Algo le sentó mal a
Javier Tebas para que el presidente de LaLiga aproveche cualquier ocasión para señalar algunas rarezas de la gestión de
Joan Laporta al frente del
Barça. Que, después, el periodismo no aproveche las asistencias de gol que les da
Javier Tebas ya es harina de otro costal. Él fue quién contó, bien a las claras, que el
Barça en tiempos de
Bartomeu siempre cumplió con los límites del 'Fair Play', aunque siempre rozando el larguero. “Cuando llega
Laporta a Presidente declara unas pérdidas de 500 millones de euros. Por echarle más el muerto a
Bartomeu, le pusieron 160 millones en provisiones”. Sobre esta idea ha insistido cada vez que ha tenido ocasión. Pero donde ha levantado la liebre informativa fue con la gestión culé de la no inscripción de
Olmo y
Víctor dentro del plazo del 31 de diciembre de 2024. Si hoy sabemos el nombre de las dos empresas del Medio Oriente que permitieron la jugada de los 475 asientos VIP es gracias a
Tebas. Si hoy sabemos que LaLiga levantó la ceja por el nombre de
Ruslan Birladeanu, el cromo que sale tanto en la rocambolesca operación de los asientos VIP como en el negocio de la futura conectividad 5G del Camp Nou, es gracias a las insinuaciones de
Tebas en sus apariciones públicas. Y, la última, si hoy el barcelonismo se pone las manos en la cabeza al saber que
Florentino Pérez intercedió ante el CSD para que le concedieran la cautelar a
Olmo, y que pudiera seguir jugando con el
Barça, es también gracias al presidente de la patronal. ¿Tan dolido está
Tebas porque en casa de
Laporta brindaron con champán por el acuerdo con CVC y luego el
Barça hizo marcha atrás? Si su venganza es ir tirando chinitas informativas para que la prensa recoja el guante,
Tebas se debe sentir bastante frustrado.
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