Experiencia “eBus”: así fue el debut de los nuevos colectivos eléctricos en la ciudad
Desde este mediodía, comenzaron a circular con un recorrido que une Plaza San Martín con Parque Lezama
Aunque el servicio de buses eléctricos en la ciudad empezó a funcionar este miércoles a las 5, en la Plaza San Martín, en Retiro, de donde parte la formación con destino a Parque Lezama, la parada pasaba inadvertida por momentos durante el mediodía. No es un lugar concurrido, como sí lo son las calles de Monserrat y del microcentro, por donde también circulan los coches, y salvo algún que otro vecino que caminaba por ahí, pocos se acercaron con la explícita intención de subirse a uno de estos vehículos.
El día fue, sobre todo, inaugural: el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Infraestructura, Pablo Bereciartua, se presentaron en el lugar para hablar con la gente y hacer, ellos mismos, un breve recorrido en un de estos buses.
El punto de partida fue la calle Crucero General Belgrano, casi en su intersección con Maipú, en donde algunos buses se estacionaron por varios minutos y llamaron la atención de los transeúntes, que se detenían a mirarlos con curiosidad. Esa fue la constante en las calles porteñas hoy: son vehículos con diseños llamativos, más pequeños que los colectivos, pero más grandes que una combi, con ventanales que dejan ver todo el interior. De hecho, durante el recorrido al que se sumó LA NACION se pudo comprobar justamente eso, la observación atenta de la gente, que además, filmaba y sacaba fotos.
Según fuentes del Ministerio de Infraestructura, la ansiedad de los pasajeros se notó, incluso, el fin de semana, cuando algunos de estos coches fueron expuestos en distintas zonas de la ciudad para que los fueran conociendo y, con la misma intención, algunos empezaron a dar vueltas por las calles. Según contaron, en ese momento, a varias personas les tuvieron que aclarar que todavía no estaban en funcionamiento, al encontrarlos haciendo fila bajo la cartelería que anuncia las paradas.
Cuando se ingresa al bus, el primer hecho notorio es que lo conduce una mujer. Las choferesas se ubican dentro en una especie de cabina. “Está buenísimo eso, les da mucha más seguridad”, sostuvo una vecina cuando observó el detalle. Se dispuso que solo conducirán estos buses mujeres. La reacción que suscita esto en la gente cuando se enteran es de celebración, con exclamaciones de sorpresa.
Estela, de 76 años, vive a 10 cuadras de la Plaza San Martín, pero este mediodía se acercó específicamente con la intención de tomarse un bus eléctrico por primera vez. “No los voy a usar a diario, pero quería dar una vuelta, porque la idea de traerlos me pareció hermosa, así que quería verlos en persona”, comentó.
Lo otro que se nota al subirse es que no se siente ninguna vibración ni ruido, de hecho, por momentos muchos pensaban que no encendía. Los pasajeros remarcaron este detalle, sorprendidos de poder escucharse entre ellos fácilmente, más acostumbrados al ruido del colectivo. Partes del trayecto discurren por calles angostas y adoquinadas, como Maipú, y algunos de los principales problemas en esos sectores provienen, sobre todo, a causa de otros vehículos: camiones o camionetas mal estacionadas que impiden el normal tránsito del bus. En más de una ocasión la conductora tuvo que maniobrar por varios minutos para conseguir doblar o pasar con cuidado por la calle.
Por otro lado, como por dos meses van a ser gratis, porque “están bajo proceso de prueba”, dijo Macri, todavía no hay una máquina de pago al entrar. Transcurrido este tiempo, se les va a aplicar una tarifa, que va a ser más barata que la de los colectivos, porque el costo de por sí es más bajo.
Durante el recorrido de regreso, de Parque Lezama a Retiro, el vehículo se fue llenando. Los asientos se ocupaban constantemente, y varias personas quedaban paradas. Una mujer iba a buscar a su hijo a la Plaza San Martín; otras dos se trasladaron desde provincia a la Capital para realizar trámites. Un par de hombres los usaron para ir a trabajar.
En la avenida Belgrano, entre Perú y Chacabuco, muchos se acercan a observar la parada, que tiene una marca amarilla en la calzada que dice “eBus” y un poste en la vereda que indica el recorrido. Una vecina que vive sobre Perú contó que a la zona le viene muy bien la incorporación de un transporte público que haga ese trayecto, sobre todo después de que, hace varios años, se quedaron sin colectivos por esas calles internas. Un grupo de amigos recibieron los panfletos que trabajadores de la Ciudad repartían con la intención de explicar la inauguración de estos vehículos, su gratuidad, su recorrido. “Qué piola”, respondieron.
El bus llegó lleno de pasajeros, de todas las edades, que empezaban a hablar entre sí. Había emoción y entusiasmo compartidos. La mayoría criticaba, entre ellos y con la choferesa, a los conductores que, imprudentemente, dejaban mal estacionados los camiones en las esquinas: “Ese camión no puede estar acá, pero bueno, esto es Buenos Aires”, “a ese camión lo tienen que sacar volando”, “al tipo que estacionó acá no le importó nada”, “qué práctica tiene la chica [por la conductora], hace malabares”, fueron algunos de los comentarios que se escucharon.
“Ojalá esto lo llevaran para provincia —le comentó a este medio una vecina de Béccar—. Esto es bueno para el ecosistema, para las mujeres, para el transporte". Los pasajeros quedaron satisfechos con el recorrido, con las conductoras, y con el funcionamiento general del nuevo bus eléctrico. Pero, como todo lo nuevo, resta hacer algunos ajustes, y los pasajeros lo hicieron notar: cada poste de parada tiene un código QR que debería llevar, al escanearlo con el celular, a una página que muestra cuándo llega el próximo coche. Este no funciona correctamente, quizás, asumieron algunos, por la forma curva del sticker. A su vez, aunque en el gobierno afirmaron que la frecuencia va a ser de entre 10 y 15 minutos, hoy lo llegaron a esperar por un mínimo de 40 y, en algunos casos, superaron la hora.