River, Racing y el costo de jugar sin hinchas: cientos de miles de dólares no entrarán a cada club
Los partidos a puertas cerradas por Copa Libertadores son un golpe a las arcas; entradas, merchandising y más, aparte de las multas
Las fiestas de recepción en el fútbol son caras. Cuesta lo suyo el cotillón de bengalas y fuegos artificiales, claro. Pero más puede costar el lucro cesante, lo que no ingresará a las arcas del club local en compromisos futuros si, por exceso de bienvenida al equipo, Conmebol dispone partidos a puertas cerradas y multas. Pueden dar fe River y Racing, que esta semana (el martes el conjunto millonario, este jueves el académico) cumplen sendos castigos de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Y nada menos que al disputar la deportivamente importante, y económicamente suculenta, Copa Libertadores.
Tres años, siete meses y 26 días después, River volvió a jugar un partido internacional en el Monumental sin su público. En aquel 2021 se dio la caída por 1-0 contra Mineiro en unos cuartos de final de la Copa Libertadores marcados por la pandemia de Covid-19, mientras que en el presente 2025 se dio el 0-0 con Barcelona, de Ecuador, por la sanción de Conmebol tras el recibimiento frente a Mineiro en la semifinal del año pasado. Tan solo un partido a puertas cerradas, pero todo un inconveniente, deportivo tanto como económico, por el dinero de las multas y la recaudación que se perdió el club.
River preveía unos 800.000 dólares por ventas de entradas para el primer partido como local en el grupo B de la Libertadores. Aún no dio a conocer los valores de las localidades para las últimas dos fechas en su casa; suele vender para sus abonados paquetes de tres boletos que incluyen toda la fase de grupos, y además, entradas individuales para abonados, socios, miembros de la comunidad Somos River y no socios. Cabe recordar que el Monumental puede albergar 85.018 espectadores.
Debido a la utilización de pirotecnia y a diversas cuestiones ocurridas en el duelo con Mineiro en octubre pasado, la institución tuvo que abonar 205.000 dólares como sanción por diferentes artículos del Manual de Clubes y Código Disciplinario de Conmebol. ¿El desglose? Fueron 100.000 dólares por principios de conducta (el recibimiento), 50.000 por expresiones discriminatorias, 20.000 por fallas en los reflectores, 20.000 por no presentar jugadores en las entrevistas post partido, 10.000 por cuestiones de orden y seguridad y 5000 porque ningún futbolista asistió a la conferencia posterior al encuentro que determinó la eliminación.
Esos 205.000 dólares son excluidos automáticamente de los ingresos que tiene el club en concepto de televisación y patrocinio de Conmebol, por lo que la cifra que nunca llegó a la tesorería supera el millón de dólares. De todos modos, a ese monto hay que descontarle los costos operativos evitados al no tener abierto el estadio: no hubo operativo policial en las inmediaciones del Monumental ni necesidad de seguridad privada, por ejemplo.
Similar situación es la de Racing, aunque con otros números, bastante distantes.
Cuando la Academia salió a la cancha para enfrentarse con Corinthians en el cruce de vuelta de una semifinal de la Copa Sudamericana, en octubre último, el Cilindro de Avellaneda fue un hervidero. Una lluvia de bengalas, lanzadas desde todos los sectores, impactó y estremeció a los presentes, testigos de un recibimiento inolvidable que dio la vuelta al mundo. Después del lanzamiento de tanta pirotecnia, el equipo dirigido por Gustavo Costas mostró fuego sagrado en el campo de juego, dio vuelta el encuentro, ganó y llegó a la final en la que, en Asunción, obtendría un trofeo continental.
Lo que por la liturgia de la tribuna resultó una fiesta inolvidable, tuvo en contrapartida una consecuencia disciplinaria y económica: Conmebol multó a la Academia en 100.000 dólares, que descontaría del premio por ganar la Sudamericana, y le aplicó el castigo de jugar un partido a puertas cerradas en 2025. Esa sanción, que se hará efectiva este jueves ante Bucaramanga por la segunda fecha de la zona E de la Copa Libertadores, le implicará al club una pérdida estimada en 250.000 dólares en total, por no contar con su público.
Racing tiene 14.500 abonados que en el inicio de 2025 pagaron desde 250.000 pesos hasta 850.000 para garantizarse una platea en el Cilindro tanto en el Apertura y el Clausura (16 partidos como mínimo entre ambos certámenes, sin contar si jugara como local en octavos y/o cuartos de final), como también en la etapa de grupos de la Libertadores (tres encuentros). A raíz de que la sanción de un compromiso sin espectadores fue determinada en 2024, el club compensó a los abonados al no cobrarles un bono en la final de ida por la Recopa contra Botafogo, en febrero de este año. De esa manera, se mantuvo el criterio de que la compra de los boletos para toda la temporada incluyera tres duelos subcontinentales “sin cargo” específico.
Para acceder a las populares en los torneos internacionales, Racing dispuso, como en los años anteriores, el Co-pack, que posibilita asegurarse un lugar en esos sectores del estadio a un valor menor que si se pagara un bono extra en cada partido (en el campeonato doméstico, por ser socio activo se ingresa sin pagar un plus). En cambio, los asociados que no se abonaron ni sacaron el Co-pack deben pagar extra para tener una ubicación general para cada encuentro internacional. En las plateas el precio sube, como es usual.
En el duelo con Botafogo, último internacional con público en el Cilindro, cada socio que no tenía contratados paquetes desembolsó 20.000 pesos para entrar a la popular. Ahora, al no tener a su gente en las tribunas, el club de Avellaneda no sólo perderá el apoyo espiritual, sino que también dejará de percibir unos U$S 200.000 en entradas. Más allá de tratarse de un revés económico, el impacto es menor respecto a si el partido correspondiera a una instancia eliminatoria, en la que todos los socios –incluidos los abonados- deben pagar extra para estar en cualquiera de los sectores.
En ese sentido, ante una consulta para LA NACION, desde el club plantearon que la demanda de entradas en las ruedas de grupos es inferior que en las otras etapas, en las que el estadio, que tiene capacidad oficial para 42.000 espectadores, luce completo.
Otro factor que se suma a la pérdida de jugar a puertas cerradas está supeditado a la imposibilidad de vender camisetas y otros productos oficiales en el playón del estadio, donde están dispuestos puntos de Locademia, la tienda del club. Con las fluctuaciones de la instancia del certamen (y del momento del mes en el que toca jugar), se calcula que las ventas representan unos 40.000.000 de pesos en cada partido. Y también hay expendios de comidas en food trucks.
En el contexto del paro general de este jueves, se utilizará el personal mínimo e indispensable para abrir el Cilindro y garantizar la realización del encuentro. Pero el ahorro en personal de guía y en seguridad no es significativo, según estimaron en la institución de Avellaneda.