Los científicos no se lo creen: resucitan un ser vivo que llevaba 46.000 años congelado

En ocasiones, la ciencia nos deja con la boca abierta al revelar hallazgos que parecen más propios de una película de ciencia ficción que de la realidad. El planeta Tierra aún guarda secretos asombrosos, y uno de esos descubrimientos ha salido a la luz recientemente en uno de los entornos más extremos del planeta: el … Continuar leyendo "Los científicos no se lo creen: resucitan un ser vivo que llevaba 46.000 años congelado"

May 18, 2025 - 11:56
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Los científicos no se lo creen: resucitan un ser vivo que llevaba 46.000 años congelado

En ocasiones, la ciencia nos deja con la boca abierta al revelar hallazgos que parecen más propios de una película de ciencia ficción que de la realidad. El planeta Tierra aún guarda secretos asombrosos, y uno de esos descubrimientos ha salido a la luz recientemente en uno de los entornos más extremos del planeta: el permafrost siberiano. Allí, bajo metros y metros de tierra congelada, un diminuto ser vivo ha demostrado que la vida puede ser más resistente y sorprendente de lo que nunca habíamos imaginado.

Un grupo de investigadores alemanes ha logrado revivir un pequeño gusano que permaneció en un estado de letargo durante aproximadamente 46.000 años. Este nematodo no sólo sobrevivió a condiciones extremas durante decenas de milenios, sino que, al volver a la vida, ha empezado a reproducirse. Un caso asombroso que plantea preguntas fascinantes sobre la biología de estos organismos y que podría abrir una puerta inesperada a nuevas formas de entender la genética, la evolución y la resistencia de la vida.

El ser vivo que llevaba 46.000 años congelado y volvió a la vida

Cuando se habla de Siberia, la primera imagen que suele venir a la mente es la de un paisaje inmenso, helado, remoto y casi inhabitado. Pero esta región del mundo esconde mucho más que hielo y silencio. Allí se encuentra, por ejemplo, el cráter de Batagaika, conocido popularmente como la «Puerta al Inframundo».

Éste enorme agujero natural, que supera el kilómetro de longitud y los 100 metros de profundidad, produce sonidos tan extraños que han alimentado mitos y leyendas entre las poblaciones locales. Sin embargo, más allá de su atmósfera inquietante, Siberia también es un inmenso archivo natural de la historia del planeta.

Uno de los elementos clave en esta región es el permafrost, una capa de suelo que permanece congelada de manera permanente, a menudo durante miles o incluso millones de años. En su interior, se han encontrado restos fósiles de animales prehistóricos como mamuts, rinocerontes lanudos o bisontes.

Pero lo que ha dejado perplejos a los científicos no ha sido un gran mamífero extinto, sino algo mucho más pequeño, pero igual de fascinante: un gusano microscópico que ha demostrado ser capaz de volver a la vida tras casi 50.000 años de «sueño» congelado.

Un gusano que desafía todas las expectativas

Un equipo de biólogos del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia, en Alemania, en colaboración con investigadores rusos, analizaron muestras extraídas del permafrost siberiano y encontraron un diminuto nematodo que había permanecido congelado durante aproximadamente 46.000 años. Lo más sorprendente no fue encontrar al organismo, sino lograr devolverle la vida una vez descongelado.

Éste pequeño ser vivo, que pertenece a un grupo de gusanos microscópicos conocidos como nematodos, entró en un estado conocido como criptobiosis, un mecanismo de supervivencia extrema mediante el cual los organismos pueden suspender toda actividad metabólica. Durante este estado, el gusano no come, no respira y su cuerpo apenas muestra signos de vida. Es, en efecto, una especie de animación suspendida que le permite resistir temperaturas extremas, deshidratación total e incluso la ausencia completa de oxígeno.

Tras revivir al gusano, los científicos comenzaron una investigación exhaustiva para determinar a qué especie pertenecía. Gracias a modernas técnicas de secuenciación genética, pudieron concluir que se trataba de una especie completamente nueva para la ciencia. Fue bautizada como Panagrolaimus kolymaensis, en honor a la región de Kolyma, donde se extrajo la muestra de permafrost.

El análisis genético reveló que esta especie tiene muchas similitudes con otros nematodos contemporáneos, pero también presenta características únicas que podrían explicar su increíble capacidad de resistencia. En condiciones normales, los nematodos suelen vivir apenas unas pocas semanas, sin embargo, este espécimen en particular logró extender su existencia durante más de 46.000 años gracias a la criptobiosis.

Tal como señaló el doctor Philipp Schiffer, director del estudio, el hallazgo resulta revolucionario: «Es asombroso pensar que la vida puede pausarse durante decenas de miles de años y luego simplemente reanudarse, como si nada hubiera pasado».

Este ser vivo fue hallado a más de 40 metros de profundidad, en el interior de una antigua madriguera que probablemente pertenecía a ardillas árticas. El sedimento que lo rodeaba fue datado mediante la técnica del radiocarbono, confirmando que tenía aproximadamente 46.000 años de antigüedad.

Una vez llevado al laboratorio y expuesto a condiciones ambientales más cálidas, el gusano despertó de su letargo y, sorprendentemente, comenzó a reproducirse. Los nematodos de esta especie se reproducen de forma asexual, mediante un proceso llamado partenogénesis. Esto significa que no requieren de machos para reproducirse, lo cual facilitó su proliferación en el laboratorio. Si bien el ejemplar original ya ha fallecido, su descendencia sigue siendo estudiada en profundidad para descubrir más sobre su biología única.

El hallazgo de este ser vivo puede tener grandes implicaciones para la genética, la medicina y la biotecnología. La criptobiosis es un fenómeno que podría revolucionar campos como la conservación de órganos para trasplantes, la criopreservación de células o incluso los viajes espaciales de larga duración.