Los trabajadores salen a la calle por el 1 de mayo: "Con el apagón te das cuenta de que pasamos demasiado tiempo en el trabajo"

La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales es la principal demanda de los asistentes a la marcha.

May 1, 2025 - 15:37
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Los trabajadores salen a la calle por el 1 de mayo: "Con el apagón te das cuenta de que pasamos demasiado tiempo en el trabajo"

Araceli, de 75 años, no se ha perdido ni una sola manifestación del Primero de Mayo en seis décadas. "Es mi obligación como mujer trabajadora y con conciencia de clase", asegura a 20minutos con firmeza, rodeada por una marea de banderas de UGT y CCOO en una Gran Vía teñida de rojo. Aunque la manifestación en Madrid por el Día del Trabajador arrancaba este jueves con problemas para cortar el tráfico en la principal arteria de la capital, cientos de personas ya se habían congregado en el punto de arranque de la marcha a falta de una hora de que diera comienzo. "Este año hay muchas cosas que reivindicar", añade Araceli. "Pero, principalmente, la reducción de la jornada laboral y el acceso a una vivienda para la gente joven".

A las 12.00 horas arrancaba la manifestación, encabezada por los líderes sindicales Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO), aunque con un ambiente más tranquilo de lo esperado. Pese a que los convocantes estiman la asistencia en unas 20.000 personas, solamente rompían el murmullo general el ritmo de la batucada, alguna que otra consigna lanzada por los asistentes y la música de las furgonetas que flanqueaban la cabecera. Patricia caminaba unos metros más atrás de la mano de su hijo Javi, de nueve años. "Con el apagón del lunes te das cuenta de que pasamos demasiado tiempo centrados en el trabajo, tanto física como psicológicamente", señala la mujer, subrayando cómo el corte de la electricidad permitió a muchas personas desconectar del mundo laboral. "Nos merecemos también tener nuestro tiempo para vivir, para estar con los nuestros, disfrutar y relajarnos. Tiempo de vida", añade.

Bajo el lema "Proteger lo conquistado, ganar futuro", la marcha de este año ha puesto el foco tanto en la defensa de los derechos ya consolidados como en la necesidad de avanzar en nuevas conquistas laborales, desde la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales hasta el acceso a la vivienda o la mejora de los salarios. Pero también ha tenido una mirada internacional, con los sindicatos advirtiendo del auge de la extrema derecha en Europa y del riesgo de que sus políticas socaven el Estado del bienestar, además de poner a la administración de Donald Trump como ejemplo de ese retroceso.

Kyle, abogado sindical de 29 años, ha venido justamente desde el país norteamericano para sumarse a la manifestación madrileña. "En mi país el movimiento obrero está viviendo momentos difíciles ahora mismo. Venir a Madrid y ver la tradición sindical tan viva me inspira mucho. Siento que tengo que aprender de este tipo de movilización para fortalecer nuestra lucha allá", cuenta. A su lado, Alejandra, activista del movimiento sindical argentino, coincide: "Estamos viendo cómo en todo el mundo se recortan derechos. Lo que pasa en Estados Unidos afecta en distintos niveles en todo el mundo. Por eso tenemos que pelear juntos por un modelo de vida que sea digno para todos".

Unos metros más atrás marchaban Tania (42) y Sherezade (35), trabajadoras del comercio textil. "Estamos aquí para reivindicar nuestros derechos, todo lo que se ha conseguido, y para seguir luchando, porque esto no ha terminado", explican. Aunque no han podido acudir a la manifestación "todas las veces que les habría gustado" por motivos laborales, insisten en que cada 1 de mayo debería ser una cita ineludible. "Somos los trabajadores los que sostenemos el sistema, a la vista está", sentencian ambas.

"Todavía queda mucho por hacer"

A la altura del Edificio de Telefónica, Sara, comercial, y su marido Rafael, delegado sindical en una petrolera, marchan junto a sus tres hijos adolescentes, Marcos (17), Rafa (15) y Samuel (13). "Venimos cada año todos juntos porque queda mucho por hacer todavía", resumía Sara. "Este año la prioridad también está en que los salarios sigan subiendo y en que la mujer se siga consolidando en los puestos de liderazgo. A nosotras todavía nos queda mucho por luchar", añade. Marcos coincide con su madre: "Mi generación ya ha nacido con muchos derechos ganados, así que ahora nos toca mantenerlos y no retroceder". Samuel, el más pequeño, reconoce que aún no tiene claro a qué quiere dedicarse, pero sí por qué estaba allí: "Por el futuro y por los derechos de todos".

Rafael, el padre, recordaba el origen del Primero de Mayo como jornada de lucha internacional. "Es un día de celebración, pero también de memoria. Celebramos los avances, sí, pero sin olvidar que esto empezó por los trabajadores asesinados en Estados Unidos en 1886, los mártires de Chicago. Y hoy otra principal reivindicación también debe ser la seguridad laboral. Cada año mueren cientos de personas en su puesto de trabajo. Es intolerable", subraya el hombre.

Laura y Nuria, trabajadoras de mantenimiento de áreas infantiles en la capital, también se sumaron a la marcha. Para Laura, era su tercer Primero de Mayo. "Lo veo un poco más vacío que otros años, puede que el apagón haya influido", reflexionaba. Ambas insistían en su demanda concreta: que la reducción de jornada no se quede en promesas. "Nosotras trabajamos 40 horas mientras hay compañeros del sector que hacen 35. Queremos equiparación y conciliación", reclamaban. Ahora mismo, asegura, están en plena negociación de su convenio y piden condiciones similares a otros servicios públicos. "Pedimos visibilidad, que se conozca nuestra situación. Y que Europa no sea solo un modelo cuando conviene".

Con la marcha ya a punto de llegar a su destino en la Plaza de España, Javier, delegado sindical de CCOO, lleva en mente la subida del salario mínimo. "Es totalmente necesario luchar por ello, dadas las circunstancias económicas que atraviesa Europa", manifiesta. No es su primer Primero de Mayo saliendo a la calle, y destaca que, aunque el apagón de este lunes podría haber afectado al ánimo de algunos y el cielo de este jueves auguraba más lluvia que sol, ha visto "la misma cantidad de gente" que otros años. "A pesar de todo, la lucha no se detiene", asevera.