Venganza judicial como vía para llegar a la Corte

Si quieres convertirte en juzgador, no debes hacer campaña promoviendo el linchamiento de una persona o, reverso de la moneda, declarando una proclividad hacia un grupo de interés específico.

May 8, 2025 - 09:15
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Venganza judicial como vía para llegar a la Corte

Elegiremos cinco ministras y cuatro ministros del máximo tribunal de México, en cuyas manos caerán los más delicados asuntos. Por ello los candidatos a la Corte deben desplegar una conducta ajena a conflicto de intereses.

Como la elección es vía las urnas, las y los aspirantes han de hacer, perdón la obviedad, campaña. Darse a conocer. Volverse populares. Fijar en la ciudadanía ideas que les ayuden a concitar atención, que les hagan merecedores de los suficientes votos para ganar.

Hay en este proselitismo una delgada línea que traza un límite crucial: puedes decir que serás la ministra del pueblo, o la de la mano firme, o el azote de los poderosos, o el insobornable, o la más valiente, el más listo, empática, severo, justa, accesible… se vale. ¿Qué no se vale?

Si quieres convertirte en juzgador, no debes hacer campaña promoviendo el linchamiento de una persona (se llame como se llame, incluso si es un presunto criminal) o, reverso de la moneda, declarando una proclividad hacia un grupo de interés específico.

Una/un juez ha de ser circunspecto. Y su única misión en un juicio es valorar pruebas y aplicar la ley. Ha de anular simpatía o antipatía hacia un inculpado, surjan éstas de donde fuere. Si no lo lograra, ha de excusarse del caso.

Una/un juez no prejuzga. Lo contrario no es justicia, es ley bajo consigna.

César Gutiérrez Priego, candidato a la Corte, ha destacado por su gira con amplia cobertura de youtuberos, por señalamientos mediáticos a un expresidente de la República y su familia, y por una abierta ilusión de ser visto como el ministro de las Fuerzas Armadas.

De lo primero, de la gira, tendría que encargarse el INE, por aquello del límite de gastos de campaña. Fiscalizarlo no por los viajes, que no dan para tanto, sino por la benevolencia (es un decir) de la cobertura guindayoutubera que recibe el candidato. Empero, eso no es lo más grave.

Gutiérrez Priego es hijo del general Jesús Gutiérrez Rebollo, enjuiciado en tiempos del presidente Ernesto Zedillo por nexos con narcotraficantes. ¿Que su padre haya acabo su carrera así anula la aspiración de este candidato a ministro? De ninguna manera.

Sus antecedentes familiares, e incluso su vehemencia al alegar la inocencia de su progenitor, no hacen mella en el legítimo derecho de Gutiérrez Priego a buscar ser ministro. Qué gran historia sería que, eventualmente, reivindicara a su padre siendo un juez imparcial.

Mas la campaña de Gutiérrez Priego no da para buenos augurios. Y es harto preocupante. Este candidato gana visibilidad con una operación mediática, que ya incluyó a la mañanera, que acusa al entorno de un expresidente de narcotráfico. Ni AMLO se atrevió a tanto.

Porque con todo lo poderoso que fue, el tabasqueño no tuvo la posibilidad que Gutiérrez Priego (en caso de ganar su puesto en la Corte) sí tendría: como ahora dicen que van a investigar a quien gobernara de 1994 a 2000, en una de esas le toca decidir si la esposa de Zedillo o el propio expresidente son culpables de delitos (reales o delirantes, nuevos o añejos). AMLO acusaba, mas no era juez.

Gutiérrez Priego ha pavimentado su campaña a la Suprema con revelaciones (es un decir) de presuntas pruebas contra el entorno de Zedillo. Si se convierte en ministro, ¿existe mayor parcialidad que haber ganado prejuzgando en los medios a una persona?

El tercer eje del proselitismo de Gutiérrez Priego es igualmente grave. Si llega a la Corte un expediente donde estuviera involucrado un elemento de las Fuerzas Armadas, sea por la guerra sucia de los 70 o uno de nuevo cuño, las partes sabrían que este abogado ha declarado su aspiración a ser visto como ministro de las FFAA.

Hay un candidato a la Corte que pide el voto en medio de un debate en que se machaca la presunción de inocencia de un expresidente y su familia y declarándose afín al empoderado sector militar. Por si fuera poco, la encuesta de ayer de EL FINANCIERO lo pone en primer sitio de los candidatos varones a la Suprema.

Vaya que la elección del 1 de junio puede ser escalofriantemente histórica.