Meshell Ndegeocello: de sus trabajos con Rolling Stones y Madonna al manifiesto antirracista de su exquisito último álbum

La cantante, bajista y poeta nacida en Alemania, una de las pioneras del neo soul, habla de su disco, ganador del Grammy, y cuenta cómo serán sus conciertos en Buenos Aires

May 16, 2025 - 23:26
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Meshell Ndegeocello: de sus trabajos con Rolling Stones y Madonna al manifiesto antirracista de su exquisito último álbum

Llueve en Brooklyn y Meshell Ndegeocello viene demorada. “Hablemos en una hora”, dice, para ganar tiempo y superar el atascamiento de tránsito en el que se encuentra. Algo tienen en común Buenos Aires con Nueva York.

A Meshell le gusta vivir donde vive, tanto como salir de gira con su música. Nació en Berlín porque su padre cumplía allí con un destino como militar. Pero fue criada en la ciudad de Washington. Cuando tenía 19 años, las puertas de las grandes ligas de la música comenzaron a abrirse. Y ya como veinteañera, logró trabajar como bajista sesionista en grabaciones de The Rolling Stones, o en giras de Madonna y Alanis Morissette. Pero con el paso de los años comenzó a perfilarse como solista, especialmente para discos que podían redondear conceptos. Tenían puntos de partida pero finales abiertos, para cumplir con una regla no escrita del arte que tienen que ver con la manera cómo se llega a un público.Crecí con demasiada religión y poca razón -dice Meshell Ndegeocello- cuando reflexiona sobre su último álbum, que ganó un Grammy

El martes 20 y miércoles 21 de mayo estará en Buenos Aires. Ya estuvo aquí, hace casi una década. En ese momento agendó una función en un teatro, esta vez serán cuatro en un club de jazz. Allí podrán moverse de otro modo, repasar su carrera en solitario y hacer foco en sus últimas grabaciones.

Justamente por la última, No More Water: The Gospel of James Baldwin, tuvo el honor de haber recibido un Grammy. Cuando se publicó, en el portal Every Thing Jazz, Jumoké Fashola escribió: “Deberían escuchar completo este álbum, con auriculares, para apreciar sus matices, porque el viaje, aunque a veces incómodo, vale la pena”.

Seguramente quien escuche el álbum, con sus canciones, con sus monólogos absolutamente interpelativos, estará de acuerdo con este comentario. “La verdad del dolor y la experiencia de alguien a veces es difícil de digerir -dice Meshell, que logró sortear el tránsito y ya está sentada frente a su computadora-. [El novelista y activista] James Baldwin dice: ‘Es difícil dejar ir la ira, porque te verás obligado a lidiar con la tristeza’. Creo que es difícil vivir en la realidad, especialmente ahora. ¿Cómo están las cosas en tu país?“.

La bajista, compositora y cantante olvida por un rato que se trata de una entrevista y convierte la comunicación en una charla. Quiere saber con qué se encontrará en esta nueva visita a Buenos Aires. Pero desde aquí, queremos saber quién era James Baldwin, el autor a quien ha decido invocar para su más reciente álbum.

“James Baldwin fue un escritor nacido en los años 50. Creció en Harlem durante un renacimiento de la escritura y la superación de la comunidad negra, pero creció cuando no había derechos civiles. Asesinaron a dos de sus amigos. Para mí, Baldwin es mi guía”.

Y si también se puede hablar de él en tiempo presente, a pesar de que murió en 1987, es porque el pensamiento de este novelista, dramaturgo, ensayista, poeta y activista es bellamente reinterpretado en canciones y en declamaciones. “Crecí con demasiada religión y poca razón -dice Meshell-. Y tener a Baldwin en mi vida me ayudó a encontrar un propósito y una razón. Y me ayuda a comprender la historia de mi país. No sé en tu país, pero aquí, en los Estados Unidos, no quieren que los jóvenes conozcan el pasado. Y yo no lo hice. Y Baldwin me ayudó a comprender mucho mejor mi pasado”.

Recién a los 30 llegó a la obra de este autor. “Ahora tengo 56 años. Creo que eso es bueno. Cuando uno es joven se preocupa por ser joven y hermoso. Y cuando te hacés mayor, empezás a cuestionarte tus valores. ¿Cuál es tu fundamento moral? Así que me alegro de haberlo encontrado cuando estaba lista para tomar decisiones sobre cómo vivir mi vida".Meshell Ndegeocello:

De todos modos, había inquietudes muy anteriores que esta artista había demostrado de manera bien concreta. Su nombre real es Michelle Lynn Johnson, pero a los 17 eligió llamarse Ndegeocello, que en suajili -lengua bantú que se habla en el África central- significa “libre como un pájaro”. Meshell asiente y explica: “Sí, creo que en muchas culturas eligen un nombre al que aspirar, y creo que por eso elegí ese nombre. Simplemente aspiro a tener libertad interior, no la libertad de la que todos hablan o la libertad de expresión, solo libertad interior conmigo misma. He conseguido algunas cosas que quería. Y no quiero cosas diferentes de las que quería en aquel momento. Tengo ciertas libertades que realmente aprecio, pero todavía estoy trabajando en mi interior. Todavía estoy tratando de descubrir algunas cosas”.

