Felicitas Pizarro remodeló la casa de su abuela para disfrutar una nueva etapa familiar en Del Viso
Antes usada como casa de fin de semana, tras la reforma la vivienda fue ampliada y pasó a tener todas las comodidades para la vida cotidiana.

“La casa une lo viejo y lo nuevo; eso tiene algo especial. La reformamos en diferentes etapas, al ritmo que fue cambiando nuestra familia. Hoy, la disfrutamos muchísimo, y estamos muy contentos de haber hecho la obra”, cuenta la cocinera y sommelier Felicitas Pizarro sobre la vivienda de Del Viso en la que vive junto a su marido, Santiago Solernó, y sus dos hijos.
Cambio de planes
La idea de vivir en la que era la casa de fin de semana de su abuela estuvo siempre en su mente, pero pensaba que eso se daría más adelante, ya que a la pareja le gustaba la vida que llevaba en un dúplex Palermo. “En cierto momento, pensamos en hacer una biblioteca a medida, encargar las cortinas y otros detalles. Y apareció la duda de cuánto invertir en un lugar que alquilábamos”, cuenta sobre lo que desencadenó la mudanza.
Sabíamos que íbamos a vivir acá tarde o temprano. Empezamos a soñar con hacer un quincho, una pileta... Sonaba divertido, y al final lo concretamos. Hicimos una primera reforma y nos mudamos.
Felicitas Pizarro, cocinera, sommelier y dueña de casa

El primer cambio
La vivienda estaba pensada para usarse los fines de semana, lo que traía algunas incomodidades para la vida diaria. Antes de mudarse, Felicitas y Santiago decidieron reformar la cocina de la mano de su amigo y arquitecto Francisco Zabalza.
“La cocina era antigua y chica, ya que ahí mismo también estaban el lavadero y un baño de servicio. Decidimos aprovechar al máximo el espacio para la cocina y reubicar el resto”, cuenta la chef.

“Está pensada para el día a día familiar, es muy práctica y tiene todo lo que necesitamos. Como a veces también grabo algunos videos acá, buscamos tuviera luz natural y que, al mismo tiempo, fuera posible regularla”.

Evolución
Al año de estar instalados allí, nació Ramón, el primer hijo de la pareja. En aquella época construyeron el quincho y la pileta, obra que les tomó unos cinco meses.
“La mayoría de los videos que filmo los hago afuera, con luz natural. No me gusta usar iluminación artificial”, cuenta sobre su faceta como creadora de contenido para las redes sociales. Con ese objetivo, construyó su quincho ideal: abierto y súper equipado, con parrilla, horno, mesada, mesa, bacha, heladera y vajilla para no tener que entrar y salir de la casa durante las producciones.
El siguiente paso
Tras la pandemia, llegó Indalecio, su segundo hijo, y también un replanteo del espacio y las funciones de la casa, que sólo contaba con dos habitaciones –una en la planta alta y otra abajo– y un baño, y que tenía poca luz natural.
“Cuando la casa empezó a quedar chica, evaluamos varias opciones: fuimos a ver otras casas con terrenos más grandes, pero con construcciones en peor estado. Al final, decidimos quedarnos acá y aprovechar todo al máximo”.

Santiago, a quien le interesa mucho el diseño, siguió cada detalle del proyecto trazado por el arquitecto Facundo Marzano, quien lideró la reforma. “Nos propuso modernizar la casa pero conservando la base que tenía”, cuenta. Durante el año y medio que duró la obra, la familia se instaló un tiempo en Capital y, los últimos meses, en la casa de los padres de Feli, cerca de allí.
Últimas novedades

El flamante espacio social incluye comedor y living, un ambiente cómodo, luminoso y bien equipado para disfrutar del tiempo libre en familia.

Este es el nuevo lugar del hogar, ahora mucho más moderno y funcional, alrededor del que se forma la ronda de sillones.

En la planta alta construyeron la máster suite -con vestidor y baño completo– y la habitación de los chicos. Para potenciar la entrada de luz, instalaron ventanales en las pendientes del techo.

Aire libre
La galería era otro pendiente que tenían. Para construirla, avanzaron sobre el jardín con un alero, e instalaron mobiliario de exterior cómodo para relajarse al lado de la pileta.
“Usamos muchísimo el sector del fogonero y asador con amigos y en familia. Al sumarle estos sillones, se convirtió en un nuevo espacio de reunión”

“Mi marido es un enamorado de las plantas, y fue quien hizo todo el jardín. En un lateral, creó un camino y un sector de vegetación que, además, resguarda la casa”
