaria como a quien asiste, que muchas veces es un familiar. Levantar a una persona sin medios técnicos supone riesgos físicos para ambos”.

La conversación se vuelve más íntima cuando Marian relata cómo afecta no tener acceso a estos espacios: “Es humillante. Imagínate tener que tumbarte en el suelo de un baño público para que te cambien. Te expone a infecciones, a lesiones, pero sobre todo te destruye psicológicamente. Hace que evites salir, que tu familia renuncie a actividades. Es aislamiento social”.

No participas en la sociedad: no vas al cine, no vas de compras, no buscas empleo”, añade Andoni. “Sin estos espacios, las oportunidades desaparecen”.

A pesar de los logros, la implantación no ha sido fácil. “Trabajamos sobre todo con el sector público. Hay voluntad, pero faltan facilidades y agilidad”, lamenta Alazne. La mayoría de instalaciones están en Cataluña, pero también han abierto en Galicia, Cartagena, Mallorca, Andorra. “En Vizcaya, nuestra propia casa, nos cuesta mucho entrar. La burocracia y la falta de prioridad son grandes barreras”, explica.

"Es una lucha cultural"

Actualmente cuentan con unos 15 cambiadores inclusivos permanentes y varios módulos temporales en playas y eventos. Pero la expansión es lenta. “El mayor desafío es que primero tienes que explicar qué es, concienciar al cliente y crear la necesidad antes de venderlo. No es como vender algo que la gente ya busca. Es una lucha cultural”, confiesa Andoni.

Marian asiente: “La gente cree que accesibilidad es solo poner una rampa. Pero accesibilidad es mucho más. Solo lo entiendes cuando tienes alguien cercano con dependencia”.

Por eso su mensaje a las administraciones locales es claro: “No esperéis a que os toque de cerca. Actuad ahora. Cada día que pasa sin un cambiador es un día más en que alguien se queda en casa”.

Sobre el coste económico, Andoni es honesto: “Un módulo parte de 70.000 euros, una adaptación desde 40.000. Es una inversión, sí, pero asumible para un ayuntamiento grande. Se gastan en otras cosas menos prioritarias. Nosotros trabajamos en abaratar costes y en soluciones más fáciles de instalar”.

"Queremos que el cambiador inclusivo sea la norma, no la excepción"

Su sueño es claro: “Queremos que un día sea tan normal encontrar un cambiador inclusivo como hoy un baño adaptado. Que nadie tenga que tumbarse en el suelo de un baño. Que participar en la sociedad no dependa de si tienes dónde asearte”.

Marian concluye con un mensaje directo: “Queremos que nos escuchen. Porque esto no va solo de nosotros. Va de cualquier persona que, algún día, pueda necesitarlo”.