Perros y medio ambiente: cinco consejos para ser un dueño sostenible

Con más de 9 millones de perros en España, su huella ecológica es un tema que no puede ignorarse.

Abr 3, 2025 - 07:08
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Perros y medio ambiente: cinco consejos para ser un dueño sostenible

En España, el 27% de los hogares cuenta con al menos un perro, lo que supone una población canina que supera los 9 millones de ejemplares. Esta cifra, aunque refleja la tendencia en alza a compartir vida con un animal, también plantea un desafío ambiental: los residuos generados por los perros, desde sus alimentos hasta sus juguetes y excrementos, contribuyen al creciente problema de la contaminación. En 2023, nuestro país generó aproximadamente 140 millones de toneladas de basura, con una huella de carbono per cápita de 5,65 toneladas de dióxido de carbono anuales. Ante estos datos, surge la pregunta de: ¿cómo pueden los cuidadores de los perros reducir su impacto ecológico sin renunciar al bienestar de los animales?

La conciencia ecológica no es solo una tendencia, sino una necesidad. Según el Kennel Club Americano (AKC), pequeñas decisiones en el día a día, como la elección de alimentos, la gestión de los desechos o los productos de higiene, pueden marcar la diferencia.

1. Alimentación sostenible: más allá de la carne

La dieta de los perros es uno de los factores que más contribuye a su huella ecológica. La producción de carne, especialmente la roja, genera grandes cantidades de metano y consume recursos hídricos significativos. Sin embargo, existen alternativas para equilibrar las necesidades nutricionales de los perros con la sostenibilidad, como las proteínas alternativas. Algunas marcas apuestan por ingredientes como los insectos, cuya cría requiere menos agua y emite menos gases de efecto invernadero que la ganadería tradicional. Además, esta opción está demostrando ser especialmente útil para perros con alergias alimentarias.

También recomiendan aprovechar los subproductos: los perros no necesitan filetes de wagyu para estar sanos. La casquería, órganos como el hígado o el corazón son ricos en nutrientes y reducen el desperdicio alimentario.

2. Gestión de los residuos

Los excrementos caninos no son solo un problema estético; diversos estudios señalan que contienen bacterias y parásitos que pueden contaminar suelos y aguas subterráneas. Por consiguiente, como titulares, podemos optar por el uso de bolsas compostables, aunque hay que matizar que, si bien son una alternativa al plástico, deben tratarse en plantas industriales específicas, ya que en vertederos convencionales liberan metano.

Es imprescindible no dejar nunca los excrementos en la naturaleza, ya que las heces abandonadas en parques o senderos forestales contribuyen a la proliferación de patógenos.

3. Higiene y salud: productos libres de tóxicos

Champús, pipetas antiparasitarias y otros productos del cuidado dermocosmético pueden contener químicos perjudiciales para el medio ambiente y la salud de los perros. Para minimizar riesgos podemos optar por champús biodegradables, y solicitar a nuestro veterinario de referencia que el tratamiento externo contra pulgas y garrapatas se ajuste a las necesidades reales de la zona geográfica y evitar el uso excesivo de químicos.

4. Juguetes: menos plástico, más creatividad

Los juguetes de plástico de nuestros animales de familia no solo contaminan, sino que pueden liberar sustancias tóxicas como los ftalatos al ser mordisqueados. La buena noticia es que existen múltiples alternativas sostenibles que incluyen materiales naturales como cuerdas de cáñamo, pelotas de caucho natural o mordedores con madera de bambú.

También existe la posibilidad de la reutilización de ropa, como calcetines anudados, o de botellas de agua vacías (sin tapón) para convertirlas en juguetes caseros. Como consumidores, los titulares de mascotas también pueden buscar marcas comprometidas, ya que ante la demanda, cada vez son más las empresas que fabrican juguetes con materiales reciclados o biodegradables.

5. 'Chuches' caseras: saludables y sin envases

Preparar golosinas en casa reduce el uso de plásticos y permite controlar los ingredientes. Recetas sencillas generan bajo impacto ambiental. Para quienes prefieren comprarlas, existen opciones ecológicas en el mercado.

Ser un titular eco-friendly no implica grandes sacrificios, sino decisiones informadas. Desde elegir alimentos de bajo impacto hasta gestionar los residuos de manera responsable, cada acción suma en la protección del medio ambiente.