Sánchez, a Aagesen en las horas críticas del apagón: “Sara, háblanos en castellano”

Los técnicos de Red Eléctrica entraron en shock cuando el presidente se plantó en sus instalaciones. “Quiero información ya”, les urgió en una segunda visita durante la madrugada del martes. Ordenó que la prioridad fuera restablecer el suministro e informar a la opinión pública, pero sin dar una estimación de la hora en que regresaría la electricidad por si no podían cumplirla. “Entre 6 y 10 horas” fue lo primero que soltó el director de Servicios de la compañía desoyendo la recomendaciónLos cinco segundos y tres “errores en cadena” que desencadenaron el gran apagón A las 12.40 del lunes 29 de abril España y Portugal se fueron a negro y en El ala oeste de La Moncloa aseguran que nadie perdió los nervios durante las horas críticas. El Gobierno de Pedro Sánchez está entrenado en crisis sobrevenidas. Tras afrontar la gestión de una pandemia, un volcán en erupción, las consecuencias de una DANA, la guerra en Ucrania o la Filomena, los protocolos de gestión de crisis están sobradamente ensayados. Otra cosa es la percepción ciudadana. La crítica de la oposición. Y si la experiencia es un grado, a ojos de los expertos o de según qué opinión publicada. Lo que sigue es una reconstrucción de cómo se vivió en el Gobierno el apagón que dejó al país sin luz ni telecomunicaciones durante horas, a tenor de los testimonios directos que elDiario.es ha recabado entre ministros, jefes de gabinete y secretarios de Estado. No están todos, pero sí gran parte de los que integran la cápsula monclovita que gestiona un trance que nadie vio venir. Ni el Gobierno ni las operadoras ni Red Eléctrica ni los millones de ciudadanos que experimentaron estupefactos un viaje al pasado de la era analógica que permanecerá en el recuerdo colectivo durante años. “Tenemos una emergencia nacional” En el instante en el que se produjo el apagón, el presidente del Gobierno está reunido con su homólogo de Chipre, Nikos Christodoulides. Diez minutos más tarde, le pasan una nota para comunicarle que su jefe de gabinete, Diego Rubio, necesita que salga con urgencia. “Entiendo que no me sacas de la reunión para darme buenas noticias”, le espetó al abrir la puerta y encontrarse con su mano derecha. Así era. “Tenemos una emergencia nacional, una caída a cero del suministro eléctrico”, le soltó sin más preámbulos Rubio. Desde Red Eléctrica ya habían comunicado a Presidencia el apagón masivo. No sabían la causa, pero aseguraban que ya trabajaban en la recuperación del servicio. Los datos reflejaban que, hasta el momento del apagón, la demanda programada era de casi 25.000 megavatios (MW) y, que sin embargo, la real se situó en poco más de 10.000. Es decir, 15.000 megavatios se habían esfumado sin dejar rastro. A partir de ese momento, todos los aparatos del país conectados a la luz dejaron de funcionar, salvo en Baleares y Canarias.  Reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional en Moncloa, dos días después del apagón eléctrico registrado en toda la península ibérica Una hora antes y, tras la habitual reunión de los lunes con su equipo más cercano, el presidente había recibido otra pésima noticia: la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz había dictado un auto con el que daba el primer paso para sentar en el banquillo de los acusados a su único hermano, David Sánchez, por la supuesta adjudicación irregular de un puesto de alta dirección en la Diputación pacense en 2017 y la posterior adaptación del cargo a sus necesidades. Abril es el mes más cruel, escribió el poeta y Pedro Sánchez debe de estar muy de acuerdo, a tenor de lo que vivió el de este 2025 y el de 2024, que le llevó a tomarse un kit kat para decidir si seguía o no en el cargo. Una Malla B de telefonía encriptada Los lunes son para el Gobierno un día en el que se perfila la estrategia de la semana en los diferentes comités de dirección y por eso casi todos los ministros, con alguna excepción –a

May 4, 2025 - 05:35
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Sánchez, a Aagesen en las horas críticas del apagón: “Sara, háblanos en castellano”

Sánchez, a Aagesen en las horas críticas del apagón: “Sara, háblanos en castellano”

