Solares a medida con un consejo de lo más ajustado
Autocuidado saradomingo Dom, 18/05/2025 - 08:00 Protección solar Cambio de estación. Se modifica la hora. Las flores toman protagonismo. La vida huele de otra manera. Las alergias. Los días son más largos. La luz gana la batalla a la oscuridad… Sí, sin duda alguna es que ha llegado la primavera y con ella el sol. La categoría de solares en la oficina de farmacia se viste de gala para su temporada alta.En realidad, los solares deberían estar de punta en blanco todo el año y es que la fotoprotección es anual y no estacional. Así lo defiende Blanca Llácer, vocal de Dermofarmacia y Formulación Magistral del COF Alicante. “Ahora llega la radiación ultravioleta con más incidencia, pero los fotoprotectores realmente son un producto que hay que utilizar todos los días del año”, destaca.En esta línea preventiva también se posiciona Pilar Hernández, farmacéutica y especialista en dermofarmacia en Farma Mentoring. “Su uso debería mantenerse todo el año ya que la radiación UVA, que penetra más profundamente en la piel y es responsable del envejecimiento cutáneo y de algunos tipos de melanomas, está presente incluso en días nublados y además esta radiación atraviesa cristales”, recalca.Zonas del cuerpo más allá de la caraUna vez que se ha puesto de manifiesto la importancia de la fotoprotección anual, entra en juego cómo adaptar el consejo a la multitud de variantes y de factores que afectan a la hora de elegir de forma adecuada un protector solar. Distinguir entre cara y cuerpo es una de las claves en la fotoprotección. “La gente piensa que la cara acaba en la barbilla y no es así, sino que llega hasta encima del escote y la rutina facial hay que llevarla hasta esa zona”, aclara Llácer, la misma que remarca la importancia de fotoproteger todo el cuerpo y no solo la cara. “Las fórmulas de fotoprotección a nivel facial tienen una serie de características que van a cubrir las necesidades de la zona más expuesta a agentes externos de nuestro cuerpo y por tanto sus formulaciones distan mucho de las de fotoprotección corporal”, especifica la vocal del COF de Alicante.Las pieles sensibles o con patologías deben utilizar fórmulas específicas que no empeoren la condición y protejanHernández explica que la diferencia de los fotoprotectores corporales respecto a los solares para el rostro es que éstos últimos necesitan texturas más ligeras, de rápida absorción, no comedogénicas, hipoalergénicas y que no piquen a los ojos y a menudo estos solares también contienen activos adicionales como antioxidantes, despigmentantes o matificantes. “Para el cuerpo, en cambio, las texturas pueden ser más nutritivas o no, puesto que también las hay en spray o brumas ligeras, pero no suelen estar formuladas con activos específicos para problemáticas como las manchas o brillos como sí que ocurre con los faciales”, detalla Hernández, que añade que las fórmulas para el cuerpo suelen ser muy resistentes al agua y se deberían de usar con alto factor de protección solar y de amplio espectro como los protectores faciales.Contar con el fototipoDentro de ese consejo calibrado de solares el fototipo también representa un papel protagonista. “A menor fototipo (piel más clara), mayor riesgo de quemadura solar y daño acumulado. Los fototipos bajos deben usar FPS 50+ todo el año, mientras que los más altos pueden adaptar el SPF según la exposición, pero sin renunciar nunca a la protección”, especifica Hernández. En este sentido, Llácer añade que “hay que tener muy en cuenta que los fototipos claros tienen menos resistencia a la radicación solar, pero es que los fototipos altos son más sensibles, por ejemplo, a la oxidación por la contaminación tras la radiación solar. Es decir, hay que protegerse mucho tanto en fototipos claros como en altos”.Los bebés requieren productos específicos debido a la falta de maduración de su barrera protectora naturalHernández recuerda que el fototipo marca el tiempo de autoprotección que tiene cada piel y ese tiempo se multiplica por el factor de protección (SPF) que se use. Y el resultado es el tiempo máximo diario de fotoprotección que tiene esa piel (siempre que se reaplique el fotoprotector cada 2 horas) y a partir de ese tiempo, si se sigue exponiendo al sol por mucho que la persona se aplique el solar, se va a quemar.Pieles con patologíaSin duda alguna, tener una patología previa en la piel va a marcar el consejo farmacéutico a la hora de determinar qué tipo de fotoprotección debe utilizarse. “Las pieles con problemáticas, como rosácea o dermatitis, y las pieles más sensibles necesitan filtros que no irriten, preferiblemente físicos y fórmulas sin alcohol ni perfume e incluso con activos que ayuden a calmar la piel, con efecto antiinflamatorio y reparador de la barrera cutánea (como el bisabolol, regaliz, reramidas, prebióticos, avena, entre otros)”, expone Hernández. Para pieles con acné, aconseja mejor solares oil-free, con toque seco y efecto seborregulador/matific


Cambio de estación. Se modifica la hora. Las flores toman protagonismo. La vida huele de otra manera. Las alergias. Los días son más largos. La luz gana la batalla a la oscuridad… Sí, sin duda alguna es que ha llegado la primavera y con ella el sol. La categoría de solares en la oficina de farmacia se viste de gala para su temporada alta.
