Robert no puede evitar que se le salten las lágrimas durante su cita en 'First Dates': "No soy un llorica"

El comensal se puso a llorar al recordar a una tía suya que falleció hace 20 años

May 7, 2025 - 23:57
 0
Robert no puede evitar que se le salten las lágrimas durante su cita en 'First Dates': "No soy un llorica"

"Me he equivocado de profesión, me hubiese gustado ser comunicador, ser periodista o locutor, pero tengo un problema con la letra R", explicó Robert en su presentación en First Dates este miércoles.

Nada más sentarse en la barra del programa de Cuatro, Carlos Sobera le preguntó cómo le había ido en el amor: "No lo he tenido fácil, he intentado relacionarme con muchas chicas, y nunca me han dado pie a establecer una relación", explicó el ingeniero técnico.

"¿Eres virgen?", quiso saber el presentador, a lo que el comensal de 46 años le contestó afirmativamente: "Quizás por mi físico nadie se fija en mí y me marginan. Por más que lo intente, no me dan ni la primera opción de conocerme".

Su cita fue Anna-Lena, alemana afincada en Málaga, donde trabajaba como profesora de alemán, español y religión: "España, en general, es un país muy católico, pero cada vez hay más protestantes. En mi iglesia somos 200 miembros", aseguró.

"Me ha gustado por sus ojos, por sus manos y su pelo. Pero, sobre todo, por su elegancia", afirmó el de Sabadell al conocer a la que iba a ser su pareja de la noche.

Tras hablar de sus profesiones, llegó el momento emotivo de la velada. Robert le habló a su cita de su tía, la gemela de su madre, y de cómo murió de forma muy repentina: "Era mi segunda madre".

El comensal explicó que su tía era una persona muy especial y no pudo evitar emocionarse al hablar de ella, saltándosele las lágrimas en mitad de la cena.

Anna-Lena se preocupó y quiso saber cuánto tiempo hacía que la había perdido, sorprendiéndose al saber que murió hace 20 años. El ingeniero se justificó diciendo: "Tampoco es una cosa diaria, me he acordado y me he sentido escuchado, no es que sea un llorica", le explicó a la alemana.

Además, le confesó que nunca había tenido pareja y que era virgen, algo que no le pareció del todo mal a la profesora, ya que ella había tenido varias parejas con las que había tenido sexo, pero su deseo era "guardarse para el matrimonio".

Otro tema que tocaron fue el de la religión, puesto que para ella era importante que su pareja fuera católica. Robert le dijo que era religioso, pero para la alemana, el dater no era el líder espiritual que estaba buscando.

Al final, Robert reconoció que "me gustaría muchísimo tener una segunda cita con Anna-Lena". Pero la alemana prefirió no volver a quedar: "Busco a alguien que viva la fe de la misma manera que yo y no lo he visto en él".