¿Es buena idea trabajar sentado en un taburete o una banqueta?

La comodidad es clave cuando hay que estar sentado mucho tiempo; los taburetes ergonómicos son una opción útil, pero conviene saber sus particularidades: “Promueven una postura activa, el usuario debe mantener una ligera contracción muscular constante para estabilizar pelvis y tronco”Guía para echarse una siesta gustosa (y realmente efectiva) ¿Trabajas muchas horas sentado frente a un escritorio? Aunque no lo parezca, esta simple acción, la de sentarse, merece toda nuestra atención para no sentir la tensión que puede causar en el cuerpo estar en esa postura durante siete o más horas al día. Si al hacerlo adoptamos una mala posición, con el tiempo podemos sufrir las consecuencias.  Y es que adoptar una postura correcta al sentarnos minimiza el riesgo de molestias, tensiones y dolor en diversas zonas, como el cuello, la espalda, las rodillas y las caderas. No disponer de una silla adecuada y, por tanto, no contar con unas condiciones de ergonomía mínimas que se adapten al trabajo es uno de los motivos que tienen mayor incidencia en las lesiones de espalda o dorsolumbares, como determina el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST). La Sociedad Española de Reumatología (SER) señala que las malas posturas influyen en el dolor lumbar, un problema que va en aumento en los últimos años. Cuidar la postura al sentarnos es una de las distintas medidas que pueden reducir la probabilidad de sufrir dolor lumbar.  Y aunque encontrar la silla perfecta y adecuada para trabajar puede ser complicado porque no existe un modelo universalmente perfecto para todo el mundo, ciertos tipos de sillas de oficina nos facilitan mantener una postura saludable mientras trabajamos. Pero hay más opciones, como los taburetes ergonómicos. ¿Son estos más adecuados que una silla para trabajar? Taburetes ergonómicos frente a sillas para trabajar Los taburetes ergonómicos ofrecen varias ventajas que pueden mejorar de manera significativa la comodidad en el trabajo. Entre ellas, se incluyen la mejora de la postura y la alineación de la columna vertebral, además de promover una postura sentada activa. Sin embargo, y a pesar de ser eficaces para un entorno de trabajo, “no son necesariamente más adecuados que una silla ergonómica tradicional”, nos aclara el fisioterapeuta Pablo Leal. ¿Qué particularidades tienen estos taburetes frente a una silla? El especialista destaca que la principal diferencia es que los taburetes, sobre todo los que no tienen respaldo, “promueven una postura activa, es decir, el usuario debe mantener una ligera contracción muscular constante para estabilizar la pelvis y el tronco”. En consecuencia, se favorece una mejor alineación de la columna vertebral y la prevención de posturas pasivas o colapsadas, típicas cuando nos recostamos en una silla sin tener conciencia de ello. La parte negativa de todo ello es que “implica una mayor exigencia física, de ahí que para jornadas largas de trabajo frente al ordenador, una silla ergonómica bien ajustada —con soporte lumbar, regulación de altura, respaldo reclinable y reposabrazos— ofrece una mayor protección y confort a largo plazo”, matiza Leal.  Taburetes para trabajar: cuándo usarlos y cuándo es mejor no hacerlo Entonces, ¿cuándo es adecuado el uso de un taburete para trabajar? Para Leal, se trata de una buena alternativa cuando el tiempo que tenemos que permanecer sentados es corto o también para fomentar el cambio postural. “Pero no sustituyen del todo el soporte que brinda una buena silla”, concluye. Lo mejor sería, como recomienda el fisioterapeuta, una combinación de ambos: “silla ergonómica como base y taburete como recurso puntual para dinamizar la postura o para poco tiempo”. Siguiendo con las recomendaciones de Leal, el uso de este tipo de taburetes estaría indicado sobre todo en ciertos contextos y para determinados perfiles de personas, como las que tienen “una buena condición física, sin patologías de espalda, que buscan fomentar una postura activa o introducir variedad postural a lo largo del día”. Son una buena opción también en el caso de que se pretenda tener “cierta libertad de movimiento, como en entornos creativos, consultas o puestos donde se alterna el trabajo sentado y de pie”, enfatiza el experto. ¿Y cuáles son las personas que es mejor que no usen este tipo de taburetes para pasar varias horas en ellos? Para Leal, no serían los más adecuados para “personas con dolor lumbar o pélvico, que podrían encontrar incómoda o incluso contraproducente esta opción”. El problema en estos casos está sobre todo en el hecho de que no hay respaldo ni soporte, que puede generar “sobrecarga muscular y aumentar el riesgo de fatiga o lesión”, explica Leal.  Para el experto, es necesario valorar el uso de un taburete de este tipo de manera individual, en función de las necesidades y particularidades de cada persona e, incluso,

May 13, 2025 - 06:04
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¿Es buena idea trabajar sentado en un taburete o una banqueta?

¿Es buena idea trabajar sentado en un taburete o una banqueta?

La comodidad es clave cuando hay que estar sentado mucho tiempo; los taburetes ergonómicos son una opción útil, pero conviene saber sus particularidades: “Promueven una postura activa, el usuario debe mantener una ligera contracción muscular constante para estabilizar pelvis y tronco”

Guía para echarse una siesta gustosa (y realmente efectiva)

¿Trabajas muchas horas sentado frente a un escritorio? Aunque no lo parezca, esta simple acción, la de sentarse, merece toda nuestra atención para no sentir la tensión que puede causar en el cuerpo estar en esa postura durante siete o más horas al día. Si al hacerlo adoptamos una mala posición, con el tiempo podemos sufrir las consecuencias. 

Y es que adoptar una postura correcta al sentarnos minimiza el riesgo de molestias, tensiones y dolor en diversas zonas, como el cuello, la espalda, las rodillas y las caderas. No disponer de una silla adecuada y, por tanto, no contar con unas condiciones de ergonomía mínimas que se adapten al trabajo es uno de los motivos que tienen mayor incidencia en las lesiones de espalda o dorsolumbares, como determina el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).

La Sociedad Española de Reumatología (SER) señala que las malas posturas influyen en el dolor lumbar, un problema que va en aumento en los últimos años. Cuidar la postura al sentarnos es una de las distintas medidas que pueden reducir la probabilidad de sufrir dolor lumbar. 

Y aunque encontrar la silla perfecta y adecuada para trabajar puede ser complicado porque no existe un modelo universalmente perfecto para todo el mundo, ciertos tipos de sillas de oficina nos facilitan mantener una postura saludable mientras trabajamos. Pero hay más opciones, como los taburetes ergonómicos. ¿Son estos más adecuados que una silla para trabajar?

Taburetes ergonómicos frente a sillas para trabajar

Los taburetes ergonómicos ofrecen varias ventajas que pueden mejorar de manera significativa la comodidad en el trabajo. Entre ellas, se incluyen la mejora de la postura y la alineación de la columna vertebral, además de promover una postura sentada activa. Sin embargo, y a pesar de ser eficaces para un entorno de trabajo, “no son necesariamente más adecuados que una silla ergonómica tradicional”, nos aclara el fisioterapeuta Pablo Leal.

¿Qué particularidades tienen estos taburetes frente a una silla? El especialista destaca que la principal diferencia es que los taburetes, sobre todo los que no tienen respaldo, “promueven una postura activa, es decir, el usuario debe mantener una ligera contracción muscular constante para estabilizar la pelvis y el tronco”. En consecuencia, se favorece una mejor alineación de la columna vertebral y la prevención de posturas pasivas o colapsadas, típicas cuando nos recostamos en una silla sin tener conciencia de ello.

La parte negativa de todo ello es que “implica una mayor exigencia física, de ahí que para jornadas largas de trabajo frente al ordenador, una silla ergonómica bien ajustada —con soporte lumbar, regulación de altura, respaldo reclinable y reposabrazos— ofrece una mayor protección y confort a largo plazo”, matiza Leal. 

Taburetes para trabajar: cuándo usarlos y cuándo es mejor no hacerlo

Entonces, ¿cuándo es adecuado el uso de un taburete para trabajar? Para Leal, se trata de una buena alternativa cuando el tiempo que tenemos que permanecer sentados es corto o también para fomentar el cambio postural. “Pero no sustituyen del todo el soporte que brinda una buena silla”, concluye. Lo mejor sería, como recomienda el fisioterapeuta, una combinación de ambos: “silla ergonómica como base y taburete como recurso puntual para dinamizar la postura o para poco tiempo”.

Siguiendo con las recomendaciones de Leal, el uso de este tipo de taburetes estaría indicado sobre todo en ciertos contextos y para determinados perfiles de personas, como las que tienen “una buena condición física, sin patologías de espalda, que buscan fomentar una postura activa o introducir variedad postural a lo largo del día”. Son una buena opción también en el caso de que se pretenda tener “cierta libertad de movimiento, como en entornos creativos, consultas o puestos donde se alterna el trabajo sentado y de pie”, enfatiza el experto.

¿Y cuáles son las personas que es mejor que no usen este tipo de taburetes para pasar varias horas en ellos? Para Leal, no serían los más adecuados para “personas con dolor lumbar o pélvico, que podrían encontrar incómoda o incluso contraproducente esta opción”. El problema en estos casos está sobre todo en el hecho de que no hay respaldo ni soporte, que puede generar “sobrecarga muscular y aumentar el riesgo de fatiga o lesión”, explica Leal. 

Para el experto, es necesario valorar el uso de un taburete de este tipo de manera individual, en función de las necesidades y particularidades de cada persona e, incluso, contando con el “asesoramiento de un fisioterapeuta especializado en ergonomía”, reconoce. Desde su experiencia, ha visto cómo el uso inadecuado de este tipo de asientos contribuye, de manera frecuente, a “molestias musculares, por lo que siempre aconsejamos personalizar la elección del mobiliario a las características del usuario”.

Qué requisitos debe cumplir un taburete ergonómico

Si el taburete es una de nuestras opciones para trabajar, entonces deberemos saber qué condiciones debe tener para que cumpla con su misión principal, la de mantener una postura alineada de la columna y la pelvis. Tal y como nos enumera Leal, un buen taburete debe tener estos requisitos:

  • Altura regulable: esto permite que las caderas queden un poco por encima de las rodillas, facilitando la curvatura natural de la zona lumbar.
  • Estabilidad, sin que limite el movimiento: en algunos casos, se pueden encontrar taburetes que tienen una base con una semiesfera o diseño basculante que ayudan a que haya movilidad pélvica y un ajuste postural dinámico.
  • Asiento con una ligera inclinación hacia adelante: esta posición, según Leal, “facilita la anteversión pélvica, ayudando a mantener la espalda recta sin esfuerzo excesivo”. 
  • Apoyo para las rodillas: algunos modelos del tipo kneeling chair ofrecen este apoyo que ayuda a “distribuir mejor el peso y reducir la carga lumbar”.

Además, un buen taburete es aquel que no “obliga al cuerpo a sostenerse a la fuerza, sino que facilita un trabajo activo y saludable sin generar tensiones innecesarias”. En cualquiera de los casos, las recomendaciones del fisioterapeuta son claras: “Ningún asiento, por ergonómico que sea, sustituye la necesidad de moverse, hacer pausas y cuidar la higiene postural a lo largo del día”.

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