La Justicia se harta de los retrasos de Ryanair y anuncia una sanción sin precedentes

No es ningún secreto que Ryanair basa su operativa en optimizar al máximo todos los recursos que tiene disponibles para rentabilizar cada viaje. Y eso, en ocasiones, puede provocar que el pasajero tenga que asumir algunos retrasos que pueden comprometer su viaje o, incluso, perder las siguientes conexiones. La Justicia ha decidido poner un punto y final a esta práctica.

Ryanair es una de las aerolíneas que mayor presencia en los aeropuertos nacionales y europeos. La siempre controvertida compañía lleva años trabajando para optimizar al máximo su operativa y, de este mundo, obtener el máximo beneficio posible de cada billete vendido.

En ocasiones, para alcanzar esta rentabilidad, es necesario asumir algunos riesgos que, en caso de sufrir algún imprevisto, provocan una reacción en cadena que puede llegar a tener consecuencias catastróficas para los viajeros como, por ejemplo, perder el resto de enlaces o alguna noche que tuviéramos reservada en el destino.

La Justicia ha decidido tomar cartas en el asunto, después de que una pasajera denunciase un retraso superior a las tres horas. La razón es que no existían causas de fuerza mayor, como alegaba la aerolínea, sino que la optimización operativa que plantea Ryanair es inasumible en cuanto surge cualquier imprevisto.

La disponibilidad de los aviones de Ryanair, la clave

En primera instancia, Ryanair negaba el derecho a indemnizar por tal retraso. La razón que argumentaba es que dicha demora se había producido por una razón que era imposible de prever. Sin embargo, tras acudir a la Justicia, el Juzgado de Primera Instancia número 10 de Zaragoza ha estimado que no es así.

La razón es que Ryanair podría haber evitado el retraso si la compañía si hubiera tomado las medidas oportunas para tener algo de flexibilidad en el caso de que les falle cualquier avión en ruta. La operadora aérea ajusta tanto los tiempos entre vuelos que cuando uno de sus aviones sufre un retraso, lo acumula en los siguientes vuelos y esto se traduce en una demora de varias horas en los últimos vuelos del día.

Si bien es cierto que no siempre es posible tener un avión de reserva en cada aeropuerto, la compañía sí que puede espaciar más el tiempo entre vuelos para saber responder en el caso de que alguna de sus previsiones falle durante su jornada. Algo que actualmente no ocurre.

Máxima sensación de acuerdo a la normativa

La sanción recibida por parte de la denunciante no es histórica por la cantidad, sino por el hecho de que sea la Justicia la que haya tenido que intervenir al negar Ryanair los derechos que todos los pasajeros tienen en caso de retraso, según el marco legal pertinente.

La Justicia ha definido una multa de 250€, que es la compensación máxima que un pasajero puede reclamar por un vuelo con retraso de más de tres horas, si la distancia del vuelo es de 1.500 kilómetros o menos. En el caso al que estamos haciendo referencia, al trayecto apenas llegaba a los 400 kilómetros, al ser entre Zaragoza y Palma, por lo que se aplicó lo estipulado en el Reglamento nº 261/2004 de la Unión Europea.

La sentencia es una muestra más de que no siempre se respetan los derechos de los viajeros cuando sufren este tipo de situaciones y la vía judicial es, en muchos casos, la única disponible para que se respeten nuestros derechos.

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