¿Se puede hacer la declaración de la Renta con IA? Te puedes ahorrar un dineral
La inteligencia artificial entra en escena también en la fiscalidad: los expertos analizan cómo puede ayudarte a pagar menos en tu declaración del IRPF

Cada vez más herramientas tecnológicas se cuelan en aspectos cotidianos de nuestras vidas, desde planificar las compras hasta tomar decisiones de inversión. Y en plena campaña de la declaración de la Renta 2025, surge una pregunta cada vez más habitual: ¿puede la inteligencia artificial ayudarnos a pagar menos impuestos? La respuesta no es tan futurista como parece. Ya existen usuarios y plataformas que están probando con ChatGPT, Gemini y otros asistentes de IA para resolver dudas fiscales y buscar deducciones.
Este fenómeno no ha pasado desapercibido. Portales especializados en software e informática como Sage han publicado recientemente análisis sobre el uso real y potencial de la IA en este ámbito. Su conclusión es clara: la inteligencia artificial puede ser una aliada útil, pero con precauciones. No sustituye el criterio de un asesor, pero sí puede servir de guía inicial.
La IA no es Hacienda... pero puede orientarte
Los grandes modelos de lenguaje como ChatGPT o Gemini ya son capaces de interpretar preguntas complejas sobre fiscalidad. Muchos usuarios recurren a ellos para entender mejor su situación tributaria, saber qué deducciones aplicar o qué documentos reunir. Esta capacidad de procesamiento hace que algunos se planteen si directamente podrían realizar la declaración de la Renta con ayuda de una IA.
Sin embargo, los expertos advierten: la información que ofrecen no siempre está actualizada ni es completamente fiable. Las plataformas no están conectadas a bases de datos oficiales como la de la Agencia Tributaria, por lo que pueden ofrecer respuestas erróneas o descontextualizadas. Además, los casos particulares —como alquileres, herencias o actividades económicas— requieren matices que muchas veces solo un asesor profesional puede detectar.
Ahorro potencial: ¿real o exagerado?
Donde sí parece haber un margen claro de mejora es en la detección de deducciones fiscales olvidadas. Muchos contribuyentes pasan por alto gastos que podrían desgravar: donativos, inversiones sostenibles, cuotas sindicales, gastos escolares, etc. Aquí, los asistentes de IA pueden jugar un papel útil al ofrecer una visión general o recordar conceptos que el usuario podría no conocer.
Esto abre la puerta a un posible ahorro significativo, especialmente para los autónomos o quienes tienen situaciones fiscales más complejas. Pero insistimos: la IA no sustituye al profesional, sino que lo complementa. Algunos despachos incluso ya están empezando a integrar herramientas basadas en inteligencia artificial para agilizar la recogida de datos de sus clientes y ofrecer un servicio más preciso y rápido.
¿El futuro de la fiscalidad?
Aunque su uso aún no está generalizado, la IA apunta a revolucionar también el ámbito tributario. Desde chatbots que ayudan a entender el borrador hasta algoritmos que analizan el historial fiscal del usuario y proponen la mejor estrategia para optimizar su declaración, el abanico de posibilidades es amplio.
Eso sí, la Agencia Tributaria no acepta por ahora declaraciones elaboradas exclusivamente por asistentes de IA. El proceso sigue dependiendo de la plataforma oficial y de los datos que el contribuyente introduzca o verifique. Pero no sería de extrañar que, en los próximos años, la declaración se vuelva casi automática con la colaboración de sistemas inteligentes.
En conclusión: útil, pero con cabeza. La inteligencia artificial puede ayudarte a ahorrar en tu declaración de la Renta, pero hay que usarla con responsabilidad. No es un sustituto de Hacienda ni de un asesor fiscal, pero sí una herramienta de consulta rápida y orientación básica. Cada caso es distinto, y cuando se trata de algo tan serio como los impuestos, lo mejor es combinar tecnología con criterio profesional.
Así que si este año estás haciendo números y te abruma el papeleo, quizá sea buen momento para preguntarle a la IA. Aunque, por ahora, todavía no firme por ti.