El recado de Raphinha en sus celebraciones tras las insinuaciones sobre la relación entre vendajes y dopaje
La remontada del Barcelona en el clásico del domingo ante el Real Madrid en el Estadio Olímpico Lluis Companys dejó eufóricos tanto a los aficionados como a los jugadores azulgranas. Después de los dos tempraneros goles de los blancos, los locales supieron componerse y darle la vuelta al 0-2 logrando una renta de dos tantos de ventaja (4-2) antes de terminar la segunda parte. Después de semanas de comentarios y acusaciones, referidas a los vendajes que varios de los jugadores del club catalán llevan en las muñecas, Raphinha respondió en el campo tanto a los goles del equipo de Ancelotti marcando un doblete como a los que insinúan posibles prácticas de dopaje en la plantilla azulgrana. El clásico no solo dejó una gran cantidad de goles, también trajo celebraciones con polémica. Primero llegó la de Lamine Yamal al estilo Cristiano Ronaldo, calmando a la afición, tras igualar el marcador. Pero la verdadera euforia entre los jugadores locales se desató con el tercer gol, el que dio la vuelta al marcador. Raphinha no solo celebró con sus compañeros porque, una vez se quedó solo, se señaló el vendaje que le cubría tanto la mano como la muñeca. El brasileño repitió celebración en el cuarto gol, un gesto que se ha interpretado como la respuesta a las especulaciones desatadas en las últimas semanas sobre el motivo de los vendajes que cubren durante los partidos las muñecas de varios jugadores del Barça. Hace solo unos días, Niko Mihic, el que fuera médico del Real Madrid durante siete años, aseguraba, en referencia a los vendajes, que «si quieres tener un acceso venoso más fácil, es en las manos y muñecas». El ex responsable de los servicios médicos del club blanco aumentó la polémica al asegurar que «no creo en modas. Un jugador no juega con un aparataje que diseña una lesión, si no es por hacer algo con eso». Unas insinuaciones que dieron mucho de lo que hablar. Antes del clásico, Pau Víctor ya respondió a los rumores en las redes sociales con unos emoticonos en los que se reía de la situación. El domingo fue el capitán quién mando un mensaje claro a los que dudan de los azulgranas.
La remontada del Barcelona en el clásico del domingo ante el Real Madrid en el Estadio Olímpico Lluis Companys dejó eufóricos tanto a los aficionados como a los jugadores azulgranas. Después de los dos tempraneros goles de los blancos, los locales supieron componerse y darle la vuelta al 0-2 logrando una renta de dos tantos de ventaja (4-2) antes de terminar la segunda parte. Después de semanas de comentarios y acusaciones, referidas a los vendajes que varios de los jugadores del club catalán llevan en las muñecas, Raphinha respondió en el campo tanto a los goles del equipo de Ancelotti marcando un doblete como a los que insinúan posibles prácticas de dopaje en la plantilla azulgrana. El clásico no solo dejó una gran cantidad de goles, también trajo celebraciones con polémica. Primero llegó la de Lamine Yamal al estilo Cristiano Ronaldo, calmando a la afición, tras igualar el marcador. Pero la verdadera euforia entre los jugadores locales se desató con el tercer gol, el que dio la vuelta al marcador. Raphinha no solo celebró con sus compañeros porque, una vez se quedó solo, se señaló el vendaje que le cubría tanto la mano como la muñeca. El brasileño repitió celebración en el cuarto gol, un gesto que se ha interpretado como la respuesta a las especulaciones desatadas en las últimas semanas sobre el motivo de los vendajes que cubren durante los partidos las muñecas de varios jugadores del Barça. Hace solo unos días, Niko Mihic, el que fuera médico del Real Madrid durante siete años, aseguraba, en referencia a los vendajes, que «si quieres tener un acceso venoso más fácil, es en las manos y muñecas». El ex responsable de los servicios médicos del club blanco aumentó la polémica al asegurar que «no creo en modas. Un jugador no juega con un aparataje que diseña una lesión, si no es por hacer algo con eso». Unas insinuaciones que dieron mucho de lo que hablar. Antes del clásico, Pau Víctor ya respondió a los rumores en las redes sociales con unos emoticonos en los que se reía de la situación. El domingo fue el capitán quién mando un mensaje claro a los que dudan de los azulgranas.
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