Estados Unidos se protege: cómo es el comercio con la Argentina y dónde hay una oportunidad

Si bien la Argentina no es un blanco para Donald Trump tampoco recibió un trato preferencial en el reparto de aranceles como se especulaba a nivel oficial. Además, la política comercial que impulsa EE.UU., afectará el flujo del comercio internacional

Abr 3, 2025 - 16:03
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Estados Unidos se protege: cómo es el comercio con la Argentina y dónde hay una oportunidad

La política comercial de Donal Trump centrada en la imposición de aranceles para proteger las industrias estadounidenses, reducir el déficit comercial -a partir de utilizar los impuestos externos como herramienta de negociación-, ha intensificado las tensiones comerciales a nivel global. 

La nueva estrategia de comercio global que le da prioridad al comercio de Estados Unidos - bajo el paraguas del America First Trade Policy- que rige desde este 2 de abril, no hace foco en la Argentina, sin embargo, el gobierno de Javier Milei tampoco recibió un trato preferencial en el reparto de aranceles.

Aunque se especulaba con un guiño, incluso, en las últimas horas del martes se confirmó la partida del presidente rumbo a EE.UU, frente a la expectativa de que se anuncie un Tratado de Libre Comercio (TLC), nada de eso se confirmó; peor aun, la Argentina asumirá 10% de arancel en sus exportaciones, al igual que el resto de los países de la región. 

Además, de este efecto directo, los analistas se centran en el coletazo que generará la nueva política comercial norteamericana en el flujo del comercio internacional.

La política del "garrote" se hizo evidente en las relaciones del líder republicano con vecinos como Canadá y México, donde "ha vinculado los aranceles con cuestiones como el control de drogas y la inmigración", explicó Marisa Bircher, ex secretaria de Comercio Exterior de la Nación..

Además, del clásico enfrentamiento con China, en su discurso de campaña, Trump advirtió que la Unión Europea "pagará un alto precio" por no adquirir suficientes productos estadounidenses, lo que generó las primeras fricciones entre ambas partes.

Por el momento, la Unión Europea ha anunciado posibles restricciones a las importaciones de productos agropecuarios, sin concretar aún ninguna medida. Aun así, todo está cambiando a partir de los anuncios de ayer  de EE.UU. para "abordar el comercio injusto y desequilibrado".

Puja de representatividad

En ese sentido, el principal blanco es China que en los últimos años le quitó la supremacía en el comercio internacional al país de norteamerica, junto con la Unión Europea, México, Canadá, Vietnam, Irlanda, Taiwán, Japón y Corea del Sur.

"Para Argentina, esta situación podría representar una oportunidad", expresó Bircher y agregó que "si Estados Unidos reduce su presencia en el mercado europeo, podría abrirse una ventana para que Argentina incremente sus exportaciones en productos en los que tiene ventajas competitivas, como la soja, carnes, vinos, cítricos, maíz entre otros".

En el mismo sentido, desde la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) indicaron que en Argentina la tradición indica que "también en la turbulencia se genera una oportunidad".

Comercio bilateral: armonización

En el ámbito local, el primer punto que se buscará armonizar son los aranceles del 25% que rigen a la importación de acero y aluminio y afectan las exportaciones de la Argentina; a la par se ubica el futuro tributario del negocio automotriz, también sujeto a nuevas tasas de ingreso y posible reconfiguración de una industria con fuerte presencia en nuestro país.

"Argentina está dispuesto a ir a arancel 0 con tal que EE.UU. no aplique una tasa mayor", indicó una fuente del sector del metal a El Cronista, aun así reconoció que antes de abrir el frente arancelario, el Gobierno tiene como "única prioridad" cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)

Aunque lo anterior representa un golpe a las exportaciones locales, la expectativa se expande hacia el 58% de los productos que, hasta ayer, ingresaban a arancel 0% y el 20% con 1%. 

En tanto, el antecedente deficitario que muestra Argentina en el intercambio con EE.UU, trae alivio para una negociación de rebajas o excepciones puntuales.  

En 2024, según datos de AmCham, Estados Unidos fue el destino de grandes complejos exportadores argentinos, contando con un total de u$s 2895 millones. Entre ellos se destacan el complejo petrolero petroquímico por u$s 1081 millones, el sector minero metalífero y litio por u$s 674 millones y el complejo oro y plata por u$s 318 millones.

Un informe del Banco Internacional Goldman Sachs, indica que los aranceles comunes serían en promedio, de aproximadamente de 6,4% a las importaciones desde Estados Unidos, mientras que la contraparte estadounidense aplica una tarifa promedio del 1,2%.

Mientras a los alimentos que ingresan a la Argentina se les recarga un 16%, en Estados Unidos pagan 4,6%; en plásticos la relación es 11% contra 1,4%; en químicos e industriales 8,1% frente a 0,3 y metales o maquinaria se recargan más de 10% contra menos de cero.

Riesgos de la reciprocidad

En caso de que prevalezca el principio de "reciprocidad comercial", para no enfrentar sanciones comerciales, ambos países deberían aplicarse el mismo nivel de tarifas producto por producto.

"Esto sin dudas generaría una fuerte adecuación de los esquemas arancelarios entre ambos países, pero principalmente en la Argentina", analizaron desde AmCham.

A diferencia de los criterios mencionados por el presidente Trump, el principio utilizado y considerado por la OMC y el sistema de comercio internacional es el de la llamada cláusula de "Nación Más Favorecida" (NMF), que plantea que un país no puede aplicar tarifas más altas a otro de los que aplica al resto, a excepción de bloques regionales o acuerdos bilaterales de tipo Libre Comercio o Unión Aduanera.

En este punto, desde CERA, que se encuentran analizando el impacto de los aranceles, habían advertido que la reciprocidad en el comercio pone en riesgo el concepto NMF en el que se ampara el casi el 60% de las exportaciones de Argentina.

Asimismo, consideraron que la Argentina puede entablar negociaciones de cooperación económica y de inversiones pero sin poner el riesgo el Mercosur, particularmente por la calidad y complejidad que representa el mercado brasilero.