A casi 100 días de su segundo mandato, dos de las grandes apuestas personales de Donald Trump para sacudir a la clase dominante desde dentro de su gabinete han acabado en retirada o al borde del colapso. Lo que el presidente presentó como una fórmula disruptiva para romper inercias y dinamitar burocracias se ha transformado en una fuente sostenida de crisis, tensión interna y desgaste institucional. El milmillonario Elon Musk , a quien Trump otorgó acceso sin precedentes a la Casa Blanca como arquitecto de su reforma administrativa, ha anunciado su salida parcial tras el hundimiento bursátil de Tesla y el boicot global contra la marca. En paralelo, Pete Hegseth, ex presentador de Fox News reconvertido en secretario de Defensa,...
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