Los técnicos de Red Eléctrica entraron en shock cuando el presidente se plantó en sus instalaciones. “Quiero información ya”, les urgió en una segunda visita durante la madrugada del martes. Ordenó que la prioridad fuera restablecer el suministro e informar a la opinión pública, pero sin dar una estimación de la hora en que regresaría la electricidad por si no podían cumplirla. “Entre 6 y 10 horas” fue lo primero que soltó el director de Servicios de la compañía desoyendo la recomendación

Los cinco segundos y tres “errores en cadena” que desencadenaron el gran apagón

A las 12.40 del lunes 29 de abril España y Portugal se fueron a negro y en El ala oeste de La Moncloa aseguran que nadie perdió los nervios durante las horas críticas. El Gobierno de Pedro Sánchez está entrenado en crisis sobrevenidas. Tras afrontar la gestión de una pandemia, un volcán en erupción, las consecuencias de una DANA, la guerra en Ucrania o la Filomena, los protocolos de gestión de crisis están sobradamente ensayados. Otra cosa es la percepción ciudadana. La crítica de la oposición. Y si la experiencia es un grado, a ojos de los expertos o de según qué opinión publicada.

Lo que sigue es una reconstrucción de cómo se vivió en el Gobierno el apagón que dejó al país sin luz ni telecomunicaciones durante horas, a tenor de los testimonios directos que elDiario.es ha recabado entre ministros, jefes de gabinete y secretarios de Estado. No están todos, pero sí gran parte de los que integran la cápsula monclovita que gestiona un trance que nadie vio venir. Ni el Gobierno ni las operadoras ni Red Eléctrica ni los millones de ciudadanos que experimentaron estupefactos un viaje al pasado de la era analógica que permanecerá en el recuerdo colectivo durante años.

“Tenemos una emergencia nacional”

En el instante en el que se produjo el apagón, el presidente del Gobierno está reunido con su homólogo de Chipre, Nikos Christodoulides. Diez minutos más tarde, le pasan una nota para comunicarle que su jefe de gabinete, Diego Rubio, necesita que salga con urgencia. “Entiendo que no me sacas de la reunión para darme buenas noticias”, le espetó al abrir la puerta y encontrarse con su mano derecha. Así era. “Tenemos una emergencia nacional, una caída a cero del suministro eléctrico”, le soltó sin más preámbulos Rubio.

Desde Red Eléctrica ya habían comunicado a Presidencia el apagón masivo. No sabían la causa, pero aseguraban que ya trabajaban en la recuperación del servicio. Los datos reflejaban que, hasta el momento del apagón, la demanda programada era de casi 25.000 megavatios (MW) y, que sin embargo, la real se situó en poco más de 10.000. Es decir, 15.000 megavatios se habían esfumado sin dejar rastro. A partir de ese momento, todos los aparatos del país conectados a la luz dejaron de funcionar, salvo en Baleares y Canarias. 

Reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional en Moncloa, dos días después del apagón eléctrico registrado en toda la península ibérica

Una hora antes y, tras la habitual reunión de los lunes con su equipo más cercano, el presidente había recibido otra pésima noticia: la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz había dictado un auto con el que daba el primer paso para sentar en el banquillo de los acusados a su único hermano, David Sánchez, por la supuesta adjudicación irregular de un puesto de alta dirección en la Diputación pacense en 2017 y la posterior adaptación del cargo a sus necesidades. Abril es el mes más cruel, escribió el poeta y Pedro Sánchez debe de estar muy de acuerdo, a tenor de lo que vivió el de este 2025 y el de 2024, que le llevó a tomarse un kit kat para decidir si seguía o no en el cargo.

Una Malla B de telefonía encriptada

Los lunes son para el Gobierno un día en el que se perfila la estrategia de la semana en los diferentes comités de dirección y por eso casi todos los ministros, con alguna excepción –a Óscar Puente le pilló la noticia en AENA reunido con el comisario europeo de Transportes– se encontraban en sus dependencias habituales. Este extremo facilitó que Sánchez pudiera comunicar rápidamente con ellos para citarlos en La Moncloa, ya que el complejo presidencial y los ministerios están conectados por lo que se conoce por la “Malla B”, un sistema fijo de telefonía encriptado que aumenta la resistencia de la red en caso de que falle un nodo o una conexión.

