La Virgen de la Estrella, refugio en medio del peligro en la Maestranza
Un instante de tensión se vivió en la Real Maestranza de Caballería durante la corrida celebrada el pasado 8 de mayo, cuando uno de los banderilleros del diestro Sebastián Castella estuvo a punto de ser alcanzado por el toro en el momento de colocar las banderillas. El animal se revolvió con fuerza y acortó distancias, generando unos segundos de incertidumbre y peligro real. La escena, captada por Joaquín Corchero , es digna de un premio tras haber captado a la perfección este momento al detalle, dejando una imagen impactante y cargada de simbolismo: en el fondo, una estampa de la Virgen de la Estrella , estaba en el interior del chaleco del banderillero. El propio autor de la fotografía, Joaquín Corchero, ha declarado que «la Virgen de la Estrella lo protegió de la cornada», una interpretación que ha calado entre quienes ven en esta imagen algo más que una simple coincidencia y que ha tenido una gran repercusión en redes sociales. En una plaza donde se cruzan la emoción del arte y el filo del peligro, la presencia de la Virgen trianera adquiere un matiz profundamente simbólico, casi milagroso. Este suceso no hace sino poner de manifiesto, una vez más, el estrecho vínculo entre la tauromaquia y el mundo cofrade , dos realidades profundamente arraigadas en la tradición andaluza. Desde tiempos remotos, toreros de distintas épocas han sido hermanos activos de cofradías, muchos de ellos participando en cultos, procesiones y hasta en juntas de gobierno. No son pocos los que han donado trajes de luces, capotes o fajines como ofrenda votiva, en señal de agradecimiento por algún favor recibido o por haber salido indemnes de una cornada.
Un instante de tensión se vivió en la Real Maestranza de Caballería durante la corrida celebrada el pasado 8 de mayo, cuando uno de los banderilleros del diestro Sebastián Castella estuvo a punto de ser alcanzado por el toro en el momento de colocar las banderillas. El animal se revolvió con fuerza y acortó distancias, generando unos segundos de incertidumbre y peligro real. La escena, captada por Joaquín Corchero , es digna de un premio tras haber captado a la perfección este momento al detalle, dejando una imagen impactante y cargada de simbolismo: en el fondo, una estampa de la Virgen de la Estrella , estaba en el interior del chaleco del banderillero. El propio autor de la fotografía, Joaquín Corchero, ha declarado que «la Virgen de la Estrella lo protegió de la cornada», una interpretación que ha calado entre quienes ven en esta imagen algo más que una simple coincidencia y que ha tenido una gran repercusión en redes sociales. En una plaza donde se cruzan la emoción del arte y el filo del peligro, la presencia de la Virgen trianera adquiere un matiz profundamente simbólico, casi milagroso. Este suceso no hace sino poner de manifiesto, una vez más, el estrecho vínculo entre la tauromaquia y el mundo cofrade , dos realidades profundamente arraigadas en la tradición andaluza. Desde tiempos remotos, toreros de distintas épocas han sido hermanos activos de cofradías, muchos de ellos participando en cultos, procesiones y hasta en juntas de gobierno. No son pocos los que han donado trajes de luces, capotes o fajines como ofrenda votiva, en señal de agradecimiento por algún favor recibido o por haber salido indemnes de una cornada.
Publicaciones Relacionadas