En realidad, los solares deberían estar de punta en blanco todo el año y es que la fotoprotección es anual y no estacional. Así lo defiende Blanca Llácer, vocal de Dermofarmacia y Formulación Magistral del COF Alicante. “Ahora llega la radiación ultravioleta con más incidencia, pero los fotoprotectores realmente son un producto que hay que utilizar todos los días del año”, destaca.
En esta línea preventiva también se posiciona Pilar Hernández, farmacéutica y especialista en dermofarmacia en Farma Mentoring. “Su uso debería mantenerse todo el año ya que la radiación UVA, que penetra más profundamente en la piel y es responsable del envejecimiento cutáneo y de algunos tipos de melanomas, está presente incluso en días nublados y además esta radiación atraviesa cristales”, recalca.
Zonas del cuerpo más allá de la cara
Una vez que se ha puesto de manifiesto la importancia de la fotoprotección anual, entra en juego cómo adaptar el consejo a la multitud de variantes y de factores que afectan a la hora de elegir de forma adecuada un protector solar. Distinguir entre cara y cuerpo es una de las claves en la fotoprotección. “La gente piensa que la cara acaba en la barbilla y no es así, sino que llega hasta encima del escote y la rutina facial hay que llevarla hasta esa zona”, aclara Llácer, la misma que remarca la importancia de fotoproteger todo el cuerpo y no solo la cara. “Las fórmulas de fotoprotección a nivel facial tienen una serie de características que van a cubrir las necesidades de la zona más expuesta a agentes externos de nuestro cuerpo y por tanto sus formulaciones distan mucho de las de fotoprotección corporal”, especifica la vocal del COF de Alicante.
Las pieles sensibles o con patologías deben utilizar fórmulas específicas que no empeoren la condición y protejan
Hernández explica que la diferencia de los fotoprotectores corporales respecto a los solares para el rostro es que éstos últimos necesitan texturas más ligeras, de rápida absorción, no comedogénicas, hipoalergénicas y que no piquen a los ojos y a menudo estos solares también contienen activos adicionales como antioxidantes, despigmentantes o matificantes.
“Para el cuerpo, en cambio, las texturas pueden ser más nutritivas o no, puesto que también las hay en spray o brumas ligeras, pero no suelen estar formuladas con activos específicos para problemáticas como las manchas o brillos como sí que ocurre con los faciales”, detalla Hernández, que añade que las fórmulas para el cuerpo suelen ser muy resistentes al agua y se deberían de usar con alto factor de protección solar y de amplio espectro como los protectores faciales.
Contar con el fototipo
Dentro de ese consejo calibrado de solares el fototipo también representa un papel protagonista. “A menor fototipo (piel más clara), mayor riesgo de quemadura solar y daño acumulado. Los fototipos bajos deben usar FPS 50+ todo el año, mientras que los más altos pueden adaptar el SPF según la exposición, pero sin renunciar nunca a la protección”, especifica Hernández. En este sentido, Llácer añade que “hay que tener muy en cuenta que los fototipos claros tienen menos resistencia a la radicación solar, pero es que los fototipos altos son más sensibles, por ejemplo, a la oxidación por la contaminación tras la radiación solar. Es decir, hay que protegerse mucho tanto en fototipos claros como en altos”.
Los bebés requieren productos específicos debido a la falta de maduración de su barrera protectora natural
Hernández recuerda que el fototipo marca el tiempo de autoprotección que tiene cada piel y ese tiempo se multiplica por el factor de protección (SPF) que se use. Y el resultado es el tiempo máximo diario de fotoprotección que tiene esa piel (siempre que se reaplique el fotoprotector cada 2 horas) y a partir de ese tiempo, si se sigue exponiendo al sol por mucho que la persona se aplique el solar, se va a quemar.
Pieles con patología
Sin duda alguna, tener una patología previa en la piel va a marcar el consejo farmacéutico a la hora de determinar qué tipo de fotoprotección debe utilizarse. “Las pieles con problemáticas, como rosácea o dermatitis, y las pieles más sensibles necesitan filtros que no irriten, preferiblemente físicos y fórmulas sin alcohol ni perfume e incluso con activos que ayuden a calmar la piel, con efecto antiinflamatorio y reparador de la barrera cutánea (como el bisabolol, regaliz, reramidas, prebióticos, avena, entre otros)”, expone Hernández. Para pieles con acné, aconseja mejor solares oil-free, con toque seco y efecto seborregulador/matificante (con activos como el ácido salicílico, la silica-sílice, niacinamida, zinc PCA o gluconato de zinc, entre otros). En pieles con tendencia a manchas, la especialista de Farma Mentoring indica que se priorizan fórmulas al igual que las anteriores con alto factor de protección y de amplio espectro, y con activos despigmentantes (como la niacinamida, ácido tranexámico o el regaliz).
Especial cuidados en bebés
Otra característica clave para poder aconsejar un buen solar es la edad, debido a que según el número que indique el DNI cada paciente tendrá unas necesidades distintas y necesitara un solar u otro. La vocal del COF de Alicante resalta que “en el bebé la función barrera está por madurar por lo que cualquier tipo de radiación es más nociva”. “Como el sistema inmunitario no está desarrollado en bebés de 0 a 2 años no hay que fotoexponerlos. Cuando paseamos con el pequeño hay que fotoprotegerlo desde el primer día, debido a que, aunque la radiación solar no le esté dando de forma directa, sí que se está reflejando en todas las superficies y, aunque no lo parezca, puede ser perjudicial para él”, insiste Llácer.