Junts da portazo a Díaz e insiste en que tumbará la reducción de la jornada: "No somos unos vagos"
El proyecto de ley del Gobierno para reducir la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales acaba de empezar a tramitarse en el Congreso, pero en su horizonte...

El proyecto de ley del Gobierno para reducir la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales acaba de empezar a tramitarse en el Congreso, pero en su horizonte acechan unos nubarrones cada vez más negros y la posibilidad de que la norma sea derribada a las primeras de cambio es cada vez más real. Durante toda esta semana, Junts ha avisado públicamente que no comparte la medida en absoluto y, el pasado lunes, registró una iniciativa parlamentaria para tumbarla. Pero este miércoles, ante el optimismo que ha seguido expresando públicamente el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, los independentistas catalanes elevaron el tono de su rechazo y aseguraron que, si de ellos depende, la norma caerá porque Cataluña no es "un pueblo de subvenciones" ni de "vagos".
Con ese tono y esas formas inusualmente duras se expresó este miércoles en la tribuna del Congreso la portavoz parlamentaria de Junts, Míriam Nogueras, durante su intervención en un debate que, a priori, nada tenía que ver con la reducción de la jornada: el convocado para escuchar las explicaciones del presidente Pedro Sánchez sobre el apagón de la semana pasada y sobre el plan de rearme. Nogueras, en lo relativo a esos asuntos, se mostró muy crítica con el Gobierno. Pero, además de referirse a la política de defensa y al fallo eléctrico, sacó a propósito el asunto de la reducción de jornada y dejó muy claro que esa medida "nunca va a ver la luz si depende de Junts".
La portavoz del partido de Carles Puigdemont, muy próximo al empresariado catalán y muy presionado en este asunto por la patronal de las pymes de Cataluña, enmarcó la reducción de la jornada laboral en el grupo de las políticas que, a su juicio, "se están cargando Cataluña y la clase media catalana". "Pero eso a ustedes les importa un rábano mientras tengan su titular", espetó Nogueras, que sostuvo que el Gobierno ha "tenido la mala suerte de toparse con Junts, que lo tenemos muy claro: ni la derecha española, ni la izquierda española, Cataluña".
La declaración de intenciones no se quedó ahí. La portavoz criticó que Sánchez hubiera asegurado durante el debate que, para mitigar el impacto de las políticas arancelarias de EEUU, es importante "generar valor añadido para las pequeñas y medianas empresas", ya que eso es "justo lo contrario de lo que acaba aprobando con sus socios" —los de Sumar— "en el Consejo de Ministros". Y se refirió directamente al proyecto de ley "mal llamado de reducción de la jornada laboral" para denunciar que se ha diseñado "sin contar con la opinión de los catalanes" y solo prestando atención a "la opinión de los sindicatos españoles, unos sindicatos liderados por personas afines a sus partidos". En Cataluña, los sindicatos mayoritarios son, como en el resto de España, CCOO y UGT.
Para argumentar su rechazo a que la jornada laboral máxima pase de ocho horas diarias a siete y media, Nogueras tiró de identitarismo y aseguró que "los catalanes somos unos currantes, nos han enseñado generación tras generación lo que es la cultura del esfuerzo". "Nos han enseñado a currar, a pensar, a crear, incluso nos han enseñado a mover montañas. A ganarnos la vida. A defender nuestra nación, nuestra lengua, nuestra cultura, nuestras empresas, nuestras pymes, nuestros trabajadores. Nos han enseñado a defendernos", espetó.
Frente a esas virtudes, la portavoz de Junts aseguró que a los catalanes no se les ha enseñado "a ser unos vagos, a ir por ahí mendigando". "No somos un pueblo de subvenciones: Cataluña es un pueblo que tiene iniciativa", insistió Nogueras, que lanzó a Sánchez —Díaz se ausentó del pleno por un viaje a Roma— que "lo que la gente necesita es no sufrir para llegar a fin de mes, no tener una fucking habitación, que es lo que ustedes defienden". "Queremos ofrecer un futuro digno a nuestros hijos, y defendemos un modelo muy diferente al que defienden ustedes", zanjó.
Optimismo en Sumar, pesimismo en el PSOE
El portazo de Junts a la reducción de la jornada supone un importante varapalo para Díaz, que ve peligrar seriamente la puesta en marcha de la medida estrella de Sumar para esta legislatura. Pese a la contundencia con la que los de Puigdemont han defendido su negativa, no obstante, Trabajo asegura que lleva meses hablando con Junts, que la negociación es larga y que queda mucho tiempo para convencer a los independentistas, que a juicio del equipo de Díaz están únicamente buscando una posición fuerte de cara a la tramitación de la norma.
Trabajo cree que, además, que hay margen para conversar sobre medidas que faciliten que las pequeñas y medianas empresas adopten la reducción de jornada sin que les suponga un grave perjuicio para sus cuentas. Por el momento, no obstante, no ha apostado por negociar esos matices: los de Puigdemont han presentado una enmienda a la totalidad de devolución, una figura que, si sale adelante cuando se vote en el Congreso, supondrá no que empiece a tramitarse un texto diferente al diseñado por el Gobierno, sino tumbar definitivamente el intento de reducir la jornada laboral.
El optimismo de Sumar no es compartido en absoluto por el PSOE, que contempla la tramitación del proyecto de ley de reducción de jornada con bastantes menos esperanzas que los de Díaz. El martes, fuentes parlamentarias socialistas ya aseguraban que la negociación con Junts "está muy difícil". Y, este miércoles, un ministro del PSOE coincidía y admitía que hay serias posibilidades de que los independentistas catalanes terminen derribando la norma.