Cuando Morante se echó la muleta a la mano izquierda en el cuarto toro de la tarde, 'Fiero', que así se llamaba, le pegó cuatro embestidas marcándole el cuerpo, pero no le importó al genio de La Puebla, que aguantó en cada muletazo al Garcigrande tirando la moneda al aire. Asentado, puro y entregado. Hasta cuando se tiró a matar lo hizo con una rectitud de asustar. Morante nos ha enseñado 28 años después de su alternativa que por encima de arte, sevillanía y pellizco, lo que tiene de verdad es valor. Luque cortó una oreja al quinto con su capacidad y técnica. Se la debía de haber cortado mejor al segundo, ya que a este lo mató muy bajo....
Ver Más