Milonga Bar, una cocina abierta al mundo

Milonga tiene un mes de andadura gastronómica propia, pero Aurora Mellado y Antonio Burrueco, sus propietarios, nacidos en Nueva Carteya, llevan más de una década de bagaje profesional labrado en restaurantes de Córdoba. Los dos son cocineros: ella fue jefa de cocina de Regadera durante unos seis años. Luego dirigió la cocina de Puerta Sevilla y fue cocinera en ReComiendo. Por su parte, Antonio Burrueco dirigió el restaurante Pairi Daeza, del Hotel Balcón de Córdoba. Tras muchos años ideándolo y de soñar con el espacio más idóneo «se presentó este local en la calle Eduardo Lucena , 2, le vimos potencial y luego también motivados por el tema de la conciliación con la propia familia y nuestros propios horarios», cuenta ella. Milonga «nace a raíz de la locura que tenemos con la gastronomía, los propios viajes que hacemos y que todo eso queremos plasmarlo en nuestra propia cocina». El recibimiento ha sido bueno porque la propuesta es diferente, se sale de la oferta habitual, y el que va por primera vez repite. Es una carta pensada para ir cambiándose bastante a menudo y adaptarse a la temporada, y muy enfocada a los platos para compartir. De lunes a sábados ofrece desayunos y almuerzos; y amplía también a las cenas de jueves a sábados. El público objetivo es joven hasta 45 años y familias a las que les espera un servicio cercano. Su logotipo es geométrico, deconstruye el típico azulejo andaluz y se basa en que la milonga es un cante de ida y vuelta , un palo del flamenco. «Como nos consideramos un bar abierto al mundo donde cuidamos nuestras raíces hemos querido hacer esa analogía. El rojo se basa en los arcos de la Mezquita, el verde de Andalucía y le hemos dado ese ambiente más fresco y actual, pero mirando esa raíz». En los desayunos el punto de partida es un buen café, arropado con la pastelería vegana, que evita la carne, pero también las alergias a la lactosa y los huevos: las tartas y pasteles veganos, las galletas de diferentes sabores y la fruta fresca (ya sea cortada o en el bol con fruta y granola casera que hacen ellos). A ello añade su oferta de tostadas. Para los almuerzos trabaja la misma carta que en cenas, y aquí las triunfadoras son las patatas bravas porque elaboran una salsa brava casera, y luego lleva una mayonesa de chile chipotle que le da un toque ahumado. La ensaladilla rusa, con ventresca de atún y piparra, está gustando mucho para empezar y a modo de aperitivo para quien va a la hora del vermú. Como plato original cita el ceviche de corvina y el lomo bajo de ternera, que están cosechando una gran acogida. Las albóndigas con curry verde tailandés caseras están hechas de pollo y recuerdan totalmente al sabor de Tailandia. Milonga Bar está potenciando mucho una carta de copeo, tanto en blanco como en tinto, «con vinos de aquí que son de bodegas pequeñas y que son originales». Menciona Aurora Mellado Mirlo, un blanco de la Sierra de Sevilla, de Cazalla, con una uva muy específica; y el Santa Magdalena, un blanco natural, de mesa. «En tinto tenemos también de Cazalla el Zaranda, y Oceánidas, que se cultiva en el Atlántico, en Cádiz, tiene un sabor salino espectacular, y luego se vinifica en Ronda», indica. La disposición del negocio tiene mesas en el interior (tres de ellas junto a la gran ventana), en el exterior y el uso de la barra se fomenta mucho porque han recuperado la barra existente antes, en madera y de los años 60. Parte de la cocina da a la barra y esa conexión de estar viendo cómo se termina el plato «democratiza esa parte del servicio con cocina», explica. El ticket medio de la comida ronda los 25 euros (si es con vino algo más). El desayuno, con la tostada a 1,20 y el café, a 1,50 euros.

May 17, 2025 - 08:24
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Milonga Bar, una cocina abierta al mundo
Milonga tiene un mes de andadura gastronómica propia, pero Aurora Mellado y Antonio Burrueco, sus propietarios, nacidos en Nueva Carteya, llevan más de una década de bagaje profesional labrado en restaurantes de Córdoba. Los dos son cocineros: ella fue jefa de cocina de Regadera durante unos seis años. Luego dirigió la cocina de Puerta Sevilla y fue cocinera en ReComiendo. Por su parte, Antonio Burrueco dirigió el restaurante Pairi Daeza, del Hotel Balcón de Córdoba. Tras muchos años ideándolo y de soñar con el espacio más idóneo «se presentó este local en la calle Eduardo Lucena , 2, le vimos potencial y luego también motivados por el tema de la conciliación con la propia familia y nuestros propios horarios», cuenta ella. Milonga «nace a raíz de la locura que tenemos con la gastronomía, los propios viajes que hacemos y que todo eso queremos plasmarlo en nuestra propia cocina». El recibimiento ha sido bueno porque la propuesta es diferente, se sale de la oferta habitual, y el que va por primera vez repite. Es una carta pensada para ir cambiándose bastante a menudo y adaptarse a la temporada, y muy enfocada a los platos para compartir. De lunes a sábados ofrece desayunos y almuerzos; y amplía también a las cenas de jueves a sábados. El público objetivo es joven hasta 45 años y familias a las que les espera un servicio cercano. Su logotipo es geométrico, deconstruye el típico azulejo andaluz y se basa en que la milonga es un cante de ida y vuelta , un palo del flamenco. «Como nos consideramos un bar abierto al mundo donde cuidamos nuestras raíces hemos querido hacer esa analogía. El rojo se basa en los arcos de la Mezquita, el verde de Andalucía y le hemos dado ese ambiente más fresco y actual, pero mirando esa raíz». En los desayunos el punto de partida es un buen café, arropado con la pastelería vegana, que evita la carne, pero también las alergias a la lactosa y los huevos: las tartas y pasteles veganos, las galletas de diferentes sabores y la fruta fresca (ya sea cortada o en el bol con fruta y granola casera que hacen ellos). A ello añade su oferta de tostadas. Para los almuerzos trabaja la misma carta que en cenas, y aquí las triunfadoras son las patatas bravas porque elaboran una salsa brava casera, y luego lleva una mayonesa de chile chipotle que le da un toque ahumado. La ensaladilla rusa, con ventresca de atún y piparra, está gustando mucho para empezar y a modo de aperitivo para quien va a la hora del vermú. Como plato original cita el ceviche de corvina y el lomo bajo de ternera, que están cosechando una gran acogida. Las albóndigas con curry verde tailandés caseras están hechas de pollo y recuerdan totalmente al sabor de Tailandia. Milonga Bar está potenciando mucho una carta de copeo, tanto en blanco como en tinto, «con vinos de aquí que son de bodegas pequeñas y que son originales». Menciona Aurora Mellado Mirlo, un blanco de la Sierra de Sevilla, de Cazalla, con una uva muy específica; y el Santa Magdalena, un blanco natural, de mesa. «En tinto tenemos también de Cazalla el Zaranda, y Oceánidas, que se cultiva en el Atlántico, en Cádiz, tiene un sabor salino espectacular, y luego se vinifica en Ronda», indica. La disposición del negocio tiene mesas en el interior (tres de ellas junto a la gran ventana), en el exterior y el uso de la barra se fomenta mucho porque han recuperado la barra existente antes, en madera y de los años 60. Parte de la cocina da a la barra y esa conexión de estar viendo cómo se termina el plato «democratiza esa parte del servicio con cocina», explica. El ticket medio de la comida ronda los 25 euros (si es con vino algo más). El desayuno, con la tostada a 1,20 y el café, a 1,50 euros.