Una china explica por qué los españoles no les distinguimos: «No somos todos iguales»
Todo el mundo ha escuchado alguna vez el tópico de que «todos los asiáticos son iguales». Aunque es evidente que no es cierto, sí que es común que a muchos europeos les cueste, al principio, diferenciar entre personas de origen asiático. De este tema han hablado en 'Suena a Chino', un popular pódcast centrado en divulgar aspectos de la comunidad asiática en España. En una de sus charlas más recientes, dos de sus presentadoras , ambas de origen asiático, le preguntan directamente a una invitada española si, a ojos suyos, ellas se parecen. La invitada es María, una intérprete y traductora de chino que trabaja con personas migrantes. Ella responde que, en su caso concreto, distingue perfectamente entre las dos conductoras, ya que las conoce. Sin embargo, admite que a muchos españoles les cuesta diferenciar entre personas chinas, sobre todo cuando no han tratado mucho con ellas. María comenta también que esto funciona en ambas direcciones. Explica que a los chinos les pasa lo mismo cuando llegan por primera vez a España: muchas veces confunden a los europeos porque no están acostumbrados a ver tanta variedad de rasgos dentro de una misma comunidad. De hecho, una de las presentadoras reconoce entonces que, con ciertas etnias, a ella también le ocurre. María lo resume diciendo que, cuando vives rodeado de personas de una misma comunidad, acabas notando fácilmente las diferencias entre ellas. Pero, por ejemplo, sus propios padres, que casi nunca ven chinos, sí que confiesan que les cuesta distinguirlos. En este punto, una de las conductoras del programa lanza su particular teoría sobre por qué ocurre eso: durante muchos años, los cánones de belleza en Asia han estado marcados por modelos muy similares. Maquillajes muy claros, peinados similares y una estética concreta, han generado una imagen homogénea que puede reforzar la idea de que «todos se parecen». Pero, ¿es esta la principal causa? Este fenómeno, en realidad, tiene una explicación científica. Se llama «efecto de la otra raza» y hace referencia a la dificultad que tenemos para reconocer rostros de grupos étnicos con los que no estamos familiarizados. Nuestro cerebro está entrenado para identificar diferencias entre los rostros que ve con frecuencia, pero tiende a agrupar los que le resultan poco conocidos. Así, en lugar de fijarse en los detalles individuales, percibe rasgos comunes, y eso genera confusión. Este sesgo es totalmente natural y se reduce con el contacto. Cuando una persona empieza a relacionarse con miembros de otras comunidades, su cerebro va afinando su capacidad para notar matices en los rostros. Por eso, cuanto más diverso es el entorno, más desaparece esa percepción errónea de que «todos se parecen».
Todo el mundo ha escuchado alguna vez el tópico de que «todos los asiáticos son iguales». Aunque es evidente que no es cierto, sí que es común que a muchos europeos les cueste, al principio, diferenciar entre personas de origen asiático. De este tema han hablado en 'Suena a Chino', un popular pódcast centrado en divulgar aspectos de la comunidad asiática en España. En una de sus charlas más recientes, dos de sus presentadoras , ambas de origen asiático, le preguntan directamente a una invitada española si, a ojos suyos, ellas se parecen. La invitada es María, una intérprete y traductora de chino que trabaja con personas migrantes. Ella responde que, en su caso concreto, distingue perfectamente entre las dos conductoras, ya que las conoce. Sin embargo, admite que a muchos españoles les cuesta diferenciar entre personas chinas, sobre todo cuando no han tratado mucho con ellas. María comenta también que esto funciona en ambas direcciones. Explica que a los chinos les pasa lo mismo cuando llegan por primera vez a España: muchas veces confunden a los europeos porque no están acostumbrados a ver tanta variedad de rasgos dentro de una misma comunidad. De hecho, una de las presentadoras reconoce entonces que, con ciertas etnias, a ella también le ocurre. María lo resume diciendo que, cuando vives rodeado de personas de una misma comunidad, acabas notando fácilmente las diferencias entre ellas. Pero, por ejemplo, sus propios padres, que casi nunca ven chinos, sí que confiesan que les cuesta distinguirlos. En este punto, una de las conductoras del programa lanza su particular teoría sobre por qué ocurre eso: durante muchos años, los cánones de belleza en Asia han estado marcados por modelos muy similares. Maquillajes muy claros, peinados similares y una estética concreta, han generado una imagen homogénea que puede reforzar la idea de que «todos se parecen». Pero, ¿es esta la principal causa? Este fenómeno, en realidad, tiene una explicación científica. Se llama «efecto de la otra raza» y hace referencia a la dificultad que tenemos para reconocer rostros de grupos étnicos con los que no estamos familiarizados. Nuestro cerebro está entrenado para identificar diferencias entre los rostros que ve con frecuencia, pero tiende a agrupar los que le resultan poco conocidos. Así, en lugar de fijarse en los detalles individuales, percibe rasgos comunes, y eso genera confusión. Este sesgo es totalmente natural y se reduce con el contacto. Cuando una persona empieza a relacionarse con miembros de otras comunidades, su cerebro va afinando su capacidad para notar matices en los rostros. Por eso, cuanto más diverso es el entorno, más desaparece esa percepción errónea de que «todos se parecen».
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