El atasco para regresar a Moncloa desde Red Eléctrica

Pasadas las 13 horas, casi sobre la marcha y ante la falta de respuestas de los responsables de Red Eléctrica, un Sánchez “frío, sereno y en estado puro”, describen quienes estaban allí, decide plantarse en las instalaciones de la empresa que transporta la energía eléctrica desde los puntos de generación hasta la red de distribución para exigir in situ la información. Hasta allí se desplazan también la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen; el titular de Transformación Digital, Óscar López; el de Transportes, Óscar Puente; el de Interior, Fernando Grande-Marlaska; la de Defensa, Margarita Robles; el de Economía, Carlos Cuerpo, el director de la oficina económica de La Moncloa, Manuel de la Rocha y Diego Rubio.

“La tensión por la falta de respuestas era evidente”, asegura uno de los presentes, que recuerda de este modo la primera conversación entre Sánchez y la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor:

–¿Cuál ha sido la causa?

–No sabemos.

–¿Cómo? ¿Cuánto se tarda en restablecer el suministro?

–Estamos haciendo comprobaciones, pero no sabemos el motivo, sólo que han desaparecido 15.000 megavatios. Aproximadamente, entre seis y diez horas.

Un miembro del gabinete recuerda que las caras de perplejidad de los presentes y el estado de shock de los técnicos eran notables por la situación inédita y por la profusión de las explicaciones técnicas. Sánchez ordenó que la prioridad debía ser restablecer el suministro e informar inmediatamente de lo ocurrido a la opinión pública, pero sin dar una estimación de la hora en que regresaría la electricidad a los hogares por si no podían cumplirlo. “Entre seis y diez horas” fue lo primero que soltó Eduardo Prieto, director de Servicios de Red Eléctrica, desoyendo la recomendación del presidente cuando compareció a las 14.30 y habló de “una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia” de las redes y de “la desconexión del sistema eléctrico español del europeo” que llevó al colapso y el consiguiente apagón generalizado. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, no compareció y Prieto volvería a hacerlo sobre las nueve de la noche con el director de la Oficina Económica de La Moncloa, Manuel de la Rocha, instalado en la sede la empresa, que no abandonaría hasta casi las 5 de la mañana, ya con el servicio restablecido al 99%. 

La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor

Mientras el coche del presidente regresaba a La Moncloa en medio del gran atasco que registraron las principales carreteras de acceso y salida de Madrid, Sánchez convocó para las tres de la tarde la primera de las seis reuniones que en 36 horas celebró el Consejo de Seguridad Nacional. Ninguna de ellas tuvo lugar en el búnker de La Moncloa, sino en la sala de reuniones contigua a su despacho. Allí pidió primero un mapeo a los ministerios de la situación de sus respectivos ámbitos (transportes, comunicaciones, seguridad, ciberseguridad, hospitales…). La experiencia de la DANA, en el caso del Ministerio de Puente, facilitó parte del trabajo, ya que el ministro mantenía aún abiertos los chats que abrió durante la tragedia de Valencia para intercambiar información con delegados del gobierno, subsecretarios y presidentes de las empresas públicas. Es en ese momento cuando Sánchez ordena prioridades a sus ministros, tras obtener de fuente directa el control de daños y comunica a su equipo que comparecerá personalmente a las 6 de la tarde, como si la “tenebrosa sombra de Mazón y su desaparición durante las horas críticas de la Dana planeara en sus pensamientos”.

El tren atrapado en el túnel de Pajares

Para entonces ya sabían que más de 30.000 personas estaban atrapadas en trenes por toda España y que el peor situado para el rescate fue el que quedó parado en el túnel de Pajares, en Asturias, a ocho kilómetros de la salida. El sistema ferroviario fue el que más preocupación despertó, ya que puertos y aeropuertos pudieron funcionar con total normalidad. De hecho, por razones de seguridad, se decidió cancelar un 20% de los vuelos y, finalmente, sólo un 8% de los programados no pudo despegar.

“¿Nos puedes explicar qué es venirse a cero?”