Enojos del pasado

Alguna vez, Meshell confesó que se enfrentó a su propia historia familiar y a la de sus padres -su madre era empleada doméstica, su padre militar- al pensar que por ser afroamericanos no podrían conseguir ciertas cosas, como ascensos de rango. “De joven, estaba enojada con mis padres. Muy enojada, muy dolida. Pero al leer a Baldwin, vi una vida muy parecida y me ayudó a ver que debo ser humilde y amar a mis padres porque no puedo imaginar por todo lo que pasaron. Hoy las cosas son diferentes. Mis padres crecieron cuando alguien podía golpearlos y echarlos a la calle. Los derechos civiles son tan viejos como yo”. Meshell nació meses después del asesinato de Martin Luther King y de una nueva modificación que ese año se hizo sobre la Enmienda de los Derechos Civiles.

En el disco hay un texto escrito por Josh Johnson y Stacyann y Chin llamado “Raise the Roof”, que apunta directamente al señalamiento del afroamericano y a tantos asesinatos cometidos, la mayoría a manos de la policía. “Este no es el sueño del que habló el Dr. Martin Luther King en Washington D. C.” recitan. Y más adelante se escucha: “Esto debe significar algo más que una nota al pie en el frenesí mediático de nuestro tiempo”.

-¿Después de Luther King, Malcolm X o el presidente Obama, ¿debería ser ahora el turno de las mujeres?

-[El rostro de Meshell muestra falta de certezas al respecto] No puedes legislar. No puedes legislar el amor, la bondad, la razón, solo porque Obama sea presidente. No puedes legislar ni votar por ese tipo de cambio. ¿Qué hay en mi corazón? Realmente tuve que revisarlo en mí misma y me estoy dando cuenta de que tienes que cultivar esto como un árbol, como una fruta. Tienes que alimentarlo, regarlo y mejorarte para poder hablar, leer y aprender sobre música, comida, gente y cultura en lugar de pensar en otras razas que puedes odiar para sentirte mejor contigo mismo. Y luego, el dinero; nadie quiere ser pobre. Estoy lejos de ser pobre y lejos de ser rica. Eso es difícil en esta vida. Aquí, en los Estados Unidos, tratamos a los pobres como si hubieran hecho algo malo y a los ricos como si supieran algo. Pero no tienen sabiduría, solo saben cómo ganar dinero. Y creo que Baldwin lo explica muy bien en The Fire Next Time.

El libro, a través de dos cartas escritas a su sobrino James, analiza las consecuencias de la segregación racial, la hipocresía religiosa y la necesidad de una transformación profunda tanto individual como social. “Sacrificamos la belleza de la vida por iglesias, mezquitas, religiones, banderas, países -continúa Meshell- porque todos tenemos miedo a morir. Nos cuesta encontrarle sentido a esta vida. Intento experimentar la música en vivo como tratar con un niño, como algo que cuidar y aprender. Quiero hablar con el niño y saber lo que siente. Y eso es lo que intento hacer con mi país, con mis amigos, con mi familia. Tengo dos hijos. Y lo que más me gusta de la música es conocer gente y viajar, y que una sola canción pueda unir a tanta gente, y eso es lo que me encanta de la música. Eso es mi alegría y mi pasión. Es lo que realmente me hace feliz. Simplemente tocar.

-¿No se extrañan esos años en los que trabajaste con grandes figuras? Habrá gente que se sorprenda al saber que grabaste con The Rolling Stones y rapeaste con Madonna.

-Sí, conocí a Mick Jagger. Y sí, quería conocer a Keith [Richards], creo que es un genio. Y al principio, no crecí sintiéndome atraída por ellos. Pero me tomó un minuto entrar en los Rolling Stones. Toqué con Madonna. Toqué con Marcus Miller. Esos momentos fueron geniales porque trabajé muy duro para lograrlo y le doy gracias a Dios por esos logros. Pero vivo muy en el presente. Realmente no extraño a la gente. No soy nostálgica ni sentimental, es difícil enamorarse de mi. Mi afición es seguir para adelante. Casi nunca pienso en el pasado. Me gusta leer, ver películas y cocinar para mi familia.

-¿Quiénes llegarán la semana que viene a Buenos Aires?

-Somos un quinteto con Chris Bruce, Abe Rounds, Justin Hicks y Jake Sherman. Tomo música de discos anteriores, algo de The Omnichord Real Book y mucho de Baldwin. El concierto tiene, también algunos aspectos de improvisación. Quiero que la gente venga con la mente y el oído abiertos.

-¿Es fácil encontrar público así?

-Solo intento transmitirles mi buena energía porque estamos teniendo un intercambio. El público es tan importante como la banda y solo intento conectar con ellos y espero que se sientan bien a través de la música. Y que las ondas sonoras les lleguen de buena manera.

Para agendar

Meshell Ndegeocello en Buenos Aires. Funciones: martes 20 y miércoles 21 de mayo, ambas fechas a las 20 y 22.30. Sala: Bebop Club (Uriarte 1658).