¿Ha llegado el momento de ignorar a los '7 Magníficos'? Esta es la opinión de Schroders

"Estados Unidos no es el mundo", solía decir el experto e inversor John Templeton. Hoy, esa frase resuena como una advertencia serena en medio del clamor de Wall Street.

Abr 30, 2025 - 18:58
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¿Ha llegado el momento de ignorar a los '7 Magníficos'? Esta es la opinión de Schroders

Así, mientras los reflectores iluminan a los '7 Magníficos', un coro silencioso de oportunidades crece en las sombras. ¿Ha llegado el momento de ajustar el zoom y cambiar de escenario?

LOS '7 MAGNÍFICOS': EL TEATRO PRINCIPAL DE UN MERCADO EN FOCO

Durante años, el protagonismo absoluto del mercado de renta variable global lo han acaparado siete empresas estadounidenses que, como supernovas bursátiles, dominan el firmamento del S&P 500. Su éxito ha sido innegable: juntas representan cerca de un tercio del índice. Pero, como en toda gran epopeya, el poder concentrado comienza a generar vértigo.

“La obsesión con los 7 Magníficos nos ha dejado miopes ante el resto del mercado”, apuntan los analistas de Schroders. “Es como mirar solo la fachada de un edificio y olvidar que hay cientos de habitaciones detrás con vida propia”.

Y, efectivamente, la historia bursátil reciente demuestra que hay vida más allá del glamur de Silicon Valley: cada año, dos tercios de las 50 empresas más rentables del mundo no provienen de EEUU. Esta dispersión del talento corporativo internacional debería hacernos replantear nuestras lealtades geográficas.

LA CONVERGENCIA DEL CRECIMIENTO

Tras años de crecimiento exponencial, incluso los '7 Magníficos' empiezan a mostrar señales de fatiga. Las expectativas de beneficios, antaño imparables, ahora enfrentan límites estructurales. ¿El resultado? Una mirada renovada hacia Europa, Asia y otros mercados que han sido subestimados.

“La rentabilidad empieza a democratizarse”, reflexionan estos estrategas. “Durante años se pensó que el crecimiento era propiedad exclusiva de EEUU, pero ahora vemos cómo otros mercados comienzan a despertar de su letargo”.

Los datos de Schroders muestran una progresiva convergencia en el crecimiento del beneficio por acción (BPA) entre EEUU y otras regiones. Las valoraciones más contenidas en Europa, por ejemplo, pueden actuar como palanca para un rebote sostenido en los próximos años. Esta tendencia sugiere que la expansión del mercado no será liderada solo por gigantes tecnológicos, sino también por actores menos visibles que operan desde otras coordenadas.

LA CONCENTRACIÓN NO ES UN MAL EXCLUSIVO DE WALL STREET

Aunque la narrativa dominante señala a Estados Unidos como el epicentro del riesgo de concentración, la realidad es más matizada. La concentración no es un fenómeno exclusivo: también ocurre en otras partes del mundo, aunque con diferentes protagonistas y matices.

“El problema no es la concentración en sí, sino nuestra reacción ante ella”, argumentan desde la entidad. “Si al huir del sesgo estadounidense caemos en otro sesgo regional, solo habremos cambiado de cárcel”.

Lo crucial no es abandonar EEUU, sino integrarlo inteligentemente dentro de una cartera verdaderamente global. En lugar de eliminar el peso americano, se trata de diluirlo con activos que tengan fundamentos sólidos pero estén fuera del radar mediático. Porque, fuera del círculo de gigantes, muchas empresas cotizan con descuentos históricos frente a sus valoraciones pasadas.

LAS BOLSAS OLVIDADAS Y EL EFECTO BABEL DE LA GLOBALIZACIÓN

En medio del ruido mediático que rodea a Wall Street, muchas bolsas —desde Estocolmo hasta Seúl— han sido injustamente relegadas. Pero ese olvido puede convertirse en virtud. En palabras de estos analistas: “Las mejores oportunidades suelen nacer del desprecio. Y hoy hay empresas olvidadas que cotizan como si estuvieran rotas, cuando en realidad están sanas y listas para correr”.

Las valoraciones más bajas, unidas al retorno de la volatilidad en mercados superpoblados como el estadounidense, están creando un nuevo mapa de oportunidades. Lo que hace unos años era refugio, hoy es vulnerabilidad; lo que antes era trinchera, hoy puede ser catapulta.

EL RIESGO DEL EXCEPCIONALISMO Y EL 'AMERICA FIRST' ECONÓMICO

El último ingrediente de esta mezcla compleja es geopolítico: la narrativa del 'America First'. Más allá de su componente ideológico, sus consecuencias económicas podrían ser disruptivas si se materializan en políticas agresivas, como guerras comerciales o aranceles selectivos.

“El mercado todavía cree que todo es retórica”, señalan desde la firma con cautela. “Pero la historia nos enseña que las guerras económicas nunca terminan bien, ni siquiera para el que las empieza”.

Aun así, no todo está escrito con tinta negra. Un enfoque más negociador, aunque envuelto en teatralidad, podría incluso corregir algunos desequilibrios acumulados por décadas de globalización desequilibrada. Pero el riesgo está ahí, latente, como una tormenta que no se sabe si traerá lluvia o relámpagos.

¿CUÁL ES EL PESO ADECUADO DE EEUU EN LAS CARTERAS?

Entonces, ¿cómo decidir el peso correcto de Estados Unidos en una cartera global? La respuesta no está en fórmulas mágicas ni en algoritmos infalibles, sino en una reevaluación honesta de dónde se está generando valor real hoy… y dónde podría generarse mañana.

No se trata de quitar a EEUU del radar, sino de reequilibrar. La hegemonía estadounidense en los mercados ha sido merecida, pero no es eterna. Como toda superpotencia bursátil, también tiene ciclos, límites y vicios.

“La diversificación no es solo una estrategia financiera, es una filosofía de inversión”, resumen los mencionados economistas. “En un mundo tan incierto, confiar en un solo motor puede hacer que el avión pierda altitud cuando más necesitemos volar alto”.

INVERTIR NO ES ELEGIR AL MÁS FUERTE

En un mundo donde la renta variable parece cada vez más una partida de ajedrez global, Estados Unidos sigue siendo la reina del tablero. Pero incluso las reinas pueden ser acorraladas si se juega con inteligencia.

El verdadero reto del inversor hoy no es rendirse al magnetismo del S&P 500, sino orquestar una sinfonía de mercados que, tocando en armonía, puedan ofrecer algo aún más valioso que rentabilidad: resiliencia. Porque invertir no es elegir al más fuerte, sino construir el equilibrio más sabio.