Apple está plantando árboles a lo loco y eso podría ser un grave error
Apple lleva años vendiéndonos una imagen verde: dispositivos reciclables, energía solar, y un compromiso fuerte con la reducción de emisiones. Pero cuando se trata de llegar al 100% de neutralidad de carbono, las cosas se complican y ahí es cuando aparece la palabra mágica: reforestación. Pero en lugar de una estrategia meticulosa y pensada a […]
Apple lleva años vendiéndonos una imagen verde: dispositivos reciclables, energía solar, y un compromiso fuerte con la reducción de emisiones. Pero cuando se trata de llegar al 100% de neutralidad de carbono, las cosas se complican y ahí es cuando aparece la palabra mágica: reforestación. Pero en lugar de una estrategia meticulosa y pensada a largo plazo, lo que Apple parece estar haciendo es plantar árboles a lo loco. Bosques enteros en Brasil, eucaliptos que chupan agua como si no hubiera mañana y muchas dudas sobre si realmente eso está ayudando al planeta… o sólo a su imagen.
Reforestación de Apple con ambiciones gigantes
El Restore Fund de Apple ya lleva invertidos más de 400 millones de dólares en reforestación. Su idea suena bien en papel: tomar zonas degradadas por la ganadería y devolverles la vida con nuevos árboles, promoviendo el regreso de animales como conejos o incluso pumas. La naturaleza como aliada en la carrera por la sostenibilidad. La empresa no está sola. Google, Meta y Microsoft también están en el mismo tren. Y claro, si plantar árboles sirve para atrapar carbono y, de paso, evitar pagar multas por emisiones, ¿quién no querría subirse? El problema es que no todos los árboles son iguales y no todo bosque nuevo es automáticamente un ecosistema funcional.
Eucaliptos, ¿los héroes o los villanos del bosque?
Aquí viene el punto polémico: muchos de los árboles que están plantando son eucaliptos. Crecen rápido, absorben toneladas de CO₂… pero también necesitan mucha agua. Y en un clima que se está volviendo más seco e inestable, eso puede ser una bomba de tiempo. Además, los eucaliptos no siempre conviven bien con otras especies, lo que puede hacer que el bosque sea menos biodiverso y más vulnerable. Esto no es sólo una “cuestión técnica”. La reforestación mal pensada puede alterar comunidades locales, cambiar ciclos del agua, y en el peor de los casos, crear un paisaje verde pero ecológicamente pobre. En Pakistán, por ejemplo, proyectos similares entraron en conflicto con pueblos nómadas, lo que demuestra que plantar árboles no siempre es sinónimo de cuidar el planeta.
¿Neutralidad de carbono o marketing verde?
Aunque Apple asegura que quiere beneficios ambientales y financieros reales, hay estudios que apuntan a que la mayoría de estos proyectos no tienen impacto climático real. Según The Guardian, hasta el 90% de los proyectos de reforestación evaluados sobreestimaron las emisiones evitadas o se ejecutaron en zonas donde nunca hubo un riesgo real de deforestación. Esto nos lleva a una pregunta incómoda: ¿cuánto de esto es un intento honesto de salvar el planeta y cuánto es greenwashing de lujo?
Un futuro verde requiere más que árboles
Plantar árboles es solo una pieza del rompecabezas. Apple está invirtiendo en energía solar en China y materiales reciclados, como el 100% de oro reciclado en sus circuitos. Pero la reforestación, si se hace mal, puede ser más un lavado de imagen que una solución real. Ecologistas como Forrest Fleishman enfatizan que hacer crecer los árboles es más importante que solo plantarlos. Los monocultivos de eucalipto podrían capturar carbono ahora, pero si agotan el agua o colapsan por plagas, el esfuerzo se desvanece.
Entonces, ¿plantar árboles es malo?
No se trata de frenar la reforestación. Se trata de hacerla con cabeza, ciencia y respeto al ecosistema. De apostar por árboles nativos, por proyectos que realmente regeneren los suelos, atraigan fauna, mejoren los ciclos del agua y construyan resiliencia frente al cambio climático. Y de dejar de ver la naturaleza como una solución mágica de última hora a problemas que empezaron con decisiones humanas.
Apple quiere un planeta más verde, pero su apuesta por la reforestación masiva en Brasil está bajo lupa. Los eucaliptos rápidos pueden parecer una victoria, pero arriesgan la biodiversidad y el agua. Mientras el Restore Fund busca un futuro sostenible, las críticas recuerdan que no basta con plantar árboles: hay que hacerlo con cabeza. La neutralidad de carbono no se logra solo con buenas intenciones, sino con estrategias que respeten los ecosistemas y las comunidades. Apple, y muchas otras Big Tech, tienen recursos para hacer las cosas bien. Sólo falta que el compromiso no sea solo con su reputación, sino con el futuro del planeta.