Presos del pasado
A un kilómetro del Mar Negro, en Georgia, hay una reserva de monos que fue fundada en 1927 con fines médicos. Hasta 1931 se la llamó Granja de Monos de Sujumi (Sujum, en ruso). En 1957 se estableció el Instituto de Patología y Terapia Experimental, al lado del criadero; un documento de 1976, cuando la Unión Soviética todavía no había colapsado, consigna seis laboratorios de experimentación con primates. Hoy es parte de la Academia de Ciencias de Abjasia (una república independiente de facto desde 1992, que Georgia considera provincia autónoma) y continúa investigando. Pero los conflictos armados y la caída del régimen soviético fueron un duro golpe para el instituto y para las condiciones en las que viven los primates. Quizás en el futuro la inteligencia artificial permita modelar organismos vivos con entera fidelidad y esas miradas desgarradoras se conviertan también en algo del pasado.

A un kilómetro del Mar Negro, en Georgia, hay una reserva de monos que fue fundada en 1927 con fines médicos. Hasta 1931 se la llamó Granja de Monos de Sujumi (Sujum, en ruso). En 1957 se estableció el Instituto de Patología y Terapia Experimental, al lado del criadero; un documento de 1976, cuando la Unión Soviética todavía no había colapsado, consigna seis laboratorios de experimentación con primates. Hoy es parte de la Academia de Ciencias de Abjasia (una república independiente de facto desde 1992, que Georgia considera provincia autónoma) y continúa investigando. Pero los conflictos armados y la caída del régimen soviético fueron un duro golpe para el instituto y para las condiciones en las que viven los primates. Quizás en el futuro la inteligencia artificial permita modelar organismos vivos con entera fidelidad y esas miradas desgarradoras se conviertan también en algo del pasado.