Quién es la argentina que organiza una protesta en Roma por los cambios para obtener la ciudadanía italiana

Se trata de Neisy Sofía Vadori, que migró hacia Italia hace cinco años; dice que hay familias argentinas que habían viajado allá a hacer el trámite y están varadas

Abr 28, 2025 - 16:42
 0
Quién es la argentina que organiza una protesta en Roma por los cambios para obtener la ciudadanía italiana

“Soy la organizadora de la primera manifestación que tuvo lugar el 4 de abril en Roma y ahora estamos organizando la segunda, que se realizará el 3 de mayo. ¿El motivo? Protestar contra el nuevo decreto-ley”, dice Neisy Sofia Vadori, una argentina de 30 años que migró hacia Italia hace cinco años.  

Vadori hace referencia a la medida que entró en vigor el pasado 28 de marzo y ahora debe aprobar el Parlamento italiano. Este decreto del Gobierno de Giorgia Meloni limitó la obtención de la ciudadanía para los descendientes de italianos. Una protesta que ya se hizo semanas atrás

Antes de esta medida una ley de 1992 permitía que, por ius sanguinis (derecho de sangre), pudieran obtener el pasaporte italiano los descendientes de tercera o cuarta generación de italianos, es decir, hasta un tatarabuelo.

A partir del nuevo decreto se limita el derecho por sangre a los descendientes de nativos italianos de primera o segunda generación; y, además, establece que ya no se podrá tramitar en los consulados, sino en una oficina especial de cancillería.

En busca de oportunidades

Neisy era vecina del barrio porteño de Núñez, estudiante de Ciencias Físicas en la UBA y daba clases particulares de matemática y física a estudiantes del secundario. “Me fui de la Argentina en busca de mejores oportunidades para mi desarrollo profesional y de un país que tuviera una mejor economía”, cuenta esta joven que tiene la ciudadanía italiana gracias a su padre.

Hoy ella forma parte de un grupo de ítalo-descendientes autoconvocados en Italia y organiza marchas para quejarse por el nuevo decreto Ley. La protesta del 4 abril pasado en Piazza dei Santi Apostoli, en Roma

“Esta norma entró en vigor automáticamente y no estábamos preparados porque se hizo todo a escondidas. Si bien en los medios periodísticos italianos se habla mucho en los últimos años sobre la problemática inmigratoria que afecta toda la Unión Europea, no hubo indicios claros que la comunidad de ítalo-descendientes que inmigraba éramos considerados un problema para el estado. Esta medida la sentimos como un ataque directo a nuestro sentido de identidad”, dice la joven argentina.

Según cuenta Neisy, desde que llegó a este país europeo ayuda desinteresadamente a sus conocidos y amigos a tramitar la ciudadanía italiana por reconstrucción desde Italia vía administrativa, es decir, a través de los municipios italianos. “Tengo dos allegados que han inmigrado con su carpeta lista para iniciar el proceso de obtención de la ciudadanía y hoy se encuentran varados, con sus familias, porque los municipios italianos no les permiten iniciar el trámite dado que no cumplen con la normativa actual del decreto-ley”, explica con cierta angustia.

Movimiento y marcha

Con el objetivo de visibilizar y protestar en contra de esta medida Neisy creó un movimiento llamado CIDL (Comitato di italo-discendenti  in contro del decreto-legge n.36/2025) y organizó una manifestación en cuanto el gobierno italiano anunció la nueva medida.

“Junto con amigos de la comunidad de ítalo-argentinos decidimos no quedarnos con los brazos cruzados y hacer algo al respecto. Así fue que creamos el CDDL, un movimiento social y apolítico, e hicimos la primera manifestación. Fui a pedir permiso a la Questura, que es la jefatura de policía, para poder hacer la manifestación. Acá es necesario formalizar un preaviso antes de hacer protestas. Cuando fui conocí una ítalo-brasileña también afectada por esta medida pidiendo autorización para una protesta y decidimos unir nuestras fuerzas. Lo llamativo fue que no contamos con apoyo de ningún político”, relata. El consulado italiano en la Argentina