El ministro del Interior desplegó en menos una hora un operativo con más de 30.000 agentes de Policía y Guardia Civil durante la emergencia, pero si algo se ha puesto en valor internamente en el Gobierno, además de la proeza del restablecimiento del suministro en 14 horas o la reducción del índice de delincuencia en un 40%, ha sido la alta capacitación de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, en quien Sánchez ha delegado el peso técnico de la crisis. El presidente, de hecho, está convencido de que el perfil de esta ingeniera química de profesión que fue antes secretaria de Estado de Energía es el más apropiado para transmitir “seguridad y conocimiento a la ciudadanía en estos momentos de incertidumbre”, aunque no tenga desarrollado aún el registro político.

De hecho, tan profusas y llenas de tecnicismos fueron las explicaciones sobre el funcionamiento de la red eléctrica en la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional que el presidente tuvo que invitarla a que hablara para los legos en la materia. “Sara, por favor, háblanos en castellano para que lo entendamos”, le espetó. “¿Nos puedes explicar qué es venirse a cero?”, le apostilló en otro momento de su exposición inicial mientras la vicepresidenta encadenaba términos como “energía síncrona” o “ciclo combinado”.

Antes de esa primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), Sánchez habló telefónicamente con el ministro marroquí, Aziz Ajanuch; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el primer ministro de Portugal, Luís Montenegro; el jefe de Estado, Felipe VI y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.  

Tardó en comparecer por primera vez ante la opinión pública, sí, cinco horas y media, lo que dio pie a que la oposición hablara de otro apagón el informativo–, de la falta de explicaciones e incluso de la asunción de responsabilidades. Pero en su equipo defienden que “estuvo al mando, estuvo donde correspondía y en menos de 24 horas compareció en tres ocasiones con la escasa información que le proporcionaba Red Eléctrica”. 

La única licencia para la carcajada: un bulo

La situación era grave y ya circulaban algunos bulos que desatan la histeria entre ciudadanos que acuden en tropel a cargar alimentos, pilas, transistores y papel higiénico a algunas grandes superficies que mantenían sus puertas abiertas. Entre los “cazabulos” que trabajan en Moncloa leyeron en un presunto medio de comunicación una información sin firma que atribuía el episodio a Argelia. Fue el único momento donde en La Moncloa sucumbieron a la mofa y se concedieron licencia para la carcajada.

En la primera reunión del CSN, Sánchez ya informó a su equipo que había intentado sin éxito hablar hasta en dos ocasiones con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que se encontraba en Valencia en el Congreso de los populares europeos. Indicó por ello al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que informara de la situación al portavoz parlamentario del PP y al resto de grupos, como así fue. Cuando Tellado habló con Bolaños era consciente de que Feijóo estaba incomunicado como el resto de los españoles. 

Durante su comparecencia, Sánchez no descarta ninguna hipótesis y anuncia que el Gobierno llegará al fondo del asunto pero sigue sin tener explicaciones de por qué un supuesto sistema infalible que es la envidia de Europa ha fallado estrepitosamente y “la información que reclama le llega a cuentagotas”, se queja otro ministro del gabinete de crisis satisfecho de que “todos los mecanismos estuvieran engrasados de otras tantas crisis sobrevenidas” desde que Sánchez está en el Gobierno.

La batalla por librar las indemnizaciones

Cuando el presidente vuelve a comparecer ante la opinión pública sobre las 23.00 horas del lunes, el suministro ha vuelto a gran parte de España, pero las dudas y la inquietud persisten en el Ejecutivo. Ya hay plena conciencia de la batalla que operadoras y Red Eléctrica están dispuestas a librar para eludir la asunción de responsabilidades y, sobre todo, el pago de las multimillonarias indemnizaciones. 

La situación del suministro ya es otra, pero Sánchez decide trasladarse de nuevo a las instalaciones de Red Eléctrica insatisfecho y “muy cabreado” por los escasos datos que le facilitan. Allí permanece hasta pasadas las dos de la madrugada y le acompañan las vicepresidentas primera y tercera, el ministro de Transformación Digital y su jefe de gabinete.

