Ferran Adrià revela quién era la única persona que podía acudir a El Bulli sin contar con reserva
El restaurante, ubicado en Roses, estuvo abierto desde 1962 hasta 2011.

Tener un restaurante nunca es tarea fácil. A la cantidad de horas trabajadas, que son muchas, siempre se le suma el cuidado por los detalles y el esfuerzo porque todo salga adelante como es debido. A ello, además, se le tiene que añadir un componente de suerte. Y todo ello triunfó por ejemplo en el restaurante El Bulli, con el que Ferran Adriá estuvo al frente y consiguió convertirlo en un restaurante de vanguardia y en todo un referente.
Su éxito, de hecho, hizo que conseguir una mesa para poder acudir y probar alguno de sus platos fuera casi una tarea imposible. Así, reservar con tiempo resultaba imprescindible. Pese a ello, únicamente había una persona que podía acudir siempre que quisiera y que lo hacía sin reserva, un privilegio que correspondía al futbolista Johan Cruyff.
Fue el propio chef quien lo reveló en una entrevista que hizo para ABC: "El único que siempre tenía mesa, seguro, era Cruyff", comentaba Adriá, que confesó este hecho ya una vez que el restaurante cerró sus puertas en 2011.
"Le admiraba mucho. Es el Steve Jobs del fútbol. El único que ha sido grande jugando y entrenando. Y cambió el fútbol", comentaba el cocinero español. "Si no reservabas con tiempo, ya te podías llamar como te llamaras. Había una demanda de 2 millones de personas", explicó también Adrià sobre su restaurante.
Como declaraba asimismo a la hora de hablar de su restaurante, El Bulli "no era un restaurante de famosos" puesto que los famosos "no reservan con un año de antelación". Pese a ello, el jugador de fútbol fue el único en el mundo que no tenía que acatar esa norma.
Cruyff fue considerado uno de los futbolistas más importantes de sus generación y llegó a contar con gran prestigio mundial a la altura de Pelé. De hecho se les consideraba a los dos como los dos mejores jugadores del mundo.
Además, su carrera futbolística estuvo ligada durante gran tiempo al F. C. Barcelona, equipo del que Adrià es un gran aficionado. Tal es su apoyo que el cocinero llegó a rechazar la oferta de abrir un restaurante en el Santiago Bernabéu: "Siendo culé, no me resultaba fácil".