El poco tiempo de organización sumado a la falta de apoyo de las fuerzas políticas resultó que ese primer reclamo tuviera solo 100 asistentes. “Nos ayudaron para la difusión influencers ítalo-argentinos, uno de los cuales es un referente local de la ciudadanía italiana. Sin embargo, no obtuvimos el resultado que esperábamos. Pedimos realizar la protesta en la Piazza Montecitorio, donde se encuentra el Parlamento, para enviar un mensaje directo a las cámaras de senadores y diputados, pero en la Questura nos denegaron la posibilidad de hacerla ahí. Finalmente tuvimos que conformarnos con realizar la manifestación en Piazza dei Santi Apostoli, que era la más cercana posible al Parlamento”, explica.

De todas maneras, Neisy y su grupo no piensa bajar los brazos, el próximo 3 de mayo, a las 10 am en la en Piazza del Campidoglio, el CDDL realizará una nueva marcha y estiman que en esta oportunidad serán muchos más los concurrentes. “Para la próxima manifestación contamos con el apoyo de parlamentarios Mario Borghese y Franco Tirelli, como también de Ricardo Merlo, fundador del Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior (MAIE), quien además nos ayudará con la difusión de la manifestación. A demás, la comunidad italo-brasilera ha logrado el apoyo de Daniel Taddone, del Consejo General de Italianos en el Extranjero (CGIE) y de Fabio Porta, senador italiano”, detalla.

Durante la charla con LA NACION, esta joven argentina pide que aquellos que estén interesados en sumarse a esta protesta la contacten a través de Instagram.

Las demandas del movimiento CIDL

Los objetivos del grupo de ítalo-argentino liderado por Neisy son:

1. Reivindicar los derechos que están siendo vulnerados por el nuevo decreto ley, “El cual limita de forma injusta y discriminatoria el acceso a la ciudadanía italiana para los descendientes de italianos nacidos en el extranjero. Consideramos que estas medidas violan los principios de igualdad, inclusión y justicia histórica”, aclara joven.

2. Recordarle al Estado italiano el profundo vínculo cultural, histórico y de sangre con las comunidades de ítalo-descendientes en el mundo.

3. Destacar que los descendientes de italianos que eligen repatriarse a Italia son en realidad un recurso para el país, no solo en términos demográficos, sino también económicos, culturales y sociales. “En un país que actualmente es el más envejecido de la Unión Europea, la llegada de jóvenes ítalo-descendientes representa una oportunidad real para revitalizar comunidades, dinamizar la economía y garantizar un relevo generacional necesario”, aclara Vadori.

4. Visibilizar los daños concretos que este decreto ya ha causado a familias y personas que se encuentran actualmente en territorio italiano. “Varias personas y familias vinieron con la intención legítima de iniciar su proceso de ciudadanía y ahora se encuentran en una situación de incertidumbre, sin acceso a derechos básicos, varados legal y emocionalmente. Exigimos soluciones urgentes para estos casos en nombre de la humanidad, la coherencia institucional y el respeto por la dignidad de estas personas”, sostiene.

Neisy revela que ya su agrupación está trabajando mucho para expandir su red de personas. Aunque todavía no está definido el lugar de la próxima marcha ella adelanta que será en Roma. “Además, estamos buscando representantes de diferentes ciudades italianas que puedan congregar personas y organizar la logística para que puedan viajar y sumarse. Ya nos escribieron muchos interesados que están dispuestos a trasladarse desde diferentes lugares de Italia para poder manifestarse contra este decreto. Esperamos reunir entre 300 y 500 personas”, dice con esperanza.

Por último, destaca que siente que este decreto es una falta de respeto hacia sus orígenes. “Mi bisabuelo, que era italiano, nació en el Friuli-Venezia Giulia. Según el decreto-ley actual yo no sería italiana. No es el caso, porque ya la tengo, pero si quisiera hoy obtener mi ciudadanía no podría hacerlo dado que la tercera y cuarta generación ya no tienen acceso a la ciudadanía italiana. A demás me da bronca y frustración porque conozco la historia de la inmigración de italianos en Argentina y cuánto le hemos dado a ellos como país, no solo trabajo sino también posibilidades de crecimiento y dignidad”, reflexiona.