El tono del presidente en esta segunda visita “fue tremendamente duro” con los directivos de la empresa. Corredor seguía sin aparecer en público, pero las explicaciones privadas tampoco convencían. “Quiero información y la quiero ya”, requirió el presidente a los directivos de Red Eléctrica. “Que fallen 35 centrales eléctricas en cinco segundos tiene que tener alguna explicación”, añadió. Algunos directivos del sector ya habían reclamado la asesoría de sus equipos jurídicos y las operadoras privadas se resistían a facilitar datos al Gobierno. Uno de los debates técnicos que se libró es si el Ejecutivo podía entrar o no directamente en el sistema informático de Red Eléctrica.

En el Ejecutivo siguen hoy sin descartar ninguna hipótesis y, aunque “no hay un sólo indicio de un ciberataque”, según varios ministros, esa puerta no está tampoco cerrada, si bien todo apunta a un fallo sistémico ante el que la red de distribución “no pudo reaccionar”. El porqué está aún por aclarar. Hay varias investigaciones abiertas, una de ellas en la Audiencia Nacional y otra en la Comisión Europea, pero los millones de datos de las operadoras y de Red Eléctrica que ha recibido el Gobierno no aportarán luz en un horizonte inmediato. Más bien hablaríamos de un plazo de entre tres y seis meses, según la estimación de Bruselas.

Pero en cuestión de tiempos, no hay sincronía entre lo político y lo técnico. La oposición quiere saber ya, y esta semana ha preparado una batería de preguntas dirigidas a la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Energética en el Congreso y en el Senado. El presidente comparecerá además el miércoles en la Cámara Baja. “Será una verdadera prueba de fuego para Sara [Aagesen] en quien el presidente tiene plena confianza y anima a que explote su formación técnica en sus comparecencias porque es señal de conocimiento y competencia”, responde un ministro a la pregunta sobre si las explicaciones de la ministra son inteligibles para la ciudadanía. 

Si el PP esperaba igualar la gestión de la DANA que hizo la Generalitat Valenciana con la que el Gobierno está haciendo del apagón “pincha en hueso”, según palabras del equipo de Sánchez, para quien más allá de que aún se desconozcan las causas del incidente la ciudadanía ha visto “quién sí y quién no tiene al frente de las crisis a equipos competentes y a dirigentes que están donde tienen que estar, dan la cara y toman las riendas de la situación desde el primer momento”. 

“Una cabeza de turco fácil”

Cuestión distinta es que la apuesta de este Gobierno por las renovables esté en el punto de mira, que el apagón haya reabierto el debate sobre el mantenimiento de las nucleares o que una empresa semipública como Red Eléctrica con un 80% de accionistas privados haya estado o no a la altura. Beatriz Corredor, que descarta su dimisión, es para varios ministros que recelan de su actuación “una cabeza de turco fácil”, si bien admiten que su continuidad al frente de la compañía dependerá de la colaboración que esté dispuesta a prestar en los próximos días para esclarecer la situación. De momento, en La Moncloa a nadie le consta que Sánchez esté pensando en un relevo, aunque sepa que “su análisis como el de las operadoras privadas será sesgado” por lo que hay en juego, que son las diferentes cuentas de resultados. El motivo: aquí todos son parte y se pasan la pelota constantemente entre unos y otros por el impacto económico del incidente.

Pero si algo ya tienen interiorizado en el Gabinete de Sánchez es que en estos tiempos la gestión de crisis es una parte integral de la acción de gobierno. Y, también, bromea un asesor del presidente, que las películas de ciencia ficción “están equivocadas porque todas trasladan el hecho disruptivo de que cuando falla una pieza básica [en este caso la electricidad] empieza el Apocalipsis”, algo que el apagón del 29 de abril ha desmentido categóricamente.

La electricidad se cayó, pero “el sistema funcionó porque se regeneró en tiempo récord”. Y así se ha reconocido internacionalmente, pese a que los responsables de la red fueran ágiles en reparar el suministro pero no en encontrar las causas que provocaron el apagón y el Ejecutivo asuma que llevará tiempo señalar a los responsables y en que se producirá un nuevo choque con las eléctricas. De momento, las responsabilidades que se atribuyen son compartidas entre las operadoras y la red de distribución, pero todos los escenarios están abiertos.

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