Esta pareja nómada lleva una década viajando por todo el mundo: su ciudad favorita es esta poco conocida joya alemana

La creadora de contenido Helene Sula, autora del blog de viajes Helene in Between, lleva una década viajando por todo el mundo junto a su pareja, Michael. “Hemos visitado docenas de países de Europa, Asia, Oriente Medio y África, y hemos explorado cientos, si no más, de ciudades, como Bangkok, Londres, Nueva York, Aix-en-Provence en Francia, Múnich, Marrakech en Marruecos y Riad en Arabia Saudí”, explica la propia Sula en una entrevista para la edición alemana de Business Insider. “De todos los lugares en los que hemos estado, Heidelberg es mi lugar favorito”. Situada en el suroeste de Alemania, a una hora del sur de Frankfurt, Heildelberg no es una gran capital y, desde luego, no está entre las poblaciones más conocidas del país, pero tiene diversos atractivos: un imponente castillo del siglo XIII, la universidad más antigua de Alemania y (eso le han dicho a Sula) la calle peatonal más larga del continente. Pero no es ninguna de estas cosas por separado lo que, según esta viajera experimentada, hace de Heidelberg un lugar tan especial. “¿Has oído hablar de Heidelberg? Yo tampoco”, reconoce Sula en su blog. “No hasta hace unos años, cuando buscaba en internet dónde vivir en Europa. De repente, apareció uno de los pueblos más bonitos que he visto en mi vida: un río, un castillo, encantadoras casas con entramado de madera y grandes puentes que dan a estrechas calles adoquinadas”. A diferencia, además, de muchas de las ciudades alemanas, Heidelberg salió indemne de la Segunda Guerra Mundial. “Lo que significa que encontrarás casas bien conservadas que datan del siglo XVII e incluso antes”, explica la bloguera. “Es una ciudad verdaderamente única”. Una nueva vida en Europa Sula, natural de Dallas, se mudó con su marido a Europa en 2016, con solo 25 años. Y Heidelberg fue el destino escogido. Nunca antes habíamos puesto un pie en Alemania y elegimos Heidelberg como nuestro nuevo hogar, sin saber cuánto tiempo nos quedaríamos”, explica Sula en BI. “Pero en el momento en que caminamos por las calles, nos enamoramos de la ciudad”. Heidelberg no es para nada un pueblo. Tiene 180.000 habitantes, aproximadamente los mismos que tiene San Sebastián, y más de los que tienen capitales españolas como Burgos, Albacete, Santander o Logroño. Pero, como apunta Sula, es manejable: “Rápidamente tienes la sensación de que conoces el lugar”. Para Sula, otro de los atractivos de Heidelberg y, en general, de todo Alemania, es que es uno de los países más asequibles para hacer turismo –lo sigue siendo también para los españoles–. Vista de Heidelberg desde el castillo “La gente rara vez habla de Alemania cuando se trata de presupuesto, pero encuentro que la comida y el alojamiento en Heidelberg son bastante baratos”, explica la bloguera. “Cuando nos mudamos a Heidelberg en 2016, alquilamos un apartamento de una habitación con una gran sala de estar en la planta baja y una cocina amueblada por 1100 euros durante tres años. El propietario nunca ha aumentado el precio”. La comida tampoco es cara en Alemania. “Puedes conseguir una comida completa por menos de 20 euros y eso ya incluye la copa de vino”, explica. Y en Heidelberg hay una cocina muy interesante, que no se limita a las típicas salchichas (aunque son especialmente buenas, dada su cercanía a Frankfurt). En el sur de Alemania son muy populares los spaetzles de queso, un plato típico de la zona que consiste en una pasta casera, cocinada con mantequilla y queso (probablemente, el antecedente directo de los Mac 'n' Cheese estadounidenses). La ciudad, además, está pegada a la frontera francesa, por lo que tiene muchos platos compartidos con sus vecinos, como la famosa Flammkuchen, una especie de pizza popular del norte de Francia y el sur de Alemania. La flammkuchen es un plato muy típico de Alsacia, pero también de Baden-Wurtemberg, donde se sitúa Heidelberg. Qué ver en Heidelberg Sin duda, la mayor atracción de Heidelberg es su castillo, una de las ruinas más famosas de Alemania. De origen medieval, tiene estructuras renacentistas, que figuran entre las más relevantes al norte de los Alpes. Su figura cautivó a artistas como el pintor inglés J. M. W. Turner, que se obsesionó con el edificio, al que volvió en varias ocasiones para pintarlo obsesivamente. Al margen de su gran monumento, Heidelberg es una ciudad muy agradable para pasear. Las calles de su casco antiguo se remontan también al siglo XIII y, gracias a su nutrida comunidad universitaria, están siempre muy animadas. El castillo de Heidelberg. Los alrededores de Heidelberg también merecen una visita. Sin duda, es obligatorio darse un paseo por el río Neckar, el mismo que encandiló a Mark Twain. Dicen, incluso, que el escritor se inspiró en un paseo en balsa por el Neckar para alguno d

May 13, 2025 - 15:02
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Esta pareja nómada lleva una década viajando por todo el mundo: su ciudad favorita es esta poco conocida joya alemana

Esta pareja nómada lleva una década viajando por todo el mundo: su ciudad favorita es esta poco conocida joya alemana

La creadora de contenido Helene Sula, autora del blog de viajes Helene in Between, lleva una década viajando por todo el mundo junto a su pareja, Michael.

“Hemos visitado docenas de países de Europa, Asia, Oriente Medio y África, y hemos explorado cientos, si no más, de ciudades, como Bangkok, Londres, Nueva York, Aix-en-Provence en Francia, Múnich, Marrakech en Marruecos y Riad en Arabia Saudí”, explica la propia Sula en una entrevista para la edición alemana de Business Insider. “De todos los lugares en los que hemos estado, Heidelberg es mi lugar favorito”.

Situada en el suroeste de Alemania, a una hora del sur de Frankfurt, Heildelberg no es una gran capital y, desde luego, no está entre las poblaciones más conocidas del país, pero tiene diversos atractivos: un imponente castillo del siglo XIII, la universidad más antigua de Alemania y (eso le han dicho a Sula) la calle peatonal más larga del continente. Pero no es ninguna de estas cosas por separado lo que, según esta viajera experimentada, hace de Heidelberg un lugar tan especial.

“¿Has oído hablar de Heidelberg? Yo tampoco”, reconoce Sula en su blog. “No hasta hace unos años, cuando buscaba en internet dónde vivir en Europa. De repente, apareció uno de los pueblos más bonitos que he visto en mi vida: un río, un castillo, encantadoras casas con entramado de madera y grandes puentes que dan a estrechas calles adoquinadas”.

A diferencia, además, de muchas de las ciudades alemanas, Heidelberg salió indemne de la Segunda Guerra Mundial. “Lo que significa que encontrarás casas bien conservadas que datan del siglo XVII e incluso antes”, explica la bloguera. “Es una ciudad verdaderamente única”.

Una nueva vida en Europa

Sula, natural de Dallas, se mudó con su marido a Europa en 2016, con solo 25 años. Y Heidelberg fue el destino escogido. Nunca antes habíamos puesto un pie en Alemania y elegimos Heidelberg como nuestro nuevo hogar, sin saber cuánto tiempo nos quedaríamos”, explica Sula en BI. “Pero en el momento en que caminamos por las calles, nos enamoramos de la ciudad”.

Heidelberg no es para nada un pueblo. Tiene 180.000 habitantes, aproximadamente los mismos que tiene San Sebastián, y más de los que tienen capitales españolas como Burgos, Albacete, Santander o Logroño. Pero, como apunta Sula, es manejable: “Rápidamente tienes la sensación de que conoces el lugar”.

Para Sula, otro de los atractivos de Heidelberg y, en general, de todo Alemania, es que es uno de los países más asequibles para hacer turismo –lo sigue siendo también para los españoles–.

Vista de Heidelberg desde el castillo Vista de Heidelberg desde el castillo

“La gente rara vez habla de Alemania cuando se trata de presupuesto, pero encuentro que la comida y el alojamiento en Heidelberg son bastante baratos”, explica la bloguera. “Cuando nos mudamos a Heidelberg en 2016, alquilamos un apartamento de una habitación con una gran sala de estar en la planta baja y una cocina amueblada por 1100 euros durante tres años. El propietario nunca ha aumentado el precio”.

La comida tampoco es cara en Alemania. “Puedes conseguir una comida completa por menos de 20 euros y eso ya incluye la copa de vino”, explica. Y en Heidelberg hay una cocina muy interesante, que no se limita a las típicas salchichas (aunque son especialmente buenas, dada su cercanía a Frankfurt).

En el sur de Alemania son muy populares los spaetzles de queso, un plato típico de la zona que consiste en una pasta casera, cocinada con mantequilla y queso (probablemente, el antecedente directo de los Mac 'n' Cheese estadounidenses). La ciudad, además, está pegada a la frontera francesa, por lo que tiene muchos platos compartidos con sus vecinos, como la famosa Flammkuchen, una especie de pizza popular del norte de Francia y el sur de Alemania.

Flammkuchen La flammkuchen es un plato muy típico de Alsacia, pero también de Baden-Wurtemberg, donde se sitúa Heidelberg.

Qué ver en Heidelberg

Sin duda, la mayor atracción de Heidelberg es su castillo, una de las ruinas más famosas de Alemania. De origen medieval, tiene estructuras renacentistas, que figuran entre las más relevantes al norte de los Alpes. Su figura cautivó a artistas como el pintor inglés J. M. W. Turner, que se obsesionó con el edificio, al que volvió en varias ocasiones para pintarlo obsesivamente.

Al margen de su gran monumento, Heidelberg es una ciudad muy agradable para pasear. Las calles de su casco antiguo se remontan también al siglo XIII y, gracias a su nutrida comunidad universitaria, están siempre muy animadas.

El castillo de Heidelberg. El castillo de Heidelberg.

Los alrededores de Heidelberg también merecen una visita. Sin duda, es obligatorio darse un paseo por el río Neckar, el mismo que encandiló a Mark Twain. Dicen, incluso, que el escritor se inspiró en un paseo en balsa por el Neckar para alguno de sus paisajes de Huckleberry Finn. Y dejo esto escrito en sus diarios: “Alemania, en el verano, es la perfección de lo bello, pero nadie ha comprendido, realizado y disfrutado de las máximas posibilidades de esta belleza suave y pacífica a menos que haya viajado por el Neckar en una balsa”.

Pero, si Heidelberg es muy bonito en verano, no desmerece tampoco en Navidad, cuando montan uno de los mercados más conocidos de Alemania. “No tenía ni idea de lo mágicos que podían ser estos mercados”, explica Sula. “Los puestos son chozas de madera talladas a mano llenas de música y vino caliente”.

“Me gusta tanto Heidelberg que vuelvo todos los años, a pesar de que ahora vivimos en Montenegro”, concluye la bloguera. “Mi esposo y yo organizamos cruceros por el río y traemos a nuestros seguidores de Instagram a la ciudad. Creo que todo el mundo debería experimentar la magia de Heidelberg, especialmente en Navidad”.

Imágenes | Heleneinbetween/Marrovi/Pumuckel42

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La noticia Esta pareja nómada lleva una década viajando por todo el mundo: su ciudad favorita es esta poco conocida joya alemana fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Miguel Ayuso